El futuro de ciertos tratamientos podría ser una píldora discreta y disoluble. Es decir, estamos cerca de decir adiós a las inyecciones.
En celebración del aniversario número 50 del alunizaje de los astronautas de la NASA, Newsweek está destacando a los pioneros de la ciencia y la tecnología, subrayando sus propios ambiciosos proyectos y cómo esperan cambiar el mundo.
Inventor e investigador médico, el Dr. Mutasem Rawas-Qalaji ha abandonado los voluminosos autoinyectores de epinefrina y las agujas para crear un innovador método de administración de medicamentos que salvan vidas.
Su tableta de epinefrina podría ser revolucionaria para los aproximadamente 240 millones de personas que sufren alergias alimentarias alrededor del mundo.
La epinefrina es el único tratamiento efectivo para la anafilaxis por alergia alimentaria, pero necesita administrarse rápido y mediante inyección, un problema para los niños pequeños y la gente con miedo a las agujas.
Rawas-Qalaji ha desarrollado una forma en tableta que se puede absorber rápidamente debajo de la lengua y con una mayor vida útil que el autoinyector de epinefrina tradicional. Podría minimizar significativamente las barreras del tratamiento rápido y salvar vidas en el ínterin.
—¿Su tableta de epinefrina cambia las reglas del juego?
—Pienso que sí. Va a cambiar la forma de tratar la anafilaxis.
—¿Cuál es el gran problema que trata de resolver?
—Hay un miedo involucrado en inyectar epinefrina. Se amplifica cuando los pacientes necesitan una segunda dosis. Algunos pacientes tienen que llevar consigo un inyector todo el tiempo. El tamaño es incómodo. Son sensibles al calor. Hay muchos problemas asociados con los autoinyectores.
—¿Quienes necesitan inyecciones de epinefrina son en su mayoría niños?
—Ves pacientes de diferentes grupos de edad, pero los problemas de [inyectar el medicamento] se vuelven más complejos cuando tratas con niños. Recibir una inyección es muy aterrador de todas formas, y todavía más durante una reacción alérgica.
—¿Qué le gustaría ver que haga su tableta?
—Quiero ver pacientes portando las tabletas sin los retos, sin temer que sus inyectores hayan expirado, que se hayan quedado en el calor mucho tiempo. Va a cambiar por completo la manera en que tratamos la anafilaxis, cómo administramos la medicina, la epinefrina. La tableta va a aligerar mucho estrés.
“Veo la cantidad de miedo y estrés con la que viven los padres de niños con anafilaxis. Todos los días piensan: ¿mi niño está seguro en la escuela? ¿En el campamento? ¿En una pijamada? Algunos niños necesitan revisar todo lo que comen; no pueden actuar como niños normales en ciertos aspectos. No pueden simplemente tomar un dulce o una botana que les ofrecen. Quiero ayudar a que los pacientes lleven vidas más normales, que no estén siempre temerosos de que vaya a pasar algo con su inyector.
—¿La gente muere de anafilaxis?
—En condiciones graves, sí. Sobre todo, si no son tratados, o si hay retrasos significativos en su tratamiento, lo cual contribuye al componente del miedo en general.
—¿Qué es la anafilaxis y cómo la combate la epinefrina?
—Cuando el paciente ha sido expuesto a un alérgeno, este puede iniciar una serie de reacciones en el cuerpo que podrían culminar en una opresión de la garganta, de modo que el paciente no puede respirar. La anafilaxis puede incluir inflamación de garganta, dificultad para respirar, hablar, tragar, una caída en la presión sanguínea y otros síntomas. La epinefrina eleva la presión sanguínea a la normalidad, regenera esa circulación y relaja los músculos [lisos] en los pulmones y les permite a los pacientes respirar con libertad. Y requiere administración inmediata, por lo que, si el paciente se retrasa, va a ser mucho peor.
—¿Es eso lo que en verdad hará tan efectiva a esta tableta? ¿No tener que hacer malabares con un inyector?
—La tableta tiene exactamente la misma medicina que la inyección. No estás restringido a la inyección y sus inconvenientes potenciales. Va a ser mucho más fácil portar las tabletas que los inyectores todo el tiempo.
—¿La tableta es más barata?
—El costo es más una decisión de mercadotecnia por parte de la compañía que produce estas tabletas. Sin embargo, por lo general el costo está asociado con la mecánica del inyector; el costo del dispositivo en sí. Con suerte, no deberían ser tan caras como el costo de los inyectores.
—¿Cuál es la línea temporal de la fabricación de la tableta?
—Hemos completado el componente preclínico de la investigación. Estamos a punto de pasar a las pruebas clínicas para que podamos acercarnos a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su aprobación. Podría tomar de cinco a seis años para entrar en el mercado.
—¿Qué lo diferencia a usted de otros que han tratado de abordar este problema antes?
—En sí, es difícil trabajar con el medicamento. Fuimos capaces de mantenerlo estable durante su almacenamiento, formular una plataforma que le permitiría desintegrarse bajo la lengua a los 30 segundos y liberar una cantidad suficiente de la medicina, la cual se absorbe con bastante rapidez. Fui capaz de sintetizar los microcristales del medicamento, lo cual nos permitió reducir la dosis que necesitábamos administrar sublingualmente para obtener la misma concentración que una inyección.
—¿Hay otras aplicaciones para esto?
—Podemos usar la plataforma para múltiples medicamentos con el mismo método de transmisión para tratar la exposición a gas sarín en ataques químicos. El antídoto es la atropina, la cual solo está disponible mediante inyectores, como la epinefrina. Pero podemos proveer la misma molécula de una manera más útil y menos invasiva. Desarrollamos atropina en una tableta sublingual, y fuimos capaces de obtener su patente. Pensamos que seremos capaces de salvar muchísimas vidas. El método también lo pueden usar los granjeros que están expuestos a pesticidas.
—¿Cómo ve el mundo dentro de 20 años si tiene éxito?
—Con suerte, esto podría aplicarse a muchísimas moléculas. En verdad anhelo ayudar a la gente en situaciones de emergencia. Esto haría un cambio considerable en el costo asociado con el tratamiento de ciertas enfermedades.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek