Un nuevo estudio descubrió 103 genes en los que las alteraciones que causan enfermedades monogenéticas —enfermedades hereditarias— a menudo coexisten con otras alteraciones que predisponen al cáncer, informó el equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), a cargo de la investigación.
El equipo verificó que las personas con mutaciones de enfermedades monogenéticas hereditarias en esos 103 genes también presentaron mayor cantidad de mutaciones implicadas en cáncer que el grupo de control, conformado por personas sanas.
Algunas de estas mutaciones se asocian con tipos específicos de cáncer, como carcinoma de células renales, linfoma no Hodgkin de células B, adenocarcinoma de mama y meduloblastoma; y otras, con la propensión al cáncer en general.
ADEMÁS DE CÁNCER, LOS GENES TAMBIÉN PROMUEVEN EL CRECIMIENTO DE TUMORES
Los autores proponen en su estudio publicado en Genome Medicine que “estos 103 genes cuyas mutaciones pueden causar enfermedades mendelianas pueden comportarse también como genes de predisposición al cáncer”, señala Solip Park, jefa del Grupo de Genómica Computacional del Cáncer en el CNIO.
En su investigación analizan también cómo las variantes defectuosas de esos genes promueven la progresión de los tumores y causan otras enfermedades, y apuntan a diversos mecanismos de acción, como distorsiones del metabolismo celular o de la respuesta inmune. Algunos son mecanismos no contemplados hasta ahora en cáncer, por lo que los autores destacan la necesidad de profundizar en ellos.
Han analizado con mayor exhaustividad el gen PAH –conocido porque algunas de sus mutaciones ocasionan la enfermedad rara hereditaria fenilcetonuria, que dificulta la asimilación de proteínas y aspartamo–. Lo seleccionaron porque presentaba la mayor cantidad de variantes susceptibles de dar lugar a varios tipos de cáncer y han descubierto su relación con el carcinoma de células escamosas de pulmón, tumores del tejido hepático, así como con otras enfermedades y con un retraso en el crecimiento.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
“Nuestro estudio muestra por primera vez cómo los genes asociados a una serie de enfermedades monogénicas hereditarias pueden aumentar el riesgo de cáncer. Así mismo, pone de manifiesto mecanismos de generación de tumores desencadenados por nuevos genes de predisposición al cáncer y desconocidos hasta ahora”, afirma Solip Park.
En el trabajo se señala la necesidad de seguir investigando el papel que desempeñan en el cáncer esos 103 genes, cuya relevancia clínica se limitaba hasta ahora a otras enfermedades hereditarias. En particular, habrá que concretar aún la relación de cada variante con los distintos tipos de cáncer.
No obstante, y a partir de los resultados, sería aconsejable que las personas portadoras de las alteraciones que causan las enfermedades monogénicas estudiadas participasen en los programas de prevención del cáncer ya establecidos. N