La catedral de Notre Dame de París recuperó su cruz, que fue colocada en lo alto de su aguja este miércoles 6 de diciembre, observaron periodistas desde las inmediaciones del templo, arrasado por un incendio en 2019.
Una grúa se encargó de levantar la cruz y de instalarla en la cumbre de la aguja poco después de las 15:00 horas (14:00 GMT). Su colocación se produjo dos días antes de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, visite la catedral, justo un año antes de su reapertura para el culto, prevista para el 8 de diciembre de 2024.
La aguja, idéntica a la anterior, diseñada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX y que se desplomó en el incendio, se entrevé a través de los andamios desde finales de noviembre.
Según la presidencia francesa, “la aguja se montó a partir de los diseños de Viollet-Le-Duc. Se trata de un ensamblaje de madera extremadamente experto, cubierto de una capa de plomo y rematado, en la cumbre, por una corona, un gallo y una cruz, a 96 metros de altura”.
Este miércoles el gallo todavía no era visible por encima de la cruz. “Todavía no se volvió a colocar” en su sitio, indicó el Palacio del Elíseo, que precisó que será “bendecido” según la tradición católica en los próximos días, en una ceremonia que tendrá lugar al margen de la visita del jefe de Estado del próximo viernes.
EL GALLO ANTERIOR DE LA CRUZ DE NOTRE DAME ESTARÁ EN UN MUSEO
“Es un gallo nuevo”, informó la fuente, que explicó que el antiguo, que se pudo recuperar tras el incendio, será expuesto en un futuro museo. La aguja anterior tenía en su interior 500 toneladas en maderas nobles y 250 toneladas de plomo. Desde el suelo alcanzaba una altura de 93 metros.
Sin embargo, existió una aguja original construida alrededor del año 1250 y contaba con cinco campanas, pero el viento y otros factores la dañaron. Así, la aguja de Viollet-le-Duc, estaba rodeada de estatuas de cobre verde que representaban los 12 apóstales y cuatro evangelistas.
En tanto, el gallo, situado en la cumbre de la aguja, contenía en su figura de bronce tres reliquias: la corona de espinas de Jesús, una reliquia de Saint Denis y otra de Sainte Geneviève. La figura del animal constituía un “pararrayos verdaderamente espiritual”, que protegía de las tormentas eléctricas a todos los visitantes.
La semana pasada, Philippe Jost, responsable de la reconstrucción de la catedral gótica, edificada entre los siglos XII y XIV, señaló que en cuanto la aguja alcanzara los 96 metros, se procedería a “cubrirla con plomo”. N