En un estudio preliminar se ha descubierto que los pacientes con la COVID-19 portan anticuerpos para el coronavirus por casi dos meses después de enfermarse. Sin embargo, no está claro si los anticuerpos podrían proteger a los pacientes de volver a infectarse.
Los científicos analizaron muestras de sangre de 177 personas quienes contrajeron el coronavirus que provoca la COVID-19. Ellos hallaron que la mayoría de los pacientes tenía anticuerpos que fueron detectables hasta cerca de 60 días después de que fueron infectados por el coronavirus. Pero en 2 a 8.5 por ciento no fue así.
Los hallazgos fueron presentados como una prepublicación en el sitio web medRxiv, lo cual significa que el estudio no ha pasado por el proceso riguroso de evaluación de sus pares que se requiere para publicar en revistas científicas. Hacer públicos los estudios de esta manera les permite a los científicos propiciar un debate sobre un tema.
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El grupo de participantes incluyó una variedad de pacientes con la COVID-19, donde 19 por ciento no presentaba síntomas cuando dio positivo en la prueba, pero fueron diagnosticados cuando se les trató para otras enfermedades. Un total de 94 por ciento de los pacientes fue hospitalizado con la COVID-19, de los cuales murió la cuarta parte. Alrededor de 73 por ciento de los pacientes tenía por lo menos un problema de salud subyacente, lo cual se sabe que es un factor de riesgo para complicaciones.
En estudios anteriores, los anticuerpos fueron conectados con infecciones más graves. Los autores del artículo nuevo hallaron que las personas con anticuerpos tenían más posibilidades de presentar síntoma de la COVID-19, eran mayores (con 65 años contra 41 años, en promedio) y tenían más posibilidades de presentar un problema de salud subyacente —como presión sanguínea alta— así como un índice de masa corporal (IMC) más alto. La presión sanguínea alta y la obesidad se sabe que son factores de riesgo para la COVID-19 más grave.
Los pacientes que presentaron respuestas de anticuerpos también tenían más posibilidades de presentar marcadores de inflamación en el cuerpo. Asimismo, este proceso está conectado con una reacción excesiva de ciertas células inmunológicas de las cuales se piensa que aumentan el riesgo de una persona de morir por la COVID-19.
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Lo que el equipo describió como personas “no blancas” tenía una posibilidad más alta de presentar más anticuerpos y estar lo bastante enferma para ser hospitalizada, según halló el equipo. Este hallazgo reflejaba investigaciones anteriores, las cuales sugerían que los niveles más altos de anticuerpos estaban conectados con la gravedad de la enfermedad, y que la gente de entornos negros y minorías étnicas tenían más posibilidades de morir por la COVID-19.
Los anticuerpos no son la única arma que el sistema inmunológico tiene en su arsenal contra gérmenes como el coronavirus, y los autores creen que quienes no crearon anticuerpos tal vez hayan combatido al germen de una manera diferente. Otra explicación potencial es que estos pacientes tal vez hayan tenido infecciones leves que se quedaron en las células mucosas del tracto respiratorio, donde otras armas del sistema inmunológico dominan las respuestas de anticuerpos.
Los autores reconocen que su estudio estuvo limitado por cierta cantidad de razones, incluida que la mayoría de los pacientes fueron hospitalizados. Se necesita más investigación para documentar los niveles de anticuerpos en pacientes con infecciones menos graves, dijeron ellos.
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El coautor Sanjeev Krishna, profesor de la Universidad de St. George de Londres, dijo en una declaración: “Nuestros resultados dan un entendimiento mejorado de cómo usar mejor las pruebas virales y de anticuerpos para el coronavirus, sobre todo cuando no todas las personas expuestas al virus tendrán una respuesta positiva”.
Daniel M. Davis, profesor de inmunología en la Universidad de Mánchester y quien no participó en el artículo, dijo a Newsweek: “Entender cómo varía la producción de anticuerpos entre las personas es vital por muchas razones, en particular para aprender cómo tratar a la gente de manera apropiada”.
Tras seis meses de la pandemia de la COVID-19, que ha matado más de 437,000 personas en más de 8 millones de casos, aún no está claro si la gente que contrae el virus está protegida contra reinfecciones futuras.
Davis, autor de The Beautiful Cure, un libro sobre el sistema inmunológico, comentó: “Crucialmente, la mera presencia de anticuerpos en la sangre de una persona no significa que una persona esté realmente protegida de ser reinfectada”.
Al abordar las diferencias en los participantes blancos y no blancos, él dijo: “Podría haber un sinfín de razones de esto, sobre todo porque solo se analizó a una cantidad pequeña de personas. También, no está claro si una diferencia tan pequeña tendría alguna consecuencia biológica en sí”.
Davis expresó: “De manera importante, este estudio no ha sido evaluado por pares y se debe tomar como preliminar”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek