En la búsqueda de frenar la red G5 y a la compañía Huawei, el gobierno de Estados Unidos ha presionado a las empresas estadounidenses para no hacer negocios con ellos, de tal forma que Google acaba de retirar su autorización a que utilice su software. Esta será una lucha a largo plazo que tiene por el momento como la más perjudicada a la compañía Huawei, pero ya iremos viendo en qué termina.
La tecnología cada vez nos trae mayores avances para hacer nuestra vida más fácil. Una de estas tecnologías es la de la red 5G, a través de la cual se pretende lograr la interconexión de cualquier dispositivo, dando paso así a los sistemas IOT (internet de las cosas) y a las ciudades inteligentes.
Por medio de esta red serían posibles las casas y las ciudades inteligentes donde podrías controlar desde cualquier lugar cualquier aparato eléctrico y electrónico que tuviera conexión a Wi-Fi y al cual tengas permitido el acceso.
Aunque existen detractores de esta red, ya que muchos creen que podría emitir radiaciones dañinas para la salud (desde la aparición de las redes 2G, 3G y 4G), es verdad que aún no existen suficientes estudios sobre el daño a la salud que puede ocasionar, y también es cierto que hablar de radiación no necesariamente quiere decir que pueda provocar daños a la salud.
Así, hay discusiones entre diferentes organismos en las que algunos aseguran que la red 5G podría ocasionar daños a los humanos y otros más señalan que no pasa nada y que se implementará la red 5G en poco tiempo.
El temor entonces a las redes 5G es que estas funcionan con altas frecuencias que van de entre 30 Ghz a 300 Ghz. Dado entonces estas altas frecuencias, las ondas no pueden viajar grandes distancias, por lo que es necesaria la instalación de antenas cercanas unas a las otras para poder tener una buena recepción 5G, lo que llevaría a la colocación de muchísimas más antenas para poner en uso esta red y, por tanto, una mayor exposición a estas altas frecuencias en nuestra vida diaria.
Mientras se libra esa discusión sobre los posibles efectos dañinos de la red 5G a la salud, también en el campo mundial se libra otra batalla comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos ligada a esta tecnología.
Esta batalla se acrecentó a partir de los problemas que se presentaron con la compañía de telefonía china Huawei, a la que el gobierno de Estados Unidos acusó de espionaje y robo de propiedad intelectual.
El trasfondo de esta confrontación es que la compañía Huawei es la pionera de esta tecnología y Estados unidos teme que tome la delantera tecnológica en cuanto a la 5G y, por lo tanto, que China les gane en la carrera de las telecomunicaciones.
Por ello, el país norteamericano se siente vulnerable y acusa a Huawei de tener relaciones con el gobierno y el ejército chinos; Trump cree que esa y otras empresas supuestamente intentan espiar a los usuarios a través de los dispositivos de telecomunicación que fabrican, lo cual, según él, pondría en peligro la seguridad de su país.
En la búsqueda de frenar esta tecnología y a la compañía Huawei, el gobierno de Estados Unidos está presionando a las empresas estadounidenses para no hacer negocios con ellos, de tal forma que Google acaba de retirar su autorización a que utilice su software, ocasionando que los teléfonos de la marca no puedan acceder tampoco a ninguna aplicación para Android de las que ofrece Google a través de Google Play.
Esto dejaría a los usuarios de estos teléfonos sin posibilidad de actualizaciones tanto del sistema operativo como de sus aplicaciones ya instaladas, además de ya no poder descargar ninguna aplicación de la tienda de Google.
Ya Huawei prometió que continuará proveyendo actualizaciones y servicios posventa a todos sus equipos; tanto a los que ya se han vendido, como a los que estén en venta.
Otras compañías que dejaran de vender componentes y software a algunas compañías chinas son: Intel, Qualcomm, Xilinx Inc. y Broadcom, perjudicando con esto también a Huawei, que es el segundo mayor vendedor de teléfonos inteligentes en el mundo.
Según el periódico “La Vanguardia”, el Departamento de Comercio de Estados Unidos señaló que “la venta o transferencia de tecnología estadounidense a una compañía o personas de la lista negra requiere una licencia, y la licencia puede denegarse si la venta o transferencia perjudica la seguridad nacional de EE. UU. o sus intereses en política exterior”.
De esta forma, se combinan tanto la guerra comercial como la tecnológica en este conflicto, entre otras cosas, para tratar de evitar que las compañías chinas logren el control de las redes 5G.
Ahora, el presidente Donald Trump ofreció una autorización temporal de tres meses a Huawei para que resolviera los problemas que este veto les ocasionaría, lo cual su fundador, Ren Zhengfei, rechazó, asegurando que “la autorización temporal de 90 días de Estados Unidos no tiene valor para nosotros. Estamos preparados”.
Estados Unidos quizá esté subestimando el poderío tecnológico de China y de esta compañía, la cual podría ser capaces de generar sus propios componentes y software, dejando atrás a las empresas estadounidenses y que finalmente sean estas las que sufran un descalabro a través de prohibiciones del gobierno Chino en la venta a Estados Unidos de materiales raros utilizados para la producción de una gran cantidad de productos electrónicos o para los sistemas de armamento usados por el ejército estadounidense.
Esta será una lucha a largo plazo que tiene por el momento como la más perjudicada a la compañía Huawei, y ya iremos viendo en qué termina toda esta batalla por la carrera comercial y tecnológica entre China y los Estados Unidos.