Desmitificar la inteligencia artificial (IA), desviando su uso, es la misión que se dio Sandra Rodríguez, investigadora y artista canadiense que logra sumergir al público en sus obras para sensibilizarlo sobre el poder de esta nueva tecnología.
En la oscuridad, los visitantes interactúan con los muros que les rodean. Cuando se acercan, una IA entrenada a base de millones de búsquedas de imágenes eróticas en la web, genera un mosaico de videos pornográficos que evolucionan hasta presentar formas abstractas.
Las pieles son “uniformemente claras” y “lisas”, reflejando lo que el modelo “ve más seguido en los videos pornográficos actuales”, explica la artista, que creó un sistema que utiliza varias plataformas de IA generativa que producen imágenes a partir de textos, como Stable Diffusion. Su objetivo: “Resaltar las desviaciones sociales que existen en la pornografía de masa”.
Hace algunos meses, Rodríguez presentó en Montreal un robot de conversación inspirado en el célebre lingüista estadounidense Noam Chomsky, cuyo objetivo es “desmitificar los secretos de la IA” a través de discusiones con el público.
“Es necesario crear obras de arte que le hablen al público de desafíos que les tocarán mañana”, sostiene la creadora, que busca disipar “los temores”, pero también “las pasiones un poco irreales” sobre la nueva tecnología.
“Sandra es, en cierta forma, una hacker”, señala Gauthier Gidel, del Mila (el instituto de inteligencia artificial de Québec). Hija de padre español y madre canadiense, Rodríguez creció en un barrio cosmopolita de Montreal y vivió parte de su vida fuera de Canadá.
LA VOLUNTAD DE ROMPER LOS LÍMITES: EL ARTISTA Y LA IA
Formada en cine documental, se volcó rápidamente a los nuevos medios digitales, como la realidad virtual y la IA, como forma de “encontrar nuevos caminos para contar historias humanas”.
Además, desarrolla un curso de investigación sobre cómo el público se apropia de estas nuevas herramientas y los impactos sociales que se generan. Durante siete años vivió entre Montreal y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos, donde enseñó producción en medios inmersivos, los cuales tratan de reproducir la realidad en el universo digital.
Rodríguez “tiene la voluntad de romper los límites” de estas tecnologías “y superarlos, pero de forma inteligente, para enriquecer”, comentó Eliane Achcar, directora creativa de Normal Studio, que colabora con la artista.
La IA que genera imágenes a partir de texto reduce “poco a poco la creatividad y la forma de pensar diferente”, considera. Se suma la cuestión polémica del plagio de obras, una problemática denunciada por varios artistas ante los tribunales.
“Hay que hacer pausas en el desarrollo de la IA”, considera Sandra Rodríguez, que denuncia desde hace años la recolección masiva de datos. El problema “no es tanto que los sistemas vayan demasiado rápido, sino que no sabemos quiénes los utilizan, qué datos utilizan”.
“Hay un peligro real para nosotros como ciudadanos”, advirtió la artista. N
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