El acoso y la violencia sexual se han convertido en una problemática constante en Aguascalientes, principalmente para las mujeres.
De acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el segundo semestre del 2020, al menos el 25.4% de las mujeres de Aguascalientes de 18 años o más enfrentaron por lo menos una situación de acoso personal o de violencia sexual en lugares públicos.
Dicha cantidad equivale a 82 mil 426 mujeres, por lo que el dato no es cosa menor. Incluso, el promedio de víctimas de Aguascalientes está por encima de la media nacional, que para el caso de mujeres es del 21.6%.
Para los hombres, este tipo de delitos los casos son ínfimos, ya que sólo el 2.8% reconoció haber sido víctima de acoso o de violencia sexual en el mismo periodo de tiempo.
En México la intimidación sexual es la acción más común para hombres y mujeres. La encuesta indica que al menos el 13.1% de la población mexicana sufrió algún tipo de intimidación de esta índole durante el segundo semestre de 2020.
Algunas de las situaciones más frecuentes son piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre el cuerpo de la víctima que le ofendieron, mensajes con insinuaciones sexuales a través de mensajes, redes sociales o correo electrónico o el envío de fotografías o videos de índole sexual a través de estas vías.
Posteriormente, la segunda acción más común fue el abuso sexual, que lo padeció el 3.9% de la población. Como abuso se entiende la exposición de las partes íntimas o tocamientos lascivos sin el consentimiento de la víctima o la exposición a pornografía.
El acoso u hostigamiento sexual es el tercer acto más cometido. En México el 1.3% de la población encuestada lo ha padecido. Se refiere al ofrecimiento de dinero, regalos u otro tipo de bienes a cambio de algún intercambio de tipo sexual que a la víctima le pareció ofensivo o humillante.
Finalmente, el cuarto delito más común es la violación o intento de violación sexual, presente en el 0.6% de las víctimas. Se refiere al acto de obligar a alguien, a través de la fuerza física, engaños o chantajes para tener relaciones sexuales sin su consentimiento o en contra de su voluntad.
Cabe destacar que, al tratarse de hechos ocurridos en lugares públicos, también se infiere la falta de acción y omisiones de las autoridades e instituciones que pudieron evitar este tipo de actos.