Aunque los avances médicos nos permiten extender nuestra vida, la pregunta persiste: ¿cuánto puede vivir un ser humano? Gracias a los científicos que han descubierto que el riesgo de muerte se estabiliza a los 105 años de edad, es posible que estemos un paso más cerca de obtener una respuesta.
El límite máximo de la vida humana es un área de estudio difícil, debido a que no existen datos confiables sobre la muerte de personas que han llegado a una edad extrema. Tras morir a los 122 años en 1997, la francesa Jeanne Calment mantiene hasta ahora el récord de la persona más longeva confirmada.
Para aumentar nuestra comprensión del envejecimiento, varios científicos investigaron si los índices de mortalidad siguen aumentando conforme envejecemos, o si se estabilizan hasta que la probabilidad de morir se mantiene constante.
De acuerdo con los autores de un estudio publicado en la revista Science, los seres humanos aún no alcanzamos nuestra máxima esperanza de vida. Y la probabilidad de morir deja de aumentar a los 105 años.
El equipo llegó a esta conclusión tras calcular los índices de mortalidad de 3,383 personas de origen italiano que tenían 105 años o más entre 2009 y finales de 2015.
Afirmaron que los índices de mortalidad aumentan exponencialmente conforme envejecemos. Sin embargo, cuando llegamos a los 80 años, dichos índices reducen su velocidad y se estabilizan tras cumplir 105 años. El índice de mortalidad de las personas de más de 105 años se reduce un poco entre los distintos grupos nacidos en el mismo año. Los autores piensan que esto indica que la esperanza de vida de los seres humanos seguirá incrementándose con el paso del tiempo.
El doctor Jean-Marie Robine del Instituto Nacional de Salud e Investigaciones Médicas de Francia, que no participó en el estudio, declaró a Newsweek: “Los resultados indican que existe este estancamiento, pero no pueden confirmarlo debido a que el tamaño de la muestra es demasiado pequeño”.
“Si [las conclusiones del estudio] son verdaderas, no existe ningún límite biológico para la longevidad humana”, explicó. El único límite sería el tamaño de la población mundial, afirmó.
Existen distintas razones para el estancamiento de los índices de mortalidad, indica. En primer lugar, los más frágiles mueren primero. También señala la teoría de que el riesgo de muerte aumenta con el tiempo debido a que se necesitan muchos golpes para matar a un individuo joven, mientras que un solo golpe bastaría para acabar con los más viejos. Por esa razón, el riesgo de mortalidad se vuelve constante. Además, a las personas mayores se les aleja del peligro, por ejemplo, enviándolas a vivir en un asilo.
El doctor Jeroen Spijker del Centro de Estudios Demográficos, quien tampoco participó en el estudio, declaró a Newsweek que, aunque el estudio es sólido, se requieren mayores datos para demostrar que realmente existe una estabilización en el índice de mortalidad de las personas de más de 105 años.
“El hecho de que esas cohortes sobrevivieran hasta los 105 años de edad las hace bastante distintas de aquellas que no sobrevivieron tanto tiempo. Con esto en mente, quizás la nivelación de los índices de mortalidad no sea más que una consecuencia lógica”, afirmó.
Sin embargo, esto no significa automáticamente que no existe un límite para una esperanza máxima de vida, dijo. “Aunque no podemos ver el futuro, si nos basamos en un simple indicador, parece haber razones que indiquen que la mortalidad simplemente se está comprimiendo, y no que exista un verdadero cambio en la mortalidad hacia edades extremadamente largas: ese indicador es el cambio en la esperanza de vida de las mujeres de 105 años y la tendencia de tiempo en la edad en que han muerto los supercentenarios”. El científico afirmó que, en el caso de Italia, así como el de otros países con un bajo índice de mortalidad, entre ellos Japón, esto no ha cambiado desde el año 2000.
Añadió que “La cohorte estudiada sobrevivió a la gripe española y a dos guerras mundiales, pero difícilmente estuvo expuesta al tabaquismo y a una alimentación alta en grasas saturadas, proteínas animales y calorías. Por otra parte, las generaciones más jóvenes que llegan a una edad elevada son mucho más heterogéneas en relación con su conducta de salud y se han beneficiado mucho más de la tecnología médica.
“Dadas las continuas mejoras en esta última, será cada vez ‘más fácil’ para las cohortes más jóvenes llegar a edades extremas, reduciendo de esta manera el efecto selectivo de la vejez”.
Concluyó diciendo que “por ello, la pregunta del millón de dólares es si en el futuro seguiremos viendo esa estabilización de la mortalidad en edades extremadamente altas”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek