Las muertes por arma de fuego alcanzaron las 250,000 en 2016, según un estudio nuevo, y la mitad ocurrieron en EE UU y otros cinco países de Centro y Sudamérica.
Publicada en la Journal of the American Medical Association, la investigación descubrió que aun cuando el número total de muertes por arma de fuego a nivel mundial va en aumento, el índice promedio se ha mantenido en gran medida inalterado por casi 30 años, reportó CNN, con alrededor de 209,000 muertes por arma de fuego registradas en 1990.
Los resultados dan una mala imagen de las Américas, ya que Brasil, Colombia, Guatemala, México, Venezuela y EE UU suman juntos la mitad de las 251,000 muertes por arma de fuego en 2016. Brasil y EE UU cubrieron el 32 por ciento del total. Los investigadores sugirieron que el narcotráfico y la inestabilidad económica tal vez contribuyeron a que se concentrara la violencia en Centro y Sudamérica.
Otra nación centroamericana, El Salvador, tiene el índice más alto de homicidios con arma de fuego en el mundo, con el índice de muerte alcanzando 38.9 por cada 100,000 personas. En contraste, Singapur fue el país menos mortífero, registrando solo 0.1 homicidios por cada 100,000 personas. De todas las muertes a nivel mundial, 64 por ciento fueron homicidios; 27 por ciento, suicidios, y 9 por ciento fueron accidentales.
El número total de muertes por arma de fuego en EE UU aumentó de 35,800 en 1990 a 37,200 en 2016, pero el índice nacional cayó a 11 por cada 100,000 personas. La estadística más notable en EE UU se relacionó con el suicidio, y EE UU solo estuvo detrás de Groenlandia en el índice de suicidio con arma de fuego a nivel mundial, con 6.4 por cada 100,000 personas.
Los suicidios superaron a los homicidios en EE UU, como también fue el caso en otras naciones ricas, incluidas Australia, Francia, Alemania, Canadá y Suecia. En un puñado de naciones, como China y Arabia Saudí, las muertes accidentales por arma de fuego cobraron más vidas que los suicidios u homicidios.
El rango enorme de tipos e incidencias de muertes por arma de fuego alrededor del mundo es difícil de explicar, dijeron los autores, pero los valores culturales con respecto a las armas de fuego y los niveles varios de posesión de armas explican un poco los vaivenes. La violencia relacionada con áreas de alto índice criminal y aquellas con gobiernos débiles también ayuda a explicar los índices de homicidio altos en algunas partes del mundo.
El estudio también halló que las muertes por arma de fuego han superado a aquellas por combate o terrorismo en cada año desde 1990, excepto en 1994, cuando 800,000 personas fueron asesinadas durante el genocidio en Ruanda.
Un editorial que acompañaba al artículo dijo que las muertes totales por arma de fuego representan “un importante problema de salud pública para la humanidad”. En EE UU, los autores señalaron que aun cuando los ataques terroristas y los tiroteos masivos acapararon los encabezados y dictaron los discursos alrededor del uso de armas de fuego, “estos suman solo una fracción pequeña de la carga en la salud pública por la morbilidad y mortandad relacionadas con las armas de fuego”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek