¿QUÉ PASA cuando mezclamos Suspiria, de Dario Argento, Medianoche en París, de Woody Allen, y The Neon Demon, de Nicolas Winding Refn? Last Night in Soho, última producción del director británico Edgar Wright, conocido por Shaun of the Dead (2004), Scott Pilgrim vs. The World (2010) y Baby Driver(2017). En la nueva cinta de este realizador destacan el trabajo visual y el montaje que siempre han caracterizado su obra, con lo que crea una historia con cortes rápidos que mantiene una sensación de peligro y frustración.
Protagonizada por Thomasin McKenzie (The King, Jojo Rabbit) y Anya Taylor-Joy (Split, The Queen’s Gambit), Last Night in Soho cuenta la historia de Eloise, una estudiante que aspira a convertirse en una gran diseñadora de moda en Londres. Al hospedarse en el barrio de Soho luego de abandonar la residencia de la escuela, la joven comienza a tener sueños lúcidos en los que regresa a la década de los 1960, donde se despersonaliza y convierte en una cantante e intérprete, llamada Sandie, quien busca ser reconocida en el gremio del espectáculo. Sin embargo, poco a poco Eloise comienza a desentrañar un crimen que sucedió durante esa época, encontrando pasados oscuros que terminan por afectar su vida cotidiana en la capital inglesa.
Uno de los argumentos de la trama es exponer la violencia de género que las mujeres viven dentro del espectáculo, en este caso, a mediados del siglo pasado, y mostrar a los hombres agresores en sus acciones de proxenetismo y machismo a partir de monstruos y fantasmas sin rostro que buscan satisfacer sus deseos sexuales.
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Asimismo, contiene un discurso sobre concienciar a la sociedad en temas de salud mental, ya que la protagonista padece un grado de esquizofrenia que la acecha en su vida cotidiana.
La obra de Wright ha sobresalido gracias a su calidad visual, con imágenes impactantes y una dinámica edición que embona a la perfección con el diseño sonoro y la composición musical. Last Night in Soho no fue la excepción al generar estos rasgos distintivos. La dirección de fotografía, en manos del coreano Chung-hoon Chung, reconocido por su dirección visual en Oldboy(2003) y The Handmaiden (2016), es uno de los puntos a rescatar en la producción, junto a la música realizada por Steven Price, quien musicalizó películas como Gravity (2013) y Suicide Squad (2016).
En un filme energético, con suspenso y discretos tintes de gore, Edgar Wright entrega un proyecto muy distinto a lo que acostumbra presentar para la audiencia.
Aunque ya había trabajado con el género del terror cómico en Shaun of the Dead, su película mejor lograda hasta ahora, según la crítica, Last Night in Soho entra en un género distinto para el realizador inglés, con lo que evidencia su versatilidad como creador. N