Una pequeña y buena noticia con respecto a la salud de los tremendamente sensibles arrecifes de coral de la Tierra. Algunos son más resistentes que otros, por lo menos en la Gran Barrera de Coral australiana.
Después de que una onda cálida marina en 2016 destruyó o dañó severamente los corales en la Gran Barrera de Coral, un periodo de calor extremo un año después les reveló a los científicos que los corales sobrevivientes se habían adaptado a las temperaturas más altas. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Nature Climate Change, detallando cómo el cambio climático extremo afecta dichos ecosistemas.
En el evento de 2016, ocurrió una decoloración en la cual los colores brillantes del coral se desvanecieron a causa de las aguas más calientes. Los científicos dijeron que había razones para esperar que el coral pudiera ser capaz de resistir los efectos del calentamiento, ya que el coral se demoró más en 2017 para decolorarse en condiciones similares.
Terry Hughes, experto en arrecifes de coral de la Universidad James Cook en Australia y autor principal del estudio, caracterizó a los corales sobrevivientes como robustos. “Es un evento enorme de selección natural”, dijo Hughes a The New York Times.
El estudio señala “el surgimiento de una memoria ecológica” durante las “decoloraciones masivas seguidas y sin precedentes” de la Gran Barrera de Coral, primero en 2016 y de nuevo en 2017.
El estudio describió el incidente como un “evento provocado por el clima” dentro de una secuencia o patrón de tales eventos. Los científicos del estudio reconocieron el ritmo acelerado del cambio climático y su efecto acumulativo en ecosistemas tan vulnerables.
“A pesar del hecho de que el Año 2 fue más cálido, vimos menos decoloración en todo el arrecife”, dijo Hughes al Times. Esto se le atribuyó a una “memoria ecológica”, la idea de que la experiencia pasada en un comunidad biológica puede influir en su respuesta ecológica hoy o en el futuro.
La temperatura del agua aumentó entre 3.8 y 7.7 grados Celsius en 2016, decolorando secciones del arrecife. Pero un año después, al agua más cálida recurrente le tomó más tiempo decolorar el coral al mismo grado.
La última vez que la decoloración afectó negativamente la salud del coral fue en eventos separados en 1998 y 2002, reportó el Times. Los arrecifes de coral pueden sustentar un cuarto de la vida oceánica. Los corales de la Gran Barrera se extienden por más de 2,300 kilómetros.
La secuencia seguida de decoloración más reciente preocupó a los científicos porque indicaba un patrón. Normalmente, el coral tarda 10 años en recuperarse.
En noviembre, un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina concluyó que se necesita de la intervención humana para ayudar a preservar los arrecifes de coral del mundo.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek