Después de grabar para una empresa transnacional, su nuevo disco lo fondeó con el apoyo de sus seguidores.
Su primer disco internacional de larga duración, Un domingo cualquiera, llegó al puesto número uno de ventas en Madrid en 2010. Ha colaborado y compartido escenario con Fito Páez, Jorge Drexler, Ximena Sariñana y Natalia Lafourcade.
Ahora Alex Ferreira lanza Canapé, álbum creado gracias a la fe de sus seguidores. El cantautor no se encerró en un estudio con el apoyo económico de una disquera para hacerlo; en cambio, con la ayuda de una plataforma de internet, pidió a sus seguidores que financiaran el álbum. Y así fue, las personas lo apoyaron con más de lo que necesitaba sin siquiera haber escuchado una canción, y ahora que lo ha lanzado este es, de sus 11 discos, el más escuchado en plataformas digitales.
Alex Ferreira es de origen dominicano. Vivió su infancia entre la isla y Estados Unidos, después se mudó a España, en donde comenzó su carrera como artista cuando una disquera multinacional se interesó por su música. En una mesita en un hotel de Ciudad de México habla de este país en el que ahora reside, de su agradecimiento con los seguidores que aquí tiene y de las situaciones que lo hacen sentir muy mexicano.
—¿Cómo llegaste a México, Alex?
—Conocí en Madrid a Ximena Sariñana cuando fue a promocionar su primer disco, la invité a cantar en el primero mío, y así lo hizo. Años después ella necesitaba un guitarrista y me llamó. Vine a México por tres meses y han pasado cinco años.
—En tu música suenan influencias de muchos lugares. ¿Cómo México ha marcado tu trabajo?
—México me encanta porque ha influenciado mucho mi música. Yo soy amante del bolero cubano y mexicano. Y aquí hay canciones increíbles. Mi mamá dice que la primera canción que canté de chiquito fue “Querida”, de Juan Gabriel, así que desde antes de estar aquí México ya era una influencia en mi vida. Recuerdo que de chico veía El Chavo del Ocho porque lo pasaban en la televisión dominicana.
—Canapé es una mezcla de sabores impresionante…
—Justo eso… tiene sonidos caribeños, pop, rock y música electrónica. Al principio me daba miedo mezclar todo eso porque son cosas muy diferentes. Pero es como meterme en una licuadora y sacar el sonido. Llevo años trabajando en Canapé y soy muy crítico con mi propio trabajo, cuando pasa un tiempo ya no lo puedo escuchar y eso es bueno porque me motiva a hacer otro disco.
—¿Por qué dejar una multinacional para hacer un álbum independiente?
—Trabajando con una multinacional me di cuenta de que mi manera de mover mi música es diferente: a mí me gusta tener una conexión más directa con el público y me gusta trabajar a mis tiempos. Lo de la independencia me da chance de hacerlo a mi ritmo y estoy muy agradecido con el público que me sigue porque me dio esa ventaja.
—¿Cuándo fue la última vez que te sentiste mexicano?
—Me sentí muy mexicano en el terremoto del 19 de septiembre. Mi familia en Dominicana me decía que me regresara, pero eso fue lo último que me pasó por la cabeza. La forma en que la ciudad, sin la ayuda del gobierno, salía adelante y esta sensación de saber que si algún día a mí me cae un edificio encima, toda esa gente que va a diario caminando por ahí y que ni me conoce se pasaría dos días intentando salvarme. Me dio mucho orgullo vivir aquí.
—¿Y dominicano?
—Ayer que puse un vinil de Juan Luis Guerra y me entraron muchas ganas de bailar. Lo hago muy mal, pero estaba solo, así que me puse a bailar.
Alex presentará Canapé el 22 de septiembre en el Lunario del Auditorio Nacional. Además del nuevo álbum, ha pedido a sus seguidores que le digan lo que quieren escuchar para así formar juntos la lista de temas.