Las avispas tienen una mala reputación debido a sus afilados aguijones, pero una nueva especie de avispa parece haber llevado el dolor a un nivel completamente nuevo. Los científicos piensan que la avispa parásita crece en el cuerpo de otro animal y luego, una vez que ha alcanzado la edad adulta, se abre camino cortando a través del cuerpo de su anfitrión, de acuerdo con un artículo reciente publicado en la revista Biodiversity Data Journal.
Los autores del nuevo artículo estudiaron a cuatro avispas individuales, dos machos y dos hembras, que habían sido recolectadas en Costa Rica en 1985 y colocadas en el Museo de Historia Natural de Londres y en el Museo Entomológico Frost de Pennsylvania. Estas avispas son pequeñísimas: miden apenas 2.7 milímetros, cerca del doble del tamaño de un grano de arena.
El tamaño del insecto explica en parte por qué han pasado desapercibidas durante 30 años. “Algunas de ellas son muy comunes”, declaró a Newsweek Carolyn Trietsch, estudiante de doctorado de la Universidad Estatal de Pensilvania. “El problema es que son demasiado pequeñas, por lo que nadie las ha estudiado realmente en profundidad”.
Trietsch añadió que supo que se trataban de algo nuevo desde el momento que vio los especímenes. Sin embargo, para realizar una identificación formal de especies en el mundo de los insectos, también se requiere estudiar cuidadosamente las muestras y compararlas con otras especies conocidas. En particular, diseccionaron el aparato genital de la avispa macho para examinarlo bajo el microscopio, ya que dichas partes varían notablemente, incluso entre especies que, por lo demás, lucen muy similares. Este trabajo confirmó que estas avispas son definitivamente algo especial, y el equipo decidió llamarlas Dendrocerus scutellaris.
Dado que el equipo utilizó únicamente especímenes de museo para estudiar a las nuevas avispas, no están seguros de cómo viven su vida estos insectos, sin embargo, gracias al detallado estudio de los cuerpos de las avispas, pueden hacer algunas conjeturas bien informadas.
Con frecuencia, las avispas parásitas tienen una poderosa mandíbula. Esta le sirve para salir de los cómodos hogares donde crecen cuando llegan a la edad adulta, usualmente, matando a su anfitrión en el proceso. La nueva avispa no tiene el equipo para abrirse paso a mordiscos hasta alcanzar la libertad, pero sí cuenta con tres púas a lo largo de su espalda, como un estegosaurio, las cuales no se encuentran en ninguna otra especie. Esto ha hecho que los investigadores sospechen que la avispa utiliza esas púas como una sierra para abrirse camino y salir de su anfitrión.
Todo esto parece bastante horrible, pero no hay por qué temer a estas avispas. Los parásitos son una parte muy importante de los ecosistemas pues mantienen bajo control a las poblaciones de otras especies. De hecho, varios científicos han manifestado recientemente su preocupación por el hecho de que no estamos haciendo lo suficiente para protegerlos, sino que nos hemos distraído demasiado con sus tradicionalmente más carismáticos anfitriones.
De hecho, esta especie podría ser una inestimable adición a nuestro conocimiento del mundo natural, declaró a Newsweek Matthew Buffington del Instituto Smithsoniano y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Después de todo, estas pequeñas avispas matan a cualquier cosa dentro de la que crecen, pudiéndose tratar de alguna especie de bicho que se come nuestras cosechas.
“Si pudiéramos utilizar a estas avispas, podríamos regular las poblaciones de plagas sin tener que emplear pesticidas”, dijo Buffington. Este científico participó en la identificación de una avispa igualmente pequeña que se abre camino a mordiscos para salir de los huevecillos de la chinche marrón marmoleada, una plaga común en Nueva York, Pensilvania y Ohio. Ahora que se ha identificado formalmente a la avispa, puede ser utilizada para controlar a esos bichos.
Y también existen otras “nanoavispas”, como las llama Buffington, igual de intrigantes que estas, que esperan ser descubiertas en las colecciones de los museos. “La biodiversidad en los insectos es increíble y simplemente no existen suficientes taxónomos para analizarla ahora mismo”, declaró Trietsch. “Tenemos todas esas nuevas especies esperando para ser descritas”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek