El valle de la Muerte, en California, registró el domingo una temperatura de 54.4 °C que está siendo revisada y que, de homologarse, sería la tercera más alta de la historia del planeta y la mayor en la era moderna de meteorología.
Un comité especial auditará el registro de ese evento que, para expertos en clima, es la enésima prueba del recalentamiento del planeta.
Esta temperatura se registró a las 14:41, hora local, en un medidor automático que está a la sombra y a casi dos metros del suelo en Furnace Creek (Arroyo del Horno), nombre que calza perfecto con la circunstancia.
“Si se verifica, será la temperatura más elevada registrada oficialmente (en EEUU, N.de la R.) desde julio de 1913, también en el valle de la Muerte”, en el desierto de Mojave, según la oficina de Las Vegas del servicio meteorológico de Estados Unidos.
El 10 de julio de 1913, una estación meteorológica en la misma región estadounidense registró el récord absoluto de temperatura: 56.7 °C.
Le siguen los 55 °C registrados en Kebili, Túnez, en 1931. En 2016 y 2017, los termómetros llegaron a 54 °C en Kuwait y Pakistán.
Un “comité sobre extremos climáticos” integrado por meteorólogos y otros expertos revisará y certificará los datos, dijo a la AFP Dan Berc, de la oficina meteorológica de Las Vegas
El oeste de Estados Unidos registra actualmente una intensa ola de calor.
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La estación automática que registró la marca el domingo está a dos horas de Las Vegas, uno de los sitios más hostiles del planeta a esta altura del verano boreal.
El calor es tan fuerte que los turistas más intrépidos se toman fotos al lado del termómetro no oficial que se encuentra a la entrada de Furnace Creek.
El servicio de parques nacionales de Estados Unidos advirtió que el valle de la Muerte es el más tórrido y seco de sus parques. Normalmente mueren excursionistas en esa zona.
La validación científica de la temperatura no es una mera formalidad. En el pasado, se anunciaron récords que luego no fueron homologados.
Durante décadas, el récord mundial de calor fueron los 58 °C registrados en 1922 en El Azizia, en lo que hoy es Libia.
Pero expertos de la organización meteorológica mundial revisaron esa marca entre 2010 y 2012 y concluyeron que fue sobrevalorada en 7 grados debido a los aparatos empleados y la poca experiencia del observador.
En las Vegas, explicó Berc, el termómetro electrónico que registró la temperatura del domingo fue instalado en paralelo al viejo termómetro oficial del mercurio. Durante tres años los meteorólogos comprobaron que el nuevo termómetro es tan preciso como el viejo por lo que desde 2015 es considerado oficial y se retiró el de mercurio.
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Christopher Burt, historiador de la meteorología, dijo a la AFP que el registro del domingo parece una anomalía porque es muy diferente a lo que registraban en ese mismo momento estaciones meteorológicas de los alrededores.
Pero, indicó, “sabíamos que sólo era cuestión de tiempo que se superasen los 130 grados (Fahrenheit) (54.4 °C) en el valle de la Muerte”.
Esa temperatura refuerza la notoria tendencia al recalentamiento del planeta en los últimos cinco años y que se hace ostensible con eventos extremos, dicen climatólogos.
Si solo se considera la era meteorológica moderna, excluyendo los registros entre 1913 y 1931, las tres temperaturas más altas de la historia se alcanzaron en 2016, 2017 y 2020.
Globalmente, 2016 y 2019 fueron, en promedio, los años más cálidos jamás registrados y 2020 podría sumarse a ellos. Las canículas se multiplican, como ya lo vio Europa en 2018 y 2019, e incluso en el actual verano boreal.
La mayoría de esas canículas “hubieran sido raras sin el cambio climático”, dijo Friederike Otto, climatólogo de Oxford.
“Parece que superamos un nuevo techo con la temperatura más caliente en el planeta desde que se llevan registros validados”, comentó Michael Mann, de la Universidad Pennylvania State. “Por cierto que ese récord se perderá rápidamente si continuamos contaminando la atmósfera”, añadió.
Otros eventos climáticos extremos están catalogados con el mismo rigor: las temperaturas más bajas (67 °C bajo cero en 1983 en Vostok, Antártida), las lluvias (3,93 metros de agua en 72 horas en el cráter Commerson de la isla francesa La Reunión en 2007), el granizo más pesado (1,02 kilos en Bangladesh, 1986) e incluso el relámpago más extenso (16 segundos en Argentina, en marzo de 2019)