Después de una larga noche o de un día difícil en el trabajo, podría resultar tentador simplemente tirarse en la cama con el rostro lleno de maquillaje. Pero el caso de una mujer que tuvo que someterse a una operación quirúrgica para retirar grumos calcificados de rímel de los párpados es un alarmante recordatorio de que el descuido puede plantear graves riesgos para la salud.
Theresa Lynch acudió con su médico porque sentía constantemente que tenía algo en los ojos.
Cuando el doctor interrogó a Lynch sobre su salud visual, ella admitió que había usado gruesas capas de rímel en las pestañas por más de 25 años sin retirarlas adecuadamente, de acuerdo con un estudio de caso publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Oftalmología.
Los médicos se vieron obligados a operar a la mujer, de 50 años, para retirarle varios grumos calcificados de la parte posterior del párpado, declaró ella al diario Daily Mail Australia.
Lynch, originaria de Maryland que vive actualmente en Australia, declaró al sitio web de noticias: “Había caído en el mal hábito de usar mucho maquillaje y no retirarlo. Nunca debí dejar que esto llegara tan lejos”.
Cuando le levantó el párpado, un oftalmólogo descubrió varios puntos negros llamados concreciones conjuntivales y encontró que la delgada membrana transparente que cubre la parte interior de los párpados y del ojo estaba ligeramente erosionada. Lynch también sufría una infección crónica llamada conjuntivitis folicular.
La doctora Dana Robaei, autora del informe de caso y oftalmóloga de Forest Eye Surgery cerca de Sydney, Australia, dijo que su paciente había corrido el riesgo de quedarse ciega si los rasguños de la superficie se hubieran infectado, aunque ello habría sido improbable. Sin embargo, Lynch quedó con cicatrices permanentes en el párpado y en la superficie de la córnea.

El profesor John Dart, del Instituto UCL de Oftalmología declaró a Newsweek que este es el primer caso conocido en el que el rímel provoca una inflamación tan grave en el ojo.
“Al igual que muchos cosméticos, el rímel contiene una gran cantidad de componentes, muchos de los cuales son potencialmente tóxicos: polvo de carbón o pigmento de óxido de hierro para oscurecer las pestañas, un polímero para formar una película que cubre estas últimas, un conservador y ceras o aceites espesantes como la lanolina, aceite mineral, parafina, petrolato, aceite de ricino o cera de candelilla”, explicó.
Es “sorprendente” que se haya informado de tan pocos casos de complicaciones provocadas por el uso del rímel, señala Dart.
“El rímel puede alojar bacterias, y se sabe que ha provocado infecciones oculares potencialmente graves. Probablemente no sea una buena idea usar el rímel por mucho tiempo después de abrirlo o compartirlo con otras personas, debido al leve riesgo de infección”, afirma.
Sin embargo, es poco probable que dormir maquillada por una noche provoque algún daño al ojo, señala, y las personas a las que esto les preocupa deberían usar un enfoque de “sentido común” para retirarse el maquillaje.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek