De nueva cuenta, esta semana los entusiastas de los OVNIs vieron un fenómeno y recibieron una explicación que, en su opinión, no coincidía. El fenómeno fue una mancha brillante, de un segundo de duración, que apareció en un video time-lapse que filmó el astronauta Paolo Nespoli. La explicación, proporcionada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), es que se trataba de un meteoro que se incendió al entrar en la atmósfera de la Tierra.
Incluso localizaron su ubicación sobre el planeta, calcularon la velocidad de su desplazamiento, y compararon su brillantez, favorablemente, con la de Venus. A juzgar por el ángulo de caída, la agencia espacial dijo que debió ser un meteoro natural más que un fragmento de la omnipresente basura espacial, si bien agregó que no podía afirmarlo con absoluta certeza.
Luego, Secureteam, que se autodenomina “el medio de investigación de crecimiento más acelerado, y fuente para datos sobre fenómenos alienígenas, OVNIs y la exposición de quienes cubren estos asuntos”, decidió que se trataba de un encubrimiento; en parte, porque el cálculo de velocidad de ESA era incorrecto ya que el video era un time-lapse.
James Oberg, quien solía trabajar en el control de misiones de NASA, está habituado a este tipo de respuesta ante los avistamientos OVNI, y en una entrevista fascinante con Atlas Obscura, explica por qué el fenómeno espacial confunde a la gente. Como pasatiempo, ha rastreado en décadas de avistamientos OVNI hasta sus explicaciones más mundanas, apoyándose en su experiencia profesional en misiones espaciales.
Dice que los años de trabajo en el control de misiones no solo le han dado destrezas para hacer referencias cruzadas entre los avistamientos y los documentos de la agencia que sugieren explicaciones muy precisas, sino porque tiene una mentalidad que resulta muy difícil que los terrícolas desarrollen. Después de todo, cualquier cosa que se encuentra en el espacio debe interpretarse mediante pistas perceptuales distintas: por ejemplo, no hay gravedad; y algunos informes se basan en imágenes hechas desde la Estación Espacial Internacional, la cual cruza el espacio a 8 kilómetros por segundo. “Nuestro sistema sensorial funciona con absoluta perfección en condiciones terrestres”, dijo Oberg aAtlas Obscura. “Pero seguimos siendo una civilización local. Y al abandonar nuestro vecindario todo se vuelve visualmente confuso”.
Un ejemplo son las luces danzantes que pueden verse durante unos tres minutos en este video filmado durante un vuelo del trasbordador espacial. Oberg señala que, dada la velocidad de la nave, dichos puntos no están bailando, sino que viajan más o menos con la misma rapidez que el trasbordador. Oberg los descarta como pequeños fragmentos de hielo o de material aislante que se ha desprendido del trasbordador, pero que le siguen el paso.
En la entrevista, Oberg también hace referencia a otros dos fenómenos interpretados erróneamente con mucha frecuencia: las estelas súper altas de los lanzamientos de cohetes y las sombras crepusculares, ambas exacerbadas por el límite difuso entre la noche y el día mientras la Tierra gira sobre su eje.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation withNewsweek