ESTA SEMANA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) añadió a la variante Mu, o B.1.621, a su lista de variantes de interés del covid-19.
Esta cepa del virus fue descubierta por primera vez en Colombia a principios de este año. Desde entonces se ha encontrado en por lo menos 39 países, principalmente en Sudamérica y Europa.
Actualmente, la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tienen tres categorías de variantes del covid-19 que integran sus listas de vigilancia: variantes de interés, variantes de preocupación y variantes de gran consecuencia.
La adición de la variante Mu a la lista de vigilancia de la OMS provocó un pronunciado aumento en el número de usuarios de Google que preguntaban cuántas variantes de covid-19 existen actualmente y qué tan peligrosa es la variante Mu, de acuerdo con Google Trends.
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La forma más fácil de responder a estas preguntas es ver cómo se definen las variantes de interés, las variantes de preocupación y las variantes de gran consecuencia.
La secuenciación genómica del virus permite que los investigadores den seguimiento y vigilen la evolución del SARS-CoV-2 (el virus que provoca el covid-19), así como sus mutaciones. Entre ellas se incluyen los cambios que podrían ayudar al virus a evadir la detección de las pruebas o evitar la protección que ofrece la vacunación.
Una variante del SARS-CoV-2 con estas propiedades, o con la posibilidad de producir daño de otras maneras, está identificada por las organizaciones de salud como variante de interés.
La variante Mu se ha sumado a la “lista de interés”, pues se ha determinado que posee un conjunto de mutaciones que pueden ayudarla a eludir la respuesta inmune adquirida por la vacunación. Se une a otras cuatro variantes de interés: Eta, Iota, Kappa y Lambda.
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Actualmente, estas variantes de interés están sometidas a una mayor investigación, y podrían pasar al siguiente nivel de gravedad: la designación de “variante de preocupación”.
La lista de variantes de preocupación incluye actualmente a Alfa, Beta, Delta y Gamma.
Los CDC señalan que la lista de variantes de preocupación se compone de variantes del SARS-CoV-2 de las cuales “se tienen pruebas de un aumento en su transmisibilidad, de que provocan una enfermedad más grave, de una reducción importante en su neutralización por parte de los anticuerpos generados en una infección anterior o por la vacunación, de una menor efectividad de los tratamientos o vacunas, o de fallas en la detección diagnóstica”.
Esencialmente, esto significa que estas variantes hacen que las personas enfermen más gravemente y son más contagiosas de lo que parecen ser las variantes de interés.
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La última lista de variantes del SARS-CoV-2, y la más peligrosa, es la de “variantes de gran consecuencia”.
Los CDC las definen como variantes de las que “existen pruebas claras de que las medidas de prevención o las contramedidas médicas han disminuido significativamente su efectividad en relación con las variantes que circulaban anteriormente”.
Para ser incluida en esta lista, una variante tiene que demostrar su capacidad para no ser detectada por las pruebas, mostrar una resistencia importante a la inmunidad ofrecida por la vacuna y provocar una enfermedad grave.
Por fortuna, actualmente no hay variantes del SARS-CoV-2 que cumplan con los extremos criterios para llegar a la lista de variantes de alta consecuencia. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek