La Biblia ahora tiene su museo en Washington, financiado por una adinerada familia de cristianos militantes que niegan cualquier intento de proselitismo, en un país donde la religión ocupa un lugar importante.
El museo, que abre sus puertas este sábado al público, cuenta con ocho pisos y 40,000 m2 en los que recrea la historia de la Biblia, los relatos contenidos en el Antiguo y Nuevo Testamentos y sus repercusiones en el mundo.
Su costó fue de más de 500 millones de dólares provenientes en parte de familia Green, propietaria de la cadena de tiendas de artes decorativas Hobby Lobby y conocida por su militancia cristiana.
La empresa fue la que impugnó ante la Corte Suprema, en nombre de sus convicciones religiosas, la obligación del empleador de pagar a sus empleados un seguro de salud que incluyera la anticoncepción.
La máxima corte falló dándole la razón en junio de 2014.
Atraer la curiosidad
En julio pasado, la firma fue condenada a restituir a Irak miles de objetos de la era mesopotámica importados ilegalmente a Estados Unidos. La familia negó que estos artículos estuvieran destinados a su colección privada, que atesoran desde 2009.
Incluye unos 40,000 objetos, entre ellos fragmentos de los Manuscritos del Mar Muerto, tablillas de arcilla, ejemplares de la Torá o un pedazo de una Biblia de Gutenberg.
“La Biblia ha tenido una influencia en mi vida y la de mi familia, manejamos nuestra empresa de acuerdo con sus preceptos”, dice a la AFP Steve Green, jefe de Hobby Lobby y presidente del consejo de administración del museo.
Pero, asegura el filántropo, el museo “no está dedicado a una fe, una iglesia o una congregación, sino a un libro que ha influido en el mundo”.
“Dejamos que las personas decidan qué quieren hacer con esta información (…), esperando que encuentren inspiración”, agrega.
Tony Zeiss, el director general, también niega cualquier proselitismo: “No pretendemos evangelizar sino despertar la curiosidad. No interpretamos” el Libro Sagrado de cerca de 2.300 millones de cristianos y 14 millones de judíos en todo el mundo.
La visita tiene una intención pedagógica, con la reconstrucción del pueblo de Nazaret en tiempos de Jesús, películas, animaciones interactivas o en 3D.
El museo espera atraer entre uno y tres millones de visitantes al año.
“Profundas divisiones”
“La Biblia ha sido utilizada para defender tanto la esclavitud como la causa abolicionista”, dice a la AFP el historiador Gordon Campbell, especializado en el Renacimiento y el siglo XVII.
La colección devela un ejemplar destinado a los esclavos en el que se ha borrado cualquier referencia a la libertad.
Pero la Biblia también ha sido el instrumento de la emancipación de las mujeres y la lucha de los negros por los derechos civiles, dice este profesor de la Universidad de Leicester en Gran Bretaña.
La Ley del Talión, que se ha perpetuado en la pena de muerte todavía vigente en Estados Unidos, es brevemente abordada en el museo. Otros temas polémicos, como la homosexualidad o la anticoncepción, brillan por su ausencia.
“En Europa, se puede decir que la Biblia condena la homosexualidad pero también que Jesús era claramente gay. Aquí la gente no se sentiría cómoda con este tipo de debate” debido a las “profundas divisiones” sobre estos temas sociales, asegura Campbell.
En cuanto a los temores de que el conservadurismo religioso de los fundadores influya en el museo, el académico asegura que la familia Green “tiene derecho a tener su opinión”, pero espera que el museo esté por encima de eso.