Este 2 de noviembre no hubo ríos de gente ni desfile de arreglos florales por la calle José Guadalupe Posada, que conduce al Panteón de los Ángeles -uno de los más antiguos de la ciudad de Aguascalientes- como solía ser una tradición por el Día de Muertos.
El silencio fue el único acompañante de los seres queridos que descansan en las fosas y tumbas del panteón. No hubo mariachis ni norteños, y el único sonido que perturbaba el ambiente era el agua que caía de una manguera que regaba los jardines.
La pandemia del Covid-19 provocó que desde hace días se decretara el cierre de los panteones en el municipio capital, a fin de evitar aglomeraciones de personas, y con ello un mayor riesgo de contagios.
La medida provocó que varias florerías y marmolerías, que en otros años lucían repletas de personas el Día de Muertos, en esta ocasión optaran por cerrar.
La florería de la señora Claudia Hernández fue de las pocas que abrieron desde temprano en los alrededores del Panteón de los Ángeles, aunque con poco optimismo por la baja afluencia de personas.
“Ayer y hoy normalmente son días de buenas ventas, pero ahorita no se está vendiendo nada (…), normalmente se incrementaban las ventas hasta en un 50%, pero ahorita está sólo desde que empezó, hay días en los que sólo vendemos 20 o 30 pesos, entonces ¿qué hacemos?”.
Sin embargo, las bajas ventas no son algo nuevo, pues prácticamente desde el inicio de la pandemia, en marzo, los panteones cerraron las puertas, golpeando directamente la economía de los establecimientos cercanos.
Para Claudia, cada vez es más difícil cubrir los gastos de los servicios, la renta y la proveeduría de las flores, que cada mes llega desde la comunidad de Villa Guerrero, aledaña al Nevado de Toluca y cuya actividad económica más importante es, precisamente, la floricultura.
“Ahorita la situación sí está para llorar porque tenemos que seguir pagando luz, agua y renta, además ahorita está bien cara la flor y por eso no podemos pedir mucho y si no se nos vende, tenemos que tirar las flores”.
Don Faustino es otro comerciante afectado por la escasa actividad económica. Desde hace 20 años atiende una florería que se ubica a un costado del panteón Jardines Eternos, y desde entonces no recuerda un Día de Muertos tan desolador como este.
“A todos nos ha ido mal, no hemos vendido ni el 20%, si acaso estamos sacando para pagar la renta y para comer, pero ya habrá tiempos mejores”.
Con resignación, comenta que esta temporada suele ser una de las mejores en el año para la floristería, pues en años anteriores se podrían obtener ganancias de hasta 40 mil pesos, pero hoy la realidad ha sido muy diferente.
“Antes en un día normal de muertos podíamos llegar a sacar entre 30 mil y 40 mil pesos, pero ahorita malamente estamos sacando 2 mil o 3 mil pesos, no es nada a lo que ganábamos”, señaló.
A pesar de ello, reconoce que en este momento lo más importante es que se antepongan las medidas enfocadas en proteger la salud de los aguascalentenses, a pesar de las afectaciones a los bolsillos de su familia y de quiénes dependen de las actividades ligadas a los panteones.
“Lo importante es que esta enfermedad pase, no importa si las ventas siguen bajas, lo importante es que sigamos bien”, comentó.