Los ocho primeros niños rescatados de una cueva inundada en Tailandia se encuentran “bien de salud”, aseguran las autoridades, pero permanecerán hospitalizados en cuarentena, con gafas de sol para proteger la vista y bajo seguimiento psicológico.
Este martes fueron sacados de la gruta los cuatro chicos restantes y su entrenador de futbol, pero aún se desconoce su estado.
Neumonía
Dos de los rescatados toman antibióticos porque presentan síntomas de neumonía después de días en la humedad de la gruta. Pero incluso ellos tienen un “estado normal”, informó el hospital de Chiang Rai, en el norte de Tailandia. Las personas que pasan mucho tiempo bajo tierra suelen sufrir problemas pulmonares.
Análisis sanguíneos, vacunas
“Los ocho están bien de salud, sin fiebre”, declaró Jesada Chokedamrongsuk, responsable del ministerio de Salud Pública en un primer balance detallado del estado de salud de los adolescentes de entre 12 y 16 años.
Todos fueron sometidos a pruebas radiológicas y sanguíneas. Los análisis de sangre se enviaron a Bangkok y los resultados se conocerán dentro de unos días.
Se los vacunó contra el tétanos y contra la rabia. Aunque el riesgo de que los murciélagos, vectores de la enfermedad, los hayan mordido mientras dormían es muy bajo.
Todos pueden caminar, hablar y comer y alguno hasta consumió chocolate. Por el momento no pueden ingerir comida picante, típica en Tailandia, porque tienen el estómago delicado.
Buena salud mental
“Todos tienen buena salud mental”, asegura el hospital.
Varios expertos advirtieron de posibles consecuencias a largo plazo y por eso cuentan con seguimiento psicológico.
Gafas de sol
Los chicos llevan gafas de sol para que sus ojos, privados de luz durante dos semanas, puedan acostumbrarse progresivamente a la del día. Los problemas oculares son los más comunes, junto con los pulmonares, en los casos de sobrevivientes rescatados después de un largo periodo bajo tierra.
Un oftalmólogo examinó al primer grupo rescatado y descartó complicaciones oculares.
Riesgo de infección
Permanecerán hospitalizados una semana para vigilar el eventual desarrollo de infecciones.
Si los análisis no revelan nada peligroso, los padres “estarán autorizados a acercarse a sus camas con ropa de protección, manteniéndose a una distancia de dos metros”, precisó el doctor Tosthep Bunthong en rueda de prensa.
Los niños están en cuarentena pero los padres del primer grupo evacuado pudieron verlos a través de un cristal y hablarles a distancia.