Los judíos ultraortodoxos se libraron en gran parte del ataque de Hamás del 7 de octubre y están eximidos del servicio militar, pero muchos de ellos deciden renunciar a esta excepción criticada en Israel para implicarse en la lucha contra el movimiento islamista palestino.
El lunes, ante una oficina de reclutamiento en Tel Aviv, había unos 200 hombres en fila que respondían a un llamado del ejército a todos aquellos con aptitudes para ayudar en la guerra desencadenada por el sangriento ataque de Hamás en suelo israelí. Finalmente 120 fueron reclutados para misiones de respaldo, como enfermeros o conductores, anunció el ejército, que no les permitió hablar con periodistas.
La cifra es modesta, pero el gesto muy simbólico. Un acuerdo que data de la fundación del Estado de Israel en 1948 permite a los estudiantes a tiempo completo en las escuelas talmúdicas retrasar cada año su fecha de incorporación al servicio militar hasta los 26 años. Después, quedan totalmente exonerados.
Según un informe reciente del ejército, esto permite cada año a unos 12,000 jóvenes evitar el servicio militar obligatorio de 32 meses para los hombres y de dos años para las mujeres. Las jóvenes religiosas son automáticamente exentas.
Entre los 1,400 muertos provocados por Hamás, no había casi ningún miembro de la comunidad de los jaredíes (“aquellos que temen a Dios” en hebreo) que viven a menudo al margen de la sociedad. Tampoco había ultraortodoxos entre los participantes de la fiesta rave ni entre los habitantes de los kibutz laicos y los pueblos atacados a lo largo de la frontera con Gaza. Menos aún, entre los más de 300 soldados israelíes muertos en el ataque.
“SE TRATA DE NUESTRA GENTE, DEBEMOS ACTUAR”, DICE UNO DE LOS JUDÍOS ULTRAORTODOXOS
Muy activos en asociaciones caritativas y en Zaha, una ONG que se encarga de identificar cuerpos en Israel, muchos ultraortodoxos participan en la unidad militar especializada en este campo.
El ejército israelí se prepara a lanzar una eventual operación militar terrestre en la Franja de Gaza, tras los bombardeos aéreos iniciados el día del ataque de Hamás.
Según un informe del movimiento islamista palestino, más de 5,000 personas, en mayoría civiles, murieron en los bombardeos. Entre los muertos hay más de 2,000 niños y adolescentes, según la fuente. Los dirigentes espirituales del judaísmo ultraortodoxo, que representan 12 por ciento de la población israelí, han llamado a redoblar las oraciones y a “reforzar” la práctica religiosa. Sin embargo, son raros los llamamientos a alistarse en el ejército y participar en la campaña bélica de uniforme.
El rabino Raphael Kreuzer, de una corriente más moderna, causó revuelo al llamar a los estudiantes de los yeshivot (escuelas talmúdicas) a involucrarse.
“Se trata de nuestra gente, se trata de nosotros y debemos actuar (…) sean parte de la defensa de su tierra”, afirmó Kreuzer al explicar que los estudiantes deben exigir que sus rabinos.
Antes de la guerra, el Parlamento estaba por discutir un proyecto de ley sobre la continuación del aplazamiento para los ultraortodoxos que se debate desde hace décadas.
SERVIR SIN RENUNCIAR A SU FORMA DE VIDA
Los dos partidos de judíos ultraortodoxos miembros de la coalición gobernante del primer ministro, Benjamin Netanyahu, (18 de los 120 diputados) apoyaron su polémica reforma judicial a cambio de su respaldo a esta ley.
“Decir que mañana todos los alumnos de los yeshivot irán al ejército, no, no lo creo, pero es una guerra real. Es un deber religioso servir y cuidar tu país”, declaró a AFP el diputado Yossi Taieb, del partido Shass (sefardí ultraortodoxo).
“Cada uno a su nivel debe venir y ayudar al ejército y al país a ganar esta guerra”, añadió el legislador, un exsoldado. Las imágenes en redes sociales de un alto oficial que llegó a hablar a los alumnos de una yeshiva grande, donde les imploró dejar sus libros e involucrarse mientras alumnos y rabinos intentaban silenciarlo, provocó numerosos comentarios en Israel.
“Seguiré haciendo esto hasta que se alisten 10,000 estudiantes de las yeshiva”, declaró el oficial, Erez Eshel, al diario derechista Makor Rishon.
El ejército ofrece varias opciones a los judíos religiosos, permitiéndoles servir sin renunciar a su forma de vida. No obstante, solo algunos centenares corren el riesgo de ser excluidos de sus comunidades por sumarse al ejército. La gran mayoría de los dirigentes de esta corriente religiosa son muy hostiles a permitir que se recluten a sus jóvenes.
El influyente rabino Yaakov-Tzvi Boshkovski incluso calificó la fiesta rave durante la cual fueron masacrados al menos 260 personas durante el shabat, el descanso semanal del judaísmo, como una “provocación ante Dios”. N