El asesinato de Luis Donaldo Colosio, en 1994 en Tijuana, mientras era candidato a la presidencia de la República, es uno de los misterios más grandes de la política mexicana. Y a pesar de haber tenido una resolución pública y un culpable, Mario Aburto, cumpliendo una larga condena en prisión, no todos los ciudadanos quedaron satisfechos con aquella verdad histórica que el gobierno mexicano hizo pública.
Ahora, podremos ver los distintos matices que existen alrededor de este acontecimiento histórico para la política mexicana en la serie de Netflix “Historia de un crimen, Colosio” en la que bajo la dirección de Natalia Beristaín y Hiromi Kamata se aborda la vida del político a través de los ojos de su viuda, Diana Laura, quien es interpretada por la actriz Ilse Salas.
Durante una entrevista telefónica, Natalia, habla de la importancia de contar estas historias, 25 años después de su acontecimiento. “Siento que en un país en donde estamos acostumbrados a que no haya memoria, abrir preguntas sobre 1994 y sobre un asesinato tan infame, políticamente hablando, como el de Luis Donaldo, debe de ayudarnos a resolver preguntas sobre el México que estamos viviendo hoy y debería de hacer que las generaciones que no tiene muy claro quién fue Colosio se lo pregunten, que lo conozcan”.
Natalia era muy pequeña cuando Colosio fue asesinado sin motivo aparente en Tijuana, sin embargo recuerda tardes en las que hacía la tarea en casa de su padre mientras él veía el noticiero en el que se hablaba del caso. “Ahora, después de realizar la seria me es más fácil atar cabos de quienes eran los actores políticos de ese entonces, quienes son los que sobreviven al día de hoy y quienes fueron los que una vez que entraron al poder en esas elecciones empezaron a abrir vínculos con otras ramas que no son políticas y, por supuesto, las repercusiones que esos vínculos tienen en el México de hoy”, cuenta Natalia sobre su proceso al dirigir este proyecto.
Hiromi Kamata, directora también de la serie, habla de la importancia de hacer una reflexión y de analizar el pasado para comprender el presente mexicano. “Creo que todo el pasado político tiene una conexión directa con quien somos ahora y en un momento tan crítico y peculiar a nivel político y social como en el que está México es importante que revisemos los pasos del pasado”, explica.
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Sobre el México que vivimos hoy y su contraste con el México de hace 20 años, Natalia siente que “no hemos aprendido nada, que seguimos perpetuando los mismos esquemas y corruptelas, porque al final de todo el poder siempre corrompe”.
La historia se cuenta a través de la visión de dos personajes esenciales, una mujer que personalmente sufrió el hecho más que nadie, la viuda del político mexicano: Diana Laura. Y Federico Benítez, quien en ese momento era el director de la policía municipal de Lomas Taurinas y que decidió poner en riesgo su vida, y la de su familia, por encontrar una verdad convincente al motivo del asesinato. “Si algo nos falta como humanidad es empatía y creo que nada se acerca más al espectador que alguien con quien se puede involucrar emocionalmente, alguien que te despierta emociones y que te conmueve. Por eso nos pareció interesante y humano acercarnos a estos personajes que fueron hilos conductores de la historia pero que en la investigación clínica quedaron fuera”, explica Hiromi sobre los personajes representados por Ilse Salas y Alberto Guerra, quien interpreta a Federico.
Al preparase para su interpretación, Alberto estudió todo lo que encontró sobre la investigación. “Cuando te clavas con la investigación te dan ganas de seguir y hay demasiadas teorías, entonces empiezas tu a hacer las tuyas y es un caso muy absorbente. Todas las semanas nos reuníamos y hablábamos e íbamos sacando nuevas teorías, lo cual nos mostró lo complicado que fue este caso”, explica Alberto sobre su proceso creativo.
Para ambas directoras y para el actor, es importante recalcar que aunque se habla de un crimen real, con personajes que están basados en las personas que vivieron de cerca los hechos, la serie es una de ficción. “La serie está cimentada en la historia del asesinato de Colosio y está claramente dibujado quienes eran los actores políticos de la época. Son hechos reales y sustentos reales pero la trama narrativa alrededor de esos hechos es ficción”, dice Natalia.
Sobre esto, Alberto dice que “no pasó un día en el que no pensara que el personaje que estaba interpretando tiene una familia: hijos, nietos, viuda, etc. Y no podía pensar en quedar bien con ellos, pero si quería hacerle justicia al personaje. Yo investigué lo más que pude sobre Federico y lo que se decía de su forma de ser y de su forma de abordar el trabajo y se lo merece porque fue un con ideales, con la cabeza pensando siempre en el bienestar de México y lo que quería es que sus hijos en Tijuana tuvieran mejores oportunidades”.
Para Natalia, el mayor reto al que se enfrentó al realizar esta serie fue el “intentar entrarle a la historia y a todos los personajes sin juzgarlos, al final no pretendemos abrir nuevas hipótesis o resolver el caso. Pero es difícil no generarte tus propias imágenes o conclusiones y fue importante hacer de lado esas conclusiones para plantear un panorama general, encontrar ese equilibrio fue muy complejo”. Hiromi comparte que, para ella, lo más gratificante de este proyecto fue trabajar con un equipo y un elenco impecables.
Cuando un actor interpreta a un personaje, tiende a aprender cosas, a veces buenas y a veces no tanto. Alberto dice que de Federico aprendió que en la vida se debe de ser valiente. “Era una persona trabajando en el gobierno pero para el pueblo, fue en contra del PRI en los 90s y eso requería de muchos huevos. Creo que en el mundo eso se ha ido perdiendo, no porque nos estemos volviendo cobardes, pero porque nos estamos volviendo inmunes a la desgracia humana, a lo que le pasa al otro y él no era una persona así”.
El pasado 22 de marzo, Netflix lanzó la serie sobre la vida y muerte de Luis Donaldo Colosio. Todo como una manera de recordar que se cumplen 25 años desde este hecho que conmocionó a México.