El presidente ruso Vladimir Putin formalizará este viernes en una ceremonia en Moscú la anexión de territorios ucranianos a Rusia, ampliamente denunciada por la comunidad internacional.
Ucrania, que cuenta con el apoyo de los países occidentales, prometió seguir su contraofensiva lanzada hace un mes y con la que logró hacer retroceder al ejército ruso, obligando a Putin a movilizar a cientos de miles de reservistas.
La ceremonia en el Kremlin ratificará la anexión de cuatro regiones de Ucrania controladas en parte por Moscú: Donetsk y Lugansk en el este, Jersón y Zaporiyia en el sur.
“Una ceremonia de firma de acuerdos sobre la entrada de nuevos territorios rusos en la Federación de Rusia se celebrará mañana (viernes) a las 15:00 en el Kremlin”, dijo a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Las anexiones de regiones ucranianas por Rusia, que deben de concluir el viernes, “no tienen lugar en el mundo moderno”, declaró a la prensa este jueves el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
“LA ANEXIÓN NO TIENE LUGAR EN EL MUNDO MODERNO”
“Cualquier decisión de proceder a la anexión de las regiones ucranianas de Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia no tendrán ningún valor legal y merecen ser condenadas. Es una escalada peligrosa. Esto no tiene lugar en el mundo moderno”, aseguró.
Gran parte del centro de Moscú estará cerrado el viernes a los vehículos y según los medios de comunicación rusos habrá un concierto frente a la presidencia, durante el cual Putin podría hacer una aparición.
Los responsables instalados por Rusia en las cuatro regiones ucranianas llegaron en avión a Moscú el miércoles por la noche, según las agencias de prensa rusas.
Sin embargo, no todo es fiesta y celebración en Rusia. Preocupados por un posible cierre permanente de la frontera tras la orden de movilización de Moscú para la guerra en Ucrania, un creciente número de rusos en edad de combatir huyen a Finlandia por el principal puesto fronterizo de Vaalimaa.
Pero la tarea se va a volver más complicada, tras la decisión del gobierno finlandés de cerrar la frontera a partir de la medianoche del jueves a todos los rusos provistos de visado de turismo europeo para el espacio Schengen.
MILES DE RUSOS VAN AL EXILIO
“Acabo de pasar. No sé cómo van a hacer los otros. Es triste, triste”, confió a AFP Andrei Stepanov, un ruso de 49 años oriundo de Samara, cerca de la frontera con Kazajistán, al referirse a las nuevas restricciones.
Al ser consultado por los numerosos rusos que huyen de la movilización, la ministra finlandesa del Interior Krista indicó este jueves que los pedidos de asilo serán evaluados caso por caso.
Desde hace una semana y el anuncio de movilización “parcial” por Vladimir Putin, el número de ingresos por la frontera terreste de 1,300 kilómetros casi se duplicó, a pesar de que el miércoles hubo un freno.
“Ahora creo que su estatuto importa poco. Si es apto para servir hoy, mañana puede estar en el ejército”, explicaba el miércoles a AFP Viktor Zakharov, un científico de 35 años.
Entre 7,000 y 8,000 personas cruzan cada día la frontera, la mayoría por el paso de Vaalimaa, el más meridional.
Sus puertas grises se han convertido en un punto de tránsito para miles de rusos que van al exilio, como ocurre con Georgia, Kazajistán o Turquía. N
Con información de AFP
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