¿Una pintura es un poema y nada más? “Sí, un poema hecho de relaciones entre formas”. Así lo articuló, allá por el siglo XX, José Clemente Orozco, muralista, litógrafo y referente del artista mexicano Nizaac Vallejo, quien reflexiona sobre la memoria, condición humana y nostalgia en su más reciente exhibición pictórica, Resquicios, cobijada en la galería EXU de la Ciudad de México.
Autos clásicos (bochos), vegetación, cotidianidad revestida de memoria colectiva mexicana, personajes del presente y pasado engalanan este proyecto pictórico conformado por 45 piezas con dimensiones que oscilan entre los 11 y los 200 centímetros.
Bajo la curaduría de Mónica Galván, resulta un recorrido de observación y diálogo íntimo por las distintas salas y rincones de la galería EXU, ubicada en San Ángel.
En una de las primeras habitaciones de Resquicios —visitada por Newsweek en Español— se observa un gran cuadro atemporal que cautiva al espectador, además de sus colores vigorosos. Aquí, los tonos terrosos, grises, blancos —prácticamente inertes— se enfrían para dar paso a una obra saturada de recuerdos: un Nizaac infante y adulto seguido por su madre, esposa, hijo y perro (similar a un Beagle).
“Empecé a plantear este proyecto durante la pandemia. Aunque, por las condiciones de no poder asistir a mi estudio, inicié con piezas muy pequeñas; cuando me di cuenta ya tenía 300. En 2021 ya se propuso como proyecto formal, desde 2019 hasta hoy tengo mi trabajo plástico. A diferencia de otras series, hablo de un aspecto más íntimo: mi construcción y hobbies como coleccionar coches antiguos y arreglarlos”, relata en entrevista.
EL CINE DE BERGMAN Y EL CONCEPTO DE LA MUERTE
Hasta ahora, es el trabajo más personal y catártico de Nizaac Vallejo —oriundo de la capital mexicana—, pero también establece un diálogo con sus piezas anteriores, como “Gritos y susurros”, con presencia en la Bienal Rufino Tamayo; “La hora del lobo”, expuesta en Arte Joven, y “Vistiendo a la muerte”, con presencia en la Bienal Alfredo Zalce.
Egresado de la carrera de Artes Visuales de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM, su trabajo se ha expuesto en países como España, Holanda, Estados Unidos, Italia y Estonia. Para este artífice de 36 años, otra área de conocimiento que suma al momento de crear un cuadro es el cine, puntualmente con directores como Ingmar Bergman y Andréi Tarkovski.
—¿Cómo la pintura te lleva a la filosofía, literatura y cine? —preguntamos desde un salón de la galería EXU, en donde es acompañado por Mónica Galván, a quien conoció desde la universidad.
—En la licenciatura comencé a investigar sobre la condición humana. A partir de la pintura me di cuenta de la importancia que ha tenido el lenguaje cinematográfico, que Bergman en particular acentuó visualmente. La primera película que vi de este cineasta sueco fue La hora del lobo, a los 17 años, y me voló la cabeza.
—¿Por qué la concepción de la muerte es una constante en tu trabajo?
—Es lo único que nos pertenece. (Martin) Heidegger decía que “un ser arrojado hacia la muerte hace que este conocimiento esté marcado por la angustia”. Es una obsesión como algo que desconozco. Poco a poco se volvió recurrente, pero de una manera más poética.
LOS PASOS DE NIZAAC VALLEJO EN LA ESCULTURA
Aunado a todo lo anterior, en la exhibición Nizaac Vallejo abre una nueva posibilidad a su cartera artística con la escultura, fruto de trabajo previo. Al indagar sobre esta incursión en la técnica de representar objetos o figuras en tres dimensiones, responde que tuvo lugar tras un viaje a Italia.
“Llegué del país y me encerré un año, no vi a nadie y generé todo esto. Empecé con arcilla, plastilina. La escultura es un guiño a lo que viene. Es un área muy específica que requiere mucho tiempo. No soy escultor y nunca había pensado en la escultura honestamente, pero esta serie me dejó la puerta abierta, una vertiente de generar aparte del dibujo y grabados”, agrega luego de dar un sorbo a su café.
Tanto Mónica como Nizaac quieren llevar Resquicios a espacios internacionales en un futuro próximo. Si bien no hay nada aterrizado por el momento, adelantan propuestas por Europa y Estados Unidos.
En tanto, en Ciudad de México abordarán la actividad “Jueves sonoro”, donde la música y pintura tendrán una estrecha relación. Igualmente, habrá una mesa sobre pintura contemporánea con Christian Gómez y Gonzalo García, así como la presentación de un documental acerca del proceso de esta exhibición.
“Hay un despliegue y programación que complementa y activa la exposición”, apunta Mónica Galván mientras recorre un cuarto oscuro iluminado por luz violeta.
“ES IMPORTANTE SER CONGRUENTE”
—¿Cuál es la importancia de una curadora? —cuestiona Newsweek en Español.
—Con Nizaac tengo ya varias exposiciones, entonces este recorrido nos ha ayudado a congeniar y conocernos mutuamente. En curaduría se tienen que generar sinergias y complicidades. Es una ventaja porque ya no me tenían que explicar su vida.
“Es un trabajo de acompañamiento, siempre un paso detrás del artista porque la obra es la que luce y genera toda la narración. No debe haber una competencia ni jerarquía mayor a la del autor. Intento que mis curadurías sean de potenciar y agregar una línea de todas las posibles. Al final, hay otras lecturas”, indica.
En Resquicios, abierta al público desde el 5 de mayo y hasta el 13 de agosto, Nizaac nos vuelve cómplices de sus colecciones iconográficas de la memoria y en donde convergen todos los géneros de la pintura: paisaje, retrato, naturaleza muerta, costumbrismo y bodegón (figura alimentos, recipientes y utensilios domésticos).
Una de las obras más impactantes —sostenida por ligas metálicas— es aquella que representa una alegoría a la cinta El amor es el demonio. Estudio para un retrato, de Francis Bacon, pintor británico y gran referente para Vallejo.
—Como académico de la Facultad de Artes y Diseño por casi diez años, ¿cuál es la lección que dejaste en tus alumnos?
—Para ser artista visual es importante ser congruente, tener actitud creadora, ser honesto y aferrado. Siempre defender lo que uno hace, piensa y dice. Traté de generar una disciplina y compromiso en mis alumnos al momento de decir “quiero ser dibujante, pintor o escultor”. N