El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, confirmó este miércoles al personal del organismo que dejará el puesto una vez acabe su mandato y que no buscará la reelección dado que ello implicaría tener que hacer concesiones políticas a las que no está dispuesto.
“He decidido no buscar un segundo mandato de cuatro años. Hacerlo, en el actual contexto geopolítico, podría implicar arrodillarse para suplicar, silenciar una declaración de defensa, ceder la independencia y la integridad de mi voz, que es vuestra voz”, escribió en un correo electrónico al que tuvo acceso la AFP.
Zeid ha denunciado abiertamente violaciones de derechos humanos en todos los rincones del mundo, y ha estado especialmente atento en criticar el discurso del odio, la xenofobia y la discriminación, algo que le hizo criticar en varias ocasiones las decisiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Desde la campaña del magnate republicano, el alto comisionado advirtió que Trump era “peligroso” para la estabilidad mundial por sus polémicas iniciativas de deportar migrantes ilegales y prohibir que los musulmanes entren a Estados Unidos.
Ra’ad Al Hussein, un defensor de los derechos humanos en América Latina, manifestó recientemente su desacuerdo por el proyecto de Ley de Seguridad Interior, aprobado por el Congreso mexicano, que supone la presencia de los militares en las calles.
En junio pasado, reclamó la liberación de los golpistas detenidos en Venezuela por provocar múltiples acciones de violencia.
El mandato del diplomático jordano, que ostenta el título de príncipe en su país, acaba a finales de agosto de 2018, tras cuatro años en el cargo.
La decisión de Zeid no es excepcional ya que todos sus predecesores, a excepción de la sudafricana Navi Pillay, sólo estuvieron un mandato al frente de ese organismo de la ONU.
El alto comisionado trabajó para la ONU en la guerra de los Balcanes y fue embajador de su país en la sede de la institución en Nueva York.
Zeid es el hijo del príncipe Zeid de la Casa Hachemita y de la princesa turca Fahrelnissa Zeid, y es heredero de las Casas Reales de Irak y Siria.