Desde Tijuana, Ossie Díaz supervisa que sus unidades crucen la frontera unas 3,200 veces al mes. Eso significa 520 millones de dólares en exportaciones al año en artículos tan diversos como rodillos para pintar, jacuzzis, componentes electrónicos, mangueras para barcos, válvulas para aviones y hasta motores para el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Díaz es ingeniero y director de operaciones de Grupo Tacna, una firma beneficiaria de los acuerdos establecidos en el Tratado de libre Comercio (TLCAN) entre Canadá, Estados Unidos y México.
El grupo que empezó operaciones desde 1983 alberga más de 30 maquiladoras en el estado y emplea cerca de 6,000 personas. A pesar del entorno de incertidumbre que rodea la renegociación del TLCAN, planea seguir creciendo.
“Esperamos en el grupo crecer a 5,000 personas más en cuatro años”.
Este es un caso atípico porque al contrario de muchos especialistas y empresarios a él no le quita el sueño la cancelación del acuerdo trilateral.
“No nos preocupa. Por la localización geográfica, estamos junto al estado más rico que es California y eso es una ventaja en más de un sentido”.
Pero la posible salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene a varias compañías y economistas del país pensando a dónde llevar lo hecho en México si las actuales negociaciones fracasan.
Hasta el momento van cuatro rondas de negociación sin que haya un panorama claro sobre la continuidad del TLCAN y sus condiciones.
Por eso muchos empiezan a considerar alternativas para la economía mexicana si cambia la relación con su principal socio comercial.
Los analistas cuestionan que el gobierno mexicano no ha expresado claramente cuál sería “el plan B” en caso de que Estados Unidos se retire del NAFTA, como le llaman por sus siglas en inglés.
Las opciones son numerosas, pero son también complejas.
Hay especialistas que se inclinan por reforzar el mercado europeo, otros por el asiático y algunos ven más factibilidad en Centro y Sudamérica.
En poco más 20 años la economía de nuestro país pasó de ser cerrada a una de las más abiertas del mundo.
México no solo tiene 12 tratados de libre comercio con 46 países; además hay 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (Aprisa) con 33 países y nueve Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
El rol que México ha jugado en el escenario del comercio mundial, se ha visto reflejado en su participación en distintas organizaciones y en este momento su economía ronda el lugar 16 por el tamaño del Producto Interno Bruto (PIB).
El país también es integrante de la Organización Mundial de Comercio (OMC), del mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) y de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
A pesar del discurso de la administración Trump, las datos positivos del TLCAN son abrumadores.
Solo Canadá y México, señala la OMC, fueron el destino de más del 34% de las exportaciones totales de mercancías estadounidenses en 2015 y el origen del 26% de sus importaciones totales.
Si bien es cierto que en 2016, Estados Unidos registró un déficit de 87,700 mdd en su comercio de bienes con sus socios del TLCAN (67,700 mdd con México y 20,400 mdd con Canadá), también hay que ver el otro lado de la moneda, porque las exportaciones del TLCAN ascendieron a 2.22 billones de dólares (bdd) y las importaciones a 3.07 bdd.
Por tanto, sólo en el TLCAN, el comercio total de mercancías aumentó del 15% en 2010 al 17% en 2016. Es un mercado que tiene 484 millones de consumidores. Además Estados Unidos es el que más exporta de los tres países con un 66% de las exportaciones totales, Canadá el 18% y México 17%.
Para varios conocedores es necesario diversificar dónde se venden las mercancías mexicanas.
Jorge Antonio Gómez, director de Comercio Exterior de la Asociación Nacional de Usuarios de Sistemas de Comercio Exterior (Incomex) afirma que hay que ver a la Unión Europea (UE), a la que considera el segundo socio comercial de México.
Reconoce que no se compara con Estados Unidos al cual se exporta poco más del 80% de lo producido en México. Pero asegura que a Europa se va en promedio el 18% de nuestros productos.
“Los cinco países a los que más exportamos de la UE son Francia, Reino Unido, Italia y Holanda”.
Gómez refiere datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Indican que el intercambio comercial entre ambas partes muestra a la UE como el segundo mercado de exportación de México, después de Estados Unidos, y la tercera fuente de importaciones, después de Estados Unidos y China.
En 2015 las exportaciones mexicanas a la UE alcanzaron 19,307 millones de euros. Mientras que México le compró a Europa el 1.1% de sus ventas totales al exterior.
“Esto ubica a México como el décimo noveno proveedor de la UE a nivel mundial”.
Nuestro país mandó al Viejo Continente minerales e hidrocarburos (18.9%); maquinaria y equipos eléctricos (18.4%); vehículos y equipos de transporte (14%), entre otros.
Los mexicanos compramos principalmente maquinaria y equipo eléctrico (57.1%); vehículos (10.4%); productos farmacéuticos (5.4%), etcétera.
El tratado con la UE empezó en el año 2000. Para 2015 su intercambio había crecido un 235% y ha seguido incrementándose.
Los compañeros del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, discuten ahora la actualización del tratado con Europa y planean terminar este 2017.
Uno de los temas relevantes en la negociación con los europeos es su exigencia de que la Secretaría de Economía (SE), valide las reglas de origen.
La posible salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene a varias compañías y economistas del país pensando a dónde llevar lo hecho en México si las actuales negociaciones fracasan.
En los términos vigentes, con algunos países, basta con que el productor diga qué porcentaje de los componentes de su mercancía es de origen mexicano. Los europeos por su parte exigen que la autoridad mexicana certifique el porcentaje de esos insumos.
La importancia del intercambio comercial entre México y Europa queda claro si se revisa el dato con Francia. Según ProMéxico en 2016 el comercio con los galos alcanzó un récord histórico de 6,170 millones de euros.
Francia exporta 3,700 millones de euros a México y al revés son 2,470 millones de euros a Francia. Además la nación francesa es el undécimo inversionista con 4,440 mdd invertidos en México, de 1999 a 2016.
Más cerca, tenemos a Centroamérica y Sudamérica. Según refiere el doctor Eduardo Mendoza, catedrático del Colegio de la Frontera Norte (El Colef), es racional reforzar el comercio en ambas regiones en caso de un rompimiento del TLCAN.
“Ya compramos más maíz amarillo de Argentina y Brasil y se importa menos de Texas o de otros estados agricultores de la Unión Americana. Sin embargo hay un problema y tiene que ver con la infraestructura”.
Explica que la infraestructura con Estados Unidos no es la deseable, pero tampoco está tan mal. Con Sudamérica sería más complicado porque no existen buenas vías de comunicación. Es el mismo continente pero hay gran distancia y esto lo hace más difícil.
Destaca el caso de México con Argentina, porque en 2016 ambos países tuvieron un comercio agroalimentario de 201 mdd, similar al registrado el año previo, por lo que se busca aumentar el flujo entre las dos naciones.
En ese periodo México compró a Argentina aceite y semillas de girasol, vinos, maíz amarillo, semilla de cebolla, glicerol, arroz y peras.
En su reflexión, el doctor Mendoza señala que los mercados tendrán que ser Sudamérica y Asia, pero apunta que en el caso de Europa hay posibilidades aunque en menor medida y solo con algunos países como España e Italia.
“También tenemos que tener en cuenta que una transformación hacia otros mercados es un plan de muy largo plazo y eso no se va a ver ni en un año ni en dos. Recordemos cuánto tiempo lleva el TLCAN, seguimos dependiendo de Estados Unidos”.
Según advierte, si México acepta las reglas de Estados Unidos es prácticamente acceder a no abrirnos a otros países y eso es una disyuntiva para las autoridades.
Por Centroamérica, el comercio total con México representó 0.9% de sus ventas al mundo en 2015, equivalentes a 7,024 mdd. Entre 2005-2015, el comercio se incrementó 87.5 %, principalmente con Nicaragua (209%) y Honduras (182%).
En el mapa del comercio mundial, Baja California adquiere relevancia por ser el segundo exportador más importante a Estados Unidos en el ámbito nacional —solo por debajo de Chihuahua— y de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alcanzó un monto de 35,002 mdd, lo que representó el 10.1% nacional.
Al respecto el delegado de la SE en Baja California, Rufo Ibarra Batista, recuerda que nuestra entidad exporta a países como Colombia, Argentina y Chile; y piensa que de acabarse el TLCAN, no hay que perder de vista a Europa.
La actividad principal del estado fue la industria manufacturera con un valor en sus exportaciones 34.9 mdd. El subsector con mayor participación fue la fabricación de equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos con el 47.9%.
En el estado, San Quintín es clave pues envía a Estados Unidos el 100% de sus productos del campo, destaca Leticia Vázquez, coordinadora general del área de servicios de la SE en Baja California.
Agrega que Ensenada exporta también hacia el continente asiático, por ejemplo la langosta y el pepino de mar que van a China y Japón respectivamente.
“Además Baja California tiene 70 empresas que exportan sus mercancías con certificado de origen al mundo a través de productos agrícolas, marinos, manufacturas y se tienen entre otros destinos Europa, América Latina, Asia y algunos otros países”.
Ambos refieren que en el caso de los certificados de origen, es importante ver que en Latinoamérica, a diferencia de Europa, han optado por la validación del exportador. Por tanto los tratados que aplican esta opción además del TLCAN, son con Bolivia, Costa Rica, Chile, El Salvador, Honduras y Guatemala, Nicaragua e Israel.
Además de estas regiones queda pendiente aún el Acuerdo de Asociación Transpacífico o TPP, mismo que no ha muerto y aunque ha habido serios cuestionamientos sobre los detalles de esta propuesta, el gobierno mexicano poco ha dado a conocer.
Después de la salida de Estados Unidos, quedaron Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelandia, Perú, Singapur, Vietnam y México.
Durante la segunda semana de noviembre de 2017, en el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en Da Nang, Vietnam, los 11 países que lo integran acordaron los puntos centrales del pacto y le cambiaron el nombre. Ahora se le conoce como Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
De esta forma el futuro comercial de México tiene varias salidas, sin olvidar que sin el TLCAN no se acaba la relación comercial con Estados Unidos. Simplemente cambiaría.
Con el tratado en el aire hay que reforzar las opciones para comprar y vender en otras latitudes.
El TLCAN permite un mayor flujo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, sin embargo en un escenario sin tratado, entran las reglas de la OMC y la Unión Americana, al ser un país desarrollado tendría que pagar más arancel que México, una nación menos desarrollada.
Las exportaciones mexicanas alcanzarían un promedio de 2.2% de arancel, mientras que las estadunidenses pagarían un 7.5% en promedio, que podría elevarse dependiendo del producto. Esto se traduce en que los productos extranjeros en Estados Unidos, subirían de precio.
Por eso Ossie Díaz confía en que aún con modificaciones persistirá un acuerdo comercial con la Unión Americana. No solo porque trae beneficios para ambos, sino porque salirse completamente le haría perder competitividad también al vecino del norte.
El director de operaciones de la planta asentada en Tijuana dice que las reformas del presidente Trump y sus acciones a través del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) para sacar a toda la mano de obra ilegal, han puesto contra la pared a varias empresas en California.
Muchas de esas compañías dependen de la mano de obra ilegal y sin ellos no van a poder competir contra un mercado como el de Asia. Ossie cree que muchas empresas californianas tienen presupuestado un porcentaje de utilización de mano de obra ilegal para mantenerse competitivos frente a mercados como China.
Para el empresario esto se suma a la pretensión de incremento al salario mínimo en California que pondría a las empresas a punto de quebrar, por lo que muchos piensan venir a México y bajar costos de operación. maquiladoras”.
Pero con todo y el viento en contra por la rígidas negociaciones, firmas como Grupo Tacna prevén crecimiento.
Con TLCAN o sin él.