El presidente estadounidense, Donald Trump, partió este viernes a una gira dos semanas por Asia, dejando en Washington una estela de escándalos e insultos que, una vez más, amenazan con eclipsar sus esfuerzos diplomáticos.
Trump dejó la base área de Andrews, en las afueras de la capital, con destino a Hawái. De ahí viajará a Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.
Pero poco antes de abordar el Air Force One, el mandatario desató una tormenta de tuits, reprendiendo al Departamento de Justicia y pidiendo el enjuiciamiento de sus exadversarios políticos.
“Mucha gente está decepcionada en el Departamento de Justicia, incluyéndome a mí”, dijo luego Trump, al quejarse de que no se estaba investigando adecuadamente a Hillary Clinton, su rival en las elecciones presidenciales.
Los comentarios socavan una vez más las barreras tradicionales entre las ramas ejecutiva y judicial en Estados Unidos, rompiendo el tabú sobre la interferencia presidencial en las investigaciones.
Trump partió de Washington luego de una serie de arrestos contra ex asesores de su campaña presidencial, producto de la investigación que lidera el fiscal especial Robert Mueller.
La semana empezó con la presentación de cargos contra el exjefe de campaña Paul Manafort por lavado de dinero, quien quedó bajo arresto domiciliario tras pafgar una millonaria fianza.
Mueller, que investiga la interferencia rusa en los comicios de 2016, también reveló que un asesor de la campaña de Trump mintió al FBI sobre sus contactos con funcionarios ligados al Kremlin, pero que luego se volvió informante de las autoridades estadounidenses.
Y aunque estará lejos, Trump muy probablemente no podrá escapar a las noticias provenientes de Washington, donde se rumorea de más acusaciones en los próximos días.
Mientras tanto, los congresistas agilizan el paso para aprobar una reforma tributaria, emblemática por los recortes impositivos previstos y clave en la agenda legislativa del mandatario.
Es la gira por Asia más larga desde que George H.W Bush visitó la región a fines de 1991 y principios de 1992.
Al partir, Trump anunció que el ya maratónico viaje se extenderá por un día para asistir a una cumbre regional en Filipinas, a la que no tenía previsto inicialmente asistir.
Pero el principal tema de la agenda del viaje serán los esfuerzos para contener el programa nuclear y de misiles balísticos de Corea del Norte.