Mientras las cuarentenas por coronavirus comienzan a relejarse y el número de muertos y contagios decrece en casi toda Europa, la última nación en decretar confinamientos en el Viejo Continente se encuentra en plena pesadilla.
Reino Unido superó este martes 5 de mayo a Italia como la nación europea con más muertos por coronavirus y se convirtió en la segunda a nivel global.
Según la Oficina de Estadísticas Nacionales, hasta el pasado 2 de mayo (últimas fechas disponibles) se registraron unas 29,648 muertes solo en Inglaterra y Gales por COVID-19.
Sin embargo, varios medios británicos calculan que la cifra puede superar los 32,000 si se cuentan las víctimas en Escocia e Irlanda del Norte, más quienes han perdido la vida en los últimos días y que todavía no aparecen en los conteos.
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Esas cifras potenciales superan con creces el número de muertos de Italia, el país más afectado de Europa, que detectó sus primeros casos antes que Reino Unido y que hasta este martes había reportado 29,029 muertos.
El gobierno británico ha rechazado que se comparen las cifras de muertos entre países por considerar que no son cálculos precisos.
“Cada país mide las muertes de una manera diferente por lo que compararlas entre sí es un ejercicio en gran medida infructuoso“, indicó el asesor médico del gobierno británico, Chris Whitty.
Sin embargo, la situación del coronavirus allí es notablemente peor ahora que en el resto de Europa.
¿Cómo se llegó aquí?
En BBC Mundo te ofrecemos algunas claves para entender qué falló.
1. La peligrosa demora
Como ha sucedido en otros países, el gobierno británico no fue la excepción en subestimar la amenaza del coronavirus y reaccionar tardíamente.
El primer ministro Boris Johnson no acudió incluso a las primeras reuniones del gabinete para discutir la estrategia a seguir y cuando lo hizo por primera vez el 2 de marzo, Reino Unido registraba ya decenas de casos confirmados y el virus parecía estar propagándose a lo largo y ancho del país.
“Creo que, desde los primeros días de febrero, si no a finales de enero, era obvio que esta infección iba a ser muy grave e iba a afectar más que solo a Asia”, le dijo recientemente a la BBC Jeremy Farrar, asesor del gobierno británico, especialista en enfermedades infecciosas.
“Creo que estaba muy claro que este iba a ser un evento sin precedentes”.
El 21 de febrero, cuando el virus ya se había cobrado miles de víctimas mortales en China y comenzaba a propagarse a gran velocidad en Italia, el gobierno británico decidió mantener el nivel de amenaza como “moderado“.
En ese entonces, Johnson probablemente no se imaginaba que él mismo se convertiría en uno de los millones de contagiados por el coronavirus y que incluso pasaría días en terapia intensiva.
2. Las estrategias fallidas
A diferencia del resto de Europa, Reino Unido decretó su cuarentena cuando ya el virus llevaba más de un mes contagiando a su población local.
Durante un tiempo, la estrategia del gobierno británico contra la pandemia de coronavirus se basaba en la mitigación y la “inmunización del rebaño”, según dijeron asesores de Downing Street.
Esta se da cuando un gran número de personas están protegidas frente a un determinado virus ya sea a través de la vacunación o porque la infección ya ha llegado a tanta gente que el virus ya no encuentra personas a las que infectar.
Pero gran parte de la comunidad científica británica no apoyaba esta estrategia.
Un grupo de 229 científicos aseguró en su momento que la postura del líder conservador representaría una presión adicional para el servicio de salud británico y ponía en peligro “más vidas de lo necesario“.
“Muchas más familias van a perder a sus seres queridos antes de tiempo”, dijo Johnson el 12 de marzo, precisando que el objetivo de su gobierno era controlar el avance del virus, pero sin frenarlo por completo.
El primer ministro defendía que si lograban retrasar el punto más alto de la pandemia, el NHS (servicio público de salud británico) podría hacer frente al virus con más eficacia a medida que mejorara el clima: en verano habría menos personas en los hospitales sufriendo de enfermedades respiratorias comunes y más camas disponibles.
Sin embargo, un modelo matemático del Imperial College de Londres advirtió que más de un cuarto de millón de personas podían morir a causa del coronavirus si el gobierno no cambiaba su estrategia.
A partir de ese momento, Johnson comenzó a hablar de “supresión” en vez de mitigación.
Su gobierno decidió finalmente cerrar los negocios del país y confinar a su población el 23 de marzo, varios días y semanas después que Francia, España e Italia, entre otras naciones europeas.
3. Problemas con las pruebas y equipos médicos
Hasta este 5 de mayo, Reino Unido había realizado más de un millón de pruebas de coronavirus (Italia, que tomó medidas más agresivas antes llevaba más de dos millones) y si bien el número es elevado, es mucho menor que otros países con menores poblaciones.
Según contaron varios expertos a la BBC, los criterios para hacer los test es otro de los factores que puede haber influido en el alto número de muertos.
Y es que Reino Unido ha realizado generalmente las pruebas de coronavirus a personas que están lo suficientemente enfermas como para ser hospitalizadas, lo que puede hacer que la tasa de mortalidad parezca mucho más alta que en un país con un programa de pruebas más amplio.
Varios médicos y personal sanitario británico han denunciado también falta de equipos y medicamentos para hacer frente a la pandemia.
De acuerdo con esas denuncias, dadas las demoras del gobierno británico para reaccionar, los hospitales a lo largo del país no lograron abastecerse a tiempo de equipos y pruebas esenciales para hacer frente a la pandemia.
El peso de la demografía
Más allá de las cosas que se hicieron mal, para valorar el impacto del coronavirus en un país es importante tener en cuenta factores como su población o la densidad de esta última.
Reino Unido, por ejemplo, tiene una población de casi 66 millones (Italia tiene 60) y es considerado uno de los países más densamente poblados de Europa.
Se cree que viven allí unas 275 personas por kilómetro cuadrado, lo que hace que sea más vulnerable al virus.
Y la parte más concurrida de Reino Unido es Londres, que es la ciudad más grande y global de Europa.
Hay otros factores, como la edad de la población que también habría que tener en cuenta.
En Reino Unido, por ejemplo, en la semana hasta el 24 de abril, sabemos que el coronavirus mató:
- 4 por cada 100.000 personas menores de 75 años
- 75 por 100.000 del grupo 75-84
- 242 por cada 100.000 personas mayores de 85
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