Acrobacia, malabarismo, látigo, humor y equilibrismo… Bajo el arte clown, La Gran Pompa —compañía de comediantes cuyo eje son los trucos escénicos— celebrará 18 años de trabajo con una función especial en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris en CDMX: A capricho.
Inspirada en los espectáculos de variedades de principios del siglo XX e inmersa en un ambiente glamoroso, los personajes abordarán con ironía y comicidad la elegancia de aquellos tiempos el próximo 4 de mayo en punto de las 20:30 horas.
Con la autoría y dirección de Valerio Vázquez y Malcolm Méndez, la puesta resulta una propuesta que tiene como pilar la amistad. Mediante la camaradería y complicidad, dos payasos compiten de diferentes maneras por ganarse la simpatía de los espectadores.
A través de ocurrencias, trucos y muestras de confraternidad que resisten cualquier broma, se enarbola la importancia de contar con sólidas relaciones recíprocas.
“Es más una situación visual que implica una serie de pétalos regados por el espacio escénico. Sin duda es una función para toda la familia. El clown es un arte vivo que depende mucho del diálogo entre los artistas”, comenta Valerio Vázquez en entrevista con Newsweek en Español.
LOS GESTOS DEL HUMOR SON UNIVERSALES
Para crear un ambiente reflexivo, fantástico y de revelación, A capricho es sonorizado por un percusionista que caricaturiza las acciones de ambos personajes. El hecho remite a los dibujos animados con elementos de slapstick (subgénero de la comedia que consiste en utilizar la torpeza de sus actores y los golpes físicos para divertir al espectador). Este último sirve para aludir a las absurdas e increíbles secuencias cómicas del cine mudo.
—¿Qué tan difícil resulta para ustedes como arte clown entretener al público cuando no hay voz? —preguntamos.
—Bajo este formato de espectáculo visual, en ocasiones, el texto puede llegar a estorbar porque la atención está enfocada en el juego. Es parte de la dinámica del circo. Además, cuando nos presentamos en otros países sería muy difícil aprender las obras en otros idiomas, pero los gestos del humor son universales.
“Con estos elementos buscamos generar un ambiente festivo, en donde el público participe activamente e influya en el desarrollo de la función”, añade.
UN SUEÑO QUE COMENZÓ DESDE LA ADOLESCENCIA
La Gran Pompa, que utiliza con destreza herramientas circenses a las cuales incorpora otras disciplinas como danza, música, magia y pantomima, también tiene presencia internacional. Ha participado en el Festival Sirkus Soppa en Kuopio, Finlandia, y en el Füsion Fest en Lärz, Alemania. También, en el Festival de Avignon, Francia, y en Le Monniati en Ginebra, Suiza.
La compañía, fundada en 2005 por Valerio y Malcolm, artistas especializados en la Escuela Estatal de Circo y Teatro de Variedades de Moscú (GUTZEI), fue concebida en la mente y aspiraciones de dos preadolescentes.
Según palabras de Malcolm Méndez, en algún momento de esta etapa juvenil encontraron al maestro Anatoli Lokachtchouk, un artista circense ucraniano cuyos orígenes recaen en el circo soviético.
“Estaba radicado en México y caímos con él. Empezamos a aprender de la tradición del circo y del teatro de variedades. Estuvimos cinco años bajo la formación de Anatoli y después fuimos a Moscú, donde nos especializamos en diferentes áreas: Valerio, malabarismo y acrobacia y, en mi caso, equilibrismo de cuerda floja, pero también ambos en el arte del payaso. A nuestro regreso fundamos La Gran Pompa”, comenta uno de los creadores, quien agrega que antes de ser independientes fueron miembros del Escuadrón Jitomate Bola.
“A CAPRICHO”, EN FIESTAS INFANTILES Y A ESCALA GLOBAL
A capricho no es la primera vez que se presenta ante el público. La primera versión, creada hace 18 años, dista de lo que ahora veremos en el Teatro de la Ciudad, ubicado en Donceles 36, Centro Histórico. El espectáculo se ha presentado en lugares en donde la oferta artística y cultural es muy limitada como camellones, circos y hasta en una fiesta infantil. Asimismo, en escenarios importantes en el marco de festivales artísticos en México y el extranjero.
—Casi dos décadas como compañía de comediantes, ¿hoy qué reto tienen?
—El principal objetivo es seguir adelante. Al inicio fueron años de picar mucha piedra, el arte clown o las artes circenses hace 18 años eran muy incipientes; no había clases ni espacios por ningún lado. Ahora ya está más presente en el imaginario colectivo la existencia del circo como oferta artística.
“Seguiremos tercos en mantener nuestro lenguaje e inquietudes”, dice confiado Valerio Vázquez.
La confianza de ambos fundadores —expresada en sus voces— es congruente con sus logros. En 2021, La Gran Pompa obtuvo el Grand Prix, premio principal otorgado en el Festival Internacional de Mimos y Clowns “Comediada”, en Odesa, Ucrania. La función especial de mayo será el cierre de un ciclo que inició este 2023 con una temporada de otro espectáculo llamado “Par de comodines”, que estuvo en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.
Para A capricho, el equipo creativo está a cargo de Edgar Uscanga en la producción ejecutiva; Gregorio Villegas en la música incidental, y Roberto Paredes con el diseño de iluminación. Los boletos están disponibles en la taquilla del recinto y en Ticketmaster. N