Las personas con patrones de sueño muy irregulares son propensas a un mayor riesgo de demencia en comparación con aquellas que se despiertan y duermen a horas más regulares, según una investigación dirigida por la Universidad de Monash, en Australia.
Publicado en Neurology, el estudio comunitario examinó la relación entre la regularidad del sueño, que es la consistencia de los períodos de vigilia y sueño durante días consecutivos, y el riesgo de padecer demencia en el futuro. También analizó el volumen cerebral en escáneres cerebrales.
Los investigadores utilizaron datos de regularidad del sueño de 88,094 participantes, cuya edad promedio era 62 años. El índice de regularidad del sueño se midió usando un dispositivo de muñeca.
Durante una media de 7.2 años de seguimiento, 480 participantes desarrollaron demencia. El índice de regularidad del sueño se calculó como la probabilidad de estar en el mismo estado de sueño, dormido o despierto, en dos momentos cualesquiera, con 24 horas de diferencia, en promedio durante siete días.
ÍNDICE DEL SUEÑO
En teoría, quienes duermen y se despiertan exactamente a la misma hora todos los días tienen un índice de regularidad del sueño de 100, mientras que quienes lo hacen en horarios completamente diferentes todos los días puntúe cero.
En este estudio, las personas que dormían más regularmente obtuvieron un promedio de 71, los que estaban en el medio obtuvieron un promedio de 60 y los que dormían más irregularmente obtuvieron un promedio de 41.
Las personas que dormían más irregularmente tenían un 53 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia que los del grupo medio. Los volúmenes cerebrales también tendieron a ser más bajos en las personas que dormían más irregularmente.
Las personas que dormían más regularmente no tenían un riesgo menor de desarrollar demencia que el grupo medio, lo que indica que el sueño moderadamente regular era igualmente beneficioso. Los resultados se ajustaron por edad, sexo, riesgo genético de enfermedad de Alzheimer, trabajo por turnos, estado de jubilación y muchos otros factores de salud.
EL SUEÑO, LA DEMENCIA Y EL DOLOR
El autor principal del estudio, Matthew Pase, dijo: “Los patrones de sueño irregulares pueden alterar nuestro sistema interno –reloj biológico–, que controla nuestros ritmos circadianos de 24 horas”. Añadió: “Muchos de los procesos de nuestro cuerpo, incluido el metabolismo del azúcar y las grasas en la sangre y el control de la presión arterial, siguen un ritmo diurno (día/noche) de 24 horas”.
Pase dijo que la regularidad del sueño podría verse afectada por el trabajo por turnos, tener niños pequeños, factores del estilo de vida como vivir en un vecindario ruidoso y afecciones crónicas como el dolor. “La alteración de estos ritmos puede aumentar el riesgo de hipertensión, diabetes, colesterol alto y obesidad.
Combinados, estos factores están relacionados con el daño de los vasos sanguíneos y la inflamación en el cerebro, lo que posiblemente lleve a la neurodegeneración (pérdida de las células nerviosas del cerebro) y la posterior demencia”. El profesor asociado Pase dijo que los patrones de sueño irregulares podrían mejorarse mediante educación sobre la salud del sueño y terapias conductuales. N