HOY, ante un TMEC más rigorista, la sola inversión pública no podrá salir adelante.
Hay que ser realistas. México depende en gran medida de nuestro vecino comercial para poder tener flujos de efectivos a favor dentro de la economía mexicana, y a su vez, de los estados que lo confortan. Gran parte de nuestro intercambio se concentra en 2 estados (Texas y Michigan, con 120,000 a 130,000 millones de dólares en 2020). Ahora que el TMEC tiene más normatividades, regulaciones y mecanismos para implementar una igualdad, ¿estaremos a la altura para poder reaccionar en tiempo?, ¿para poder estar a la par de nuestros socios?
En 20 días estaremos realizando el presupuesto de México para 2022, el cual al parecer será del tipo inercial, no adaptado a los incrementos macroeconómicos observados en 2021, y manteniendo las variables con una alta incertidumbre de poder llegar a los objetivos que se tracen, como el tipo de cambio, inflación, tasa de interés, precio del barril, y reducir la deuda del país.
Me surge esta duda: si el mundo está cambiando en disminuir los gases de efecto invernadero y calor, ¿en México habrá inversión pública para las empresas productivas del Estado y mejorar las plantas que operan? El ejemplo de esto es que posiblemente en una década podría colapsar el sistema de refinación, sin importar haber construido la refinería de Dos Bocas.
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En todo y en todo el mundo están hablando de la crisis financiera de 2020, y en este 2021 sobre la inflación a escala mundial; pero nadie está visualizando el cómo podremos tener un desarrollo económico en el corto plazo para poder tener un crecimiento como país y estar en las mismas condiciones que otras naciones en 2022.
Estamos debatiendo sobre historia del futuro y del presente con el pasado, y estas son buenas para un acervo cultura en conocimiento, siempre y cuando alguien esté interesado en tomarla para la vida cotidiana de cada individuo, pero eso no da de comer.
La realidad actual de cada personas y hogar, la principal prioridad, es la forma con que puede hacerse frente, y el tener el suficiente peculio para poder sobrellevar la vida en una cotidianidad posible, entrelazada con las oportunidades en su trabajo o en el que pudiera ser ocupado, con sus servicios de acuerdo con su conocimiento, y no a un contrato colectivo no alineado a su crecimiento profesional.
Para determinar la calidad de vida de una persona no basta con ser o sentirse feliz, eso no paga la renta, hipoteca, comida, escuela, transporte, servicios y energía. Cada una de las actividades que cada hogar tiene que realizarse, combinado con que los productos de la canasta básica que han aumentado en los últimos meses, a la vez que el salario de las personas ha sido contraído al ser de nuevo contratadas o porque las empresas recortaron el estipendio ante la caída de la actividad de la empresa donde laboran, y cuyo objetivo es mantener el negocio dentro del mercado.
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De acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional, el PIB per cápita 2018 a 2020 de México disminuyó en 22,000 pesos, y esto es un reflejo de la desaceleración económica en México, y ligado a una contracción en el poder adquisitivo de la gente, que está más preocupada por cómo sustentar a su familia.
Para poder recuperar los valores ante de la pandemia en todos los rubros que determinan que una familia puede tener lo necesario para poder llevar acabo la mejor vida (no felicidad), deberá haber incrementos, haber una mayor inversión y circulación de dinero, cuyo objetivo será incrementar el salario promedio actual, y esto con base en poder tener un mayor incremento de dinero proveniente de otros naciones o socios comerciales del país.
Esto solo podrá ser remediado al circular una mayor cantidad de dinero en la economía permitiendo que otros puedan tener el riesgo financiero, y la nación por medio de leyes, regulaciones y normativas pueda tener ingresos por las actividades por medio de impuestos provenientes de empresas y de salarios de acuerdo con cada actividad en cada empresa.
Continuar perdiendo el tiempo, como hasta hoy día, que estamos perdiendo en tribunales y no dejando que la energía circule con responsabilidad para el futuro, se convierte en un riesgo. La generación de electricidad es un ejemplo fiel de lo anterior, pues esta está una década retrasada a partir del 2022. Entonces… ¿México realmente es una potencia económica? N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.