La terapia hormonal puede aliviar el estrés extremo que sufren algunas personas transgénero debido a la disconformidad corporal. Sin embargo, una nueva investigación advierte que también podría acompañarse de complicaciones mortales.
Según el estudio, publicado el martes 10 de julio, en la revista Annals of Internal Medicine, las mujeres trans que se someten a la terapia hormonal tienen entre 80 y 90 por ciento más probabilidades de sufrir un infarto cerebral o cardiaco respecto de los hombres cisgénero (identificados como mujeres al nacer).
“Estos hallazgos no deben impedir, necesariamente, que las personas reciban terapia hormonal. No obstante, conforme los pacientes prosiguen con el tratamiento, tal vez sea conveniente tomarlos en cuenta para planificar su seguimiento y evaluación”, dijo a Newsweek el autor principal, Michael Goodman, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Rollins, en la Universidad de Emory, Atlanta.
Ya que es posible que algunas dosis o combinaciones hormonales específicas ofrezcan un riesgo menor que otras, se requiere de investigaciones adicionales para analizar con detenimiento los regímenes hormonales, añadió.
“Como sucede con cualquier tipo de tratamiento, hay que valorar los riesgos y los beneficios”, enfatizó Goodman.
Los investigadores revisaron los expedientes médicos de 2,842 mujeres transgénero y de 2,118 hombres transgénero a lo largo de ocho años. Como comparación, estudiaron a más de 97,000 pacientes no transgénero.
Los datos revelaron que hubo 148 incidentes cardiovasculares entre las 2,842 mujeres transgénero estudiadas durante el periodo de ocho años.
Zil Goldstein, proveedora médica que ha atendido a miles de pacientes transgénero y, además, es directora de programas del Centro para Medicina y Cirugía Transgénero en el hospital Monte Sinaí, apuntó que el riesgo no es lo suficientemente grave para que la mayoría de las mujeres transgénero abandone el tratamiento con hormonas.
La terapia hormonal puede mejorar la calidad de vida de esta población, cuya tasa de intentos de suicido es de 41 por ciento, reveló Goldstein en entrevista con Newsweek.
“El estrógeno es un tratamiento que salva las vidas de muchas personas transgénero; y la posibilidad de cambiar nuestros cuerpos para disminuir la angustia que sentimos viviendo en ellos… eso salva vidas”, insistió. “Cualquier cosa que hagamos para reducir la angustia de ser trans será útil para salvar vidas transgénero”.
Goldstein añadió que las terapias hormonales anticonceptiva y postmenopáusica conllevan un riesgo de infarto cerebral o cardiaco. “Como proveedores médicos, siempre señalamos que ese riesgo amerita los beneficios de la terapia, y eso mismo aplica en el caso de las personas transgénero”, concluyó Goldstein.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek