Hasta antes de la era digital, el término “cabezas agachadas” era sinónimo de sumisión o resignación. Empero, actualmente el acto de agachar la cabeza mientras se escribe en los teléfonos móviles también es revolucionario. Movimientos como la Primavera Árabe, el 15-M de los indignados en España, el Yo Soy 132 y el MeToo fueron impulsados y comunicados en las redes sociales.
“Hoy agachar la cabeza también es una responsabilidad de la sociedad. Es una posibilidad de informarnos y comunicarnos para ejercer nuestra libertad de expresión. El propósito de ‘La revolución de las cabezas agachadas‘ es describir cómo este fenómeno ha transformado nuestra sociedad. Además, profundizar en cómo se logró un empoderamiento civil a través del teléfono celular”, comenta en entrevista para Newsweek en Español el maestro en políticas públicas, Pedro Rangel, autor del libro.
LA CABEZAS AGACHADAS HACIA LOS TELÉFONOS MÓVILES
Rangel explica que el uso de los teléfonos inteligentes logró, a través de las redes sociales, exhibir y organizar movimientos sociales. “El uso de internet proporcionó a la población una especie de megáfono. Gracias a este cambió la balanza del poder porque los problemas estructurales que eran invisibilizados pero latentes se pusieron al descubierto”, añade el autor.
De alguna forma, indica Pedro Rangel, el establishment, las élites o grupos de poder que tenían absolutamente el control de la narrativa y callaban la voz de las mayorías, fueron derrocados. Ahora todos tienen voz. Aunque no por ello no hay riesgos, advierte el autor.
Tras la revolución de las cabezas agachadas se generó también un discurso de odio. Ello devino en la polarización, el sensacionalismo y el amarillismo. Sin faltar la violencia digital, la violación a la ciberseguridad y la desinformación.
LA TECNOLOGÍA, UN REFLEJO DE LAS VIRTUDES Y DEFECTOS DE LA SOCIEDAD
“Para combatir todos estos problemas se necesita volver prioritario lo que la Unesco define como ‘ciudadanía digital’. Se trata de una política pública que es un conjunto de habilidades que permiten a las personas acceder, comprender, analizar, producir y utilizar ese entorno digital de una manera crítica, ética y creativa.
“De no hacerlo vamos a estar expuestos y ser vulnerables, a nivel personal y a nivel social, de los riesgos que habitan en el universo digital”, advierte el maestro Rangel.
“La revolución de las cabezas agachadas” no es un libro exclusivo para los académicos, es para todo aquel que posea un teléfono con acceso a internet, indica el autor.
Rangel añade que la obra toca diversas problemáticas que “nos afectan a todos por igual” como usuarios de teléfonos móviles. A su vez, indica que los usuarios no deben dividirse entre los que creen que la tecnología es mala y los que la consideran buena.
“En general, la tecnología es espejo y reflejo de todas nuestras virtudes y de todos nuestros defectos como seres humanos. Habrán manifestaciones tanto positivas como como negativas. Por ello, parte de lo que pretende este libro es contribuir a la educación y empoderamiento de la sociedad para sacar el mejor provecho a lo digital”, finaliza el autor.