EN MÉXICO estamos por enfrentar una nueva guerra, no bélica ni comercial, sino de índole ambiental y en la forma de aprovechar los recursos de la naturaleza en función de estrategias para tener una mejor calidad del aire en el entorno de cada país en el mundo.
En Estados Unidos hasta el momento los resultados de las elecciones presidenciales favorecen al candidato Joe Biden y es muy complicado que el resultado pueda ser revertido por la singularidad de la forma en la selección del administrador de esta nación cada cuatro años. Los mercados han reaccionado de forma positiva y los commodities han empezado a recuperarse, como el precio del barril, que regresó a intervalos en el futuro en rangos de 38 a 42 dólares por barril, y se espera que se mantenga en las próximas semanas en este valor.
A partir de la nueva administración, que entrará en vigor en enero de 2021 en nuestro país vecino, veremos nuevas empresas o las que están actualmente en el mercado energético de Estados Unidos migrando a un nuevo modelo de negocio. El cual tendrá una ventaja competitiva respecto a los mercados, en donde las políticas públicas en energía están ligadas a la industria de hidrocarburos y no a la mejor forma de aprovechar las energías primarias en un periodo más largo en estos países.
En el país de las barras y las estrellas, la nueva visión para la misión de 2050 contempla reducir la brecha de la energía rechazada (no utilizada) por debajo del 50 por ciento. Actualmente, del total de energía primaria tomada y transformada solo se aprovecha el 33 por ciento, pues la diferencia es desperdiciada principalmente por las tecnologías que actualmente hay para consumo de todos los portadores de energía (combustibles – electricidad), cuya baja eficiencia tiene como resultante calor (energía) que es enviado al ambiente, impulsando el cambio climático.
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El objetivo en Estados Unidos y la nueva administración es adoptar una segunda fase: revertir la pérdida y mala utilización de las energías primarias. Esto traerá menor compra y utilización del petróleo crudo.
Estados Unidos está moviéndose en la dirección correcta, pero con demasiada lentitud. Empero, con la nueva administración podrán ejecutarse las bases para el cambio en un menor tiempo, el cual deberá concluir en 2050.
¿Cómo lo harán? Aprovechando la inversión en nuevas tecnologías en el transporte, disminuyendo la cantidad de petróleo tomado de la naturaleza y, con ello, disminuir la cantidad de calor que emana a la atmosfera por los escapes del calor que proviene de la combustión al migrar a autos en una primera fase híbridos y eléctricos, y posteriormente, a eléctricos con hidrogeno. Pero todo dependerá de la forma de generar la electricidad en función de la materia prima o recursos que tomen de la naturaleza.
TRAS LA EFICIENCIA ENERGÉTICA
La nueva misión de este país: tener una eficiencia energética en un modelo de negocio nuevo que incremente las inversiones y recupere los empleos que la industria de hidrocarburos ha perdido en 2020 por medio de la generación de nuevas profesiones, técnicos o administrativos alineados para aprovechar de una mejor forma las energías primarias.
Esta nueva misión no significa que de forma tajante eliminará la utilización del petróleo o cambiará la forma de generar electricidad. Es un proceso evolutivo ordenado y de acuerdo con las posibilidades financieras, políticas públicas y aplicación de las nuevas tecnologías para que se lleven a cabo. Gran parte del peso de la pérdida de estados por parte de los republicanos pudo haber sido por la visión de largo plazo, en donde vieron cada uno de ellos que su crecimiento económico no podría ser sin el acompañamiento de la energía alineada al nuevo modelo adelantado de la misión por parte de los demócratas.
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Entre las acciones que la nueva administración pretende realizar para hacer el cambio y aprovechar a energías primarias están:
—∞—Inversión acelerada de 2 billones de dólares en el cambio climático y llevarla a un rumbo irreversible para cumplir con el plan que la ciencia demanda.
—∞—Crear 1 millón de nuevos empleos en la industria automotriz estadounidense, en las cadenas de suministro automotrices nacionales y la infraestructura automotriz, desde partes hasta materiales y estaciones de carga de vehículos eléctricos en las diferentes modalidades, para aprovechar la energía rechazada.
—∞—Ciudades con más de 100,000 o más habitantes tendrán opciones de transporte público de alta calidad y cero emisiones en coordinación con la inversión privada.
—∞—Avanzar ambiciosamente para generar electricidad limpia fabricada por empresas de Estados Unidos y lograr un sector eléctrico libre de contaminación por carbono para el año 2035.
—∞—Creación de 1 millón de puestos de trabajo, mejora de 4 millones de edificios y climatización de 2 millones de hogares en cuatro años.
—∞—Crear una nueva Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada sobre el Clima.
La misión adelantada por la nueva administración que entra en 2021 marcará una inversión histórica: en eficiencia energética, energía limpia, sistemas eléctricos e infraestructura de líneas que faciliten la electrificación del transporte, y una nueva infraestructura de transmisión y almacenamiento de baterías que abordará los cuellos de botella y desbloqueará el potencial total de energía limpia de Estados Unidos, construido por trabajadores estadounidenses, utilizando materiales hechos por ellos mismos. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.