“Declaro que vamos a reducir (las emisiones) de gases de efecto invernadero a cero de aquí a 2050” apuntando “a una sociedad neutra en carbono”, afirmó Suga en su primer discurso de política general ante el Parlamento japonés desde su llegada al poder en septiembre.
El plazo concreta los compromisos de Japón para luchar contra el cambio climático. Hasta ahora sólo había comunicado su intención de lograr la neutralidad de carbono en la segunda mitad del siglo XXI.
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Este nuevo objetivo sitúa a Japón en la misma línea temporal que Europa y Reino Unido, y una década antes que China, que el mes pasado estableció el tope para 2060.
El primer ministro no mencionó un calendario preciso para lograr ese equilibrio entre las emisiones de gas de efecto invernadero y su absorción, pero hizo hincapié en la importancia de la tecnología.
“La clave es la innovación”, declaró Suga, mencionando en particular la baterías solares de nueva generación.
Japón va a promover la utilización de energías renovables y la energía nuclear, agregó el primer ministro, insistiendo en la importancia de la seguridad en un país marcado por la catástrofe nuclear de Fukushima en 2011.
El accidente, causado por un sismo seguido de un tsunami, provocó la suspensión de la actividad de los reactores nucleares en todo el país, aumentando la dependencia con relación a las energía fósiles, como el carbón.
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“No hay escapatoria”
Ante este anuncio, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, saludó “calurosamente” en Twitter la decisión japonesa y apuntó que “todas las naciones desarrolladas deberían actuar por su cuenta para detener el cambio climático”.
Por su parte, Frans Timmermans, responsable por el ambicioso Acuerdo Verde de la UE, señaló que Japón “mostró liderazgo global” al anunciar su meta, y apuntó que se trata de un “enorme paso” en la acción internacional contra el cambio climático.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que se trataba de un “desarrollo positivo muy significativo”, precisando que esperaba ahora “medidas concretas” por parte de Japón.
Japón, tercera economía mundial, firmante del Acuerdo de París de 2015, era en 2018 el sexto principal emisor de gases de efecto invernadero, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
El país suele ser criticado por su política de construcción de nuevas centrales de carbón en su territorio, y también por financiar proyectos en el extranjero, como en el sudeste asiático.
Las 140 centrales de carbón representan alrededor de un tercio de su producción de electricidad. El carbón es la segunda fuente de producción de electricidad más importante, después del gas natural licuado (GNL), cuyas instalaciones suministran el 38% de la electricidad del país.
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El nuevo objetivo estructurará el plan energético de base de Japón, que actualmente están siendo revisado.
El plan más reciente, publicado en 2018, planteaba que entre 22 y 24% de las necesidades energéticas del país fueran abastecidas por energías renovables, como la eólica o la solar, de aquí a 2030, un plazo considerado por muchos como poco ambicioso.
Este programa preveía también que la energía nuclear cubriera más del 20% de las necesidades energéticas del país en 2030.
Tras el anuncio de Suga, la oenegé Greenpeace se congratuló por el compromiso, aunque advirtió que el objetivo no tenía que suponer un aumento de la dependencia de la energía nuclear.
“La neutralidad de carbono ya no es un sueño lejano, es un compromiso necesario respecto al Acuerdo de París y, en este sentido, felicitamos al primer ministro Suga por esta declaración”, dijo Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International.
“Es un objetivo muy ambicioso”, consideró por su parte Daisuke Tanaka, especialista en el Instituto de Investigación Daiwa. Suga “ha hecho una declaración clara. Ahora, Japón debe cumplir su promesa, no hay escapatoria”.