Los ejércitos rivales de la península de Corea se reunieron en la frontera más fortificada del mundo con la esperanza de encontrar la paz que ha eludido a la región durante siete décadas.
Encabezada por el Teniente General An Ik San, la Delegación de Defensa de Corea del Norte se reunió con el Mayor General sudcoreano Kim Do-gyun y otros cuatro oficiales militares en el poblado de Panmunjom, en la Zona Desmilitarizada que separa a ambos países. La reunión es la más reciente desde la ronda de conversaciones del mes pasado en la Casa de la Paz, controlada por Corea del Sur y también ubicada en la frontera, y se produce en medio de un histórico descongelamiento en las relaciones entre estos países cuya enemistad data de la Guerra Fría.
“Haremos nuestro mejor esfuerzo para garantizar que podamos establecer medidas prácticas para disminuir las tensiones militares y generar confianza entre las dos Coreas a través de esta reunión”, declaró a la prensa Kim Do-gyun antes de salir a Panmunjom, de acuerdo con Yonhap, la agencia noticiosa oficial coreana.
La frontera fue establecida después de una guerra de tres años entre Corea del Norte, que contaba con el apoyo de los países comunistas, y Corea del Sur, respaldada por Estados Unidos, en la década de 1950.
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Desde entonces, los líderes de ambos países han cruzado la frontera únicamente en cuatro ocasiones, más recientemente en mayo pasado.
Un mes antes, el Líder Supremo de Corea del Norte Kim Jong Un se convirtió en el primer político con ese cargo en cruzar la frontera hacia Corea del Sur para asistir a una cumbre con el presidente surcoreano Moon Jae-in. El mes pasado, Kim hizo historia nuevamente al reunirse con el presidente estadounidense Donald Trump en Singapur.
Días después, los ejércitos de Corea del Norte y Corea del Sur se reunieron en la Casa de la Paz y, en conversaciones posteriores, acordaron restaurar dos líneas directas ubicadas en el Mar Amarillo y en el Mar del Este, también conocido como el Mar de Japón. A principios de este mes, ambos países anunciaron la restauración de las comunicaciones militares.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur incluso ha indicado que podría retirar a sus soldados y su equipo de la frontera en lo que sería un paso sin precedentes hacia la reunificación, una política sostenida oficialmente por ambos gobiernos.
La distensión, que siguió a un año muy intenso en las problemáticas relaciones de Corea del Norte con Estados Unidos y Corea del Sur, ha sido vista con beneplácito por todas las partes, pero Corea del Norte ha llamado a su vecino a hacer más después de que Kim Jong Un mostrara la destrucción de sitios nucleares y de misiles clave.
En un comentario publicado el martes, la Agencia Noticiosa Central Coreana, que es el organismo oficial de comunicación de Corea del Norte, criticó a Corea del Sur por depender demasiado de Estados Unidos, afirmando que los líderes de ese país “temblaban de miedo” cada vez que “Estados Unidos se ponía furioso al otro lado del océano”.
“Si las autoridades surcoreanas manejan el delicado tema de las relaciones entre las dos Coreas sin ninguna consideración ni cálculo, las consecuencias serán irreparables”, se leía en el comentario. “Si dan más importancia a los factores externos que a la nación, harían mejor si dejaran de anunciar con bombo y platillo el mejoramiento de las relaciones y dedicaran sus esfuerzos a ‘impulsar la alianza’.
“Este es el momento en el que pueden alejarse del viejo orden y de la obstinación para abordar las relaciones entre ambas Coreas con una nueva forma de pensar y un nuevo punto de vista”, añadió. “Esperamos que las autoridades surcoreanas usen su sentido común, aunque sea tarde, y que se pongan manos a la obra para mejorar las relaciones entre ambas Coreas”.
Informes de los medios de comunicación estadounidenses también han señalado un nuevo obstáculo para este incipiente diálogo. Citando a un funcionario anónimo de la Casa Blanca, Reuters informó sobre una actividad constante de vehículos en la Instalación de Investigación y Desarrollo de Sanumdong, donde Corea del Norte ha desarrollado misiles, y el Washington Post informó el lunes que, al parecer, Corea del Norte construía en ese sitio dos misiles balísticos intercontinentales (MBIC) alimentados con combustible líquido.
Sin embargo, como señalan los expertos, los informes son difíciles de verificar y no se ha llegado a ningún acuerdo amplio para evitar que Corea del Norte desarrolle ese tipo de armas. Kim Jong Un ha prometido poner fin a sus programas nucleares y de construcción de misiles a cambio de un mejoramiento en sus relaciones con Estados Unidos.
Aunque ambas partes han hecho importantes esfuerzos conciliatorios, no se ha establecido ningún marco concreto. Corea del Norte ha pedido el fin de las sanciones impuestas por Estados Unidos, así como un acuerdo oficial de paz que reemplace el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea.
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La semana pasada, imágenes de satélites comerciales y análisis de expertos mostraron que Corea del Norte realmente estaba desmantelando un importante sitio de lanzamiento de satélites y de pruebas de motores de misiles. El gobierno de Trump ha mantenido su confianza en que Kim y su gobierno actúan de buena fe según sus acuerdos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek