La jornada electoral ha transcurrido pacíficamente para casi todos los aguascalentenses salvo para los votantes que se encontraban en las casillas 209 (Jardines de las Fuentes) y la 210 (Jardines de la Asunción) entre las 15:30 y las 16:00 horas de la tarde del domingo.
A esa hora, dos personas a bordo de una moto intentaron incendiar las urnas de dichas casillas, usando unas botellas con un líquido inflamable que podría ser gasolina y prendiéndolas con un cerillo.
Oscar Padilla García, capacitador electoral y encargado de las casillas 209 y 210, relató los acontecimientos a Newsweek Aguascalientes: “A las 3:30 pm de la tarde ingresa una persona con casco de motoclista y un envase de gasolina, lo avienta a las urnas y enciende un cerillo. Se hace una flama y se empiezan a incendiar”.
Según contó, el presidente de la casilla logró sofocar el fuego con un extinguidor que logró que, aunque las urnas sufrieran daños, las boletas resultaran intactas, tal y como pudo corroborar este medio.
Pero el incidente no quedó ahí. El supervisor electoral explicó que el atacante salió corriendo y se subió a una moto donde otra persona lo estaba esperando. “Salen dos personas detrás de él, les saca una pistola y les apunta. Nos regresamos todos porque está armado y así logran escaparse”, señaló.
Padilla llamó a su supervisor, que se encontraba en la casilla 209, para alertarle, cuando esta casilla sufrió un intento de ataque que resultó frustrado. “Como es un jardín de niños, tiene una reja y aventaron la botella, pero no alcanzaron a incendiarse las urnas”, comentó.
Ambas casillas presentaron sus respectivos reportes al INE, aunque solo la 210 tuvo que cerrar durante poco más de una hora, dejando a unas 50 personas a la espera de poder ejercer su derecho a voto. “Reporté al INE y me dijeron que había que reemplazar las urnas”, aunque a la hora de contabilizar se van a tener en cuenta las boletas de las urnas dañadas y de las que se instalaron después.
La votación se reanudó exactamente 16:49 horas y el resto de la jornada transcurrió con total normalidad, aunque una patrulla veló por su seguridad hasta el cierre.
