En la universidad de San Diego ya se preparan para analizar el caso Frida Sofía durante la cobertura mediática tras el terremoto que dejó más de 300 muertos en la ciudad de México el 19 de septiembre de 2017.
“Fue de película. Como la ‘Dictadura Perfecta’, donde montaron todo un escenario, toda una novela de una historia que fue falsa… ¿y fue falsa? Quién sabe”, reflexiona el investigador Michael Lettieri, del Instituto Transfronterizo y quien por años ha estudiado a los medios mexicanos.
Lettieri se pregunta si la cobertura de los esfuerzos para rescatar a una niña que llamaron Frida Sofía y que jamás existió, fue un invento de la Secretaría de Marina, una idea de Televisa para aumentar los niveles de audiencia o solo una falta de ética periodística.
Muchos mexicanos estuvieron atentos viendo la transmisión del afán de los rescatistas y la esperanza de que la niña fuera salvada de entre los escombros.
“Al estado mexicano siempre le interesa controlar los medios y usar los medios para poner una narrativa positiva o una narrativa controlada. Frida Sofía es un problema mucho más complicado que una reportera que hizo algo mal”, agrega.
El incidente trae a juicio el papel de los medios de comunicación en México en condiciones nunca antes vistas pues hoy la prensa enfrenta nuevas presiones.
El descrédito de los medios de comunicación no es nuevo, particularmente en nuestro país.
“Me parece que hay una gran deuda(.) La sociedad nos ve siempre como prensa vendida”, declaró a la agencia de noticias Tijuanapress.com, Jacinto Rodríguez durante un foro sobre periodismo realizado en la frontera estadounidense hace unos años.
Rodríguez Munguía es autor de varios libros entre ellos “La otra guerra secreta, los archivos prohibidos de la prensa y el poder”.
“Sigue habiendo, en un pensamiento colectivo, la idea de que la prensa es una prensa corrupta, que los medios somos corruptos todos —cuando yo creo que no es así—, sin embargo no hemos hecho este trabajo de acercamiento donde podamos reflexionar sobre todo este tipo de conceptos que todavía nos pesan mucho”, agregó el ahora catedrático en la Universidad Autónoma Metropolitana en Cuajimalpa.
Pero también es cierto que existen medios de comunicación en México que han ido ganándose el respeto de la comunidad.
Víctor Espinoza, investigador del Colegio de la Frontera Norte, basado en Tijuana, dice que el rol de la prensa en la transición democrática fue fundamental.
“Evidentemente y sobre todo por la prensa escrita”, comenta.
El politólogo recuerda que para llegar a donde estamos hoy, con la alternancia electoral como conquista concreta, fue necesario romper las restricciones que imponía el gobierno mexicano y volverse más plural, a pesar de las resistencias del estado.
“La prensa juega un papel importantísimo para abrir lo que era el sistema autoritario y para denunciar, para hacer el eco de una sociedad que estaba muy asfixiada y muy limitada”.
Ni México ni sus medios son los mismos que vivieron durante décadas, bajo el régimen de un solo partido.
Se superaron viejos obstáculos aunque ahora enfrentan nuevos desafíos ante el mismo anhelo por una verdadera democracia.
En 2014, el Centro de Estudios Estados Unidos-México de la Universidad de California en San Diego, (UCSD) ya veía la necesidad de explorar los progresos y retos del periodismo en México.
Melissa Floca, entonces al frente del Centro, organizó un foro con profesionales de los medios de comunicación mexicanos, académicos de ambos lados de la frontera y otros países, y corresponsales extranjeros en México.
“El periodismo de investigación en México contribuye tremendamente a tener una democracia que funcione”, dice la Dra. Floca tras recordar el encuentro donde participó entre otros, Jacinto Rodríguez.
Dijo en ese entonces: “Falta y faltó un proceso de reflexión de lo que ha hecho y no ha hecho la prensa en general”.
Rodríguez Munguía ahora dirige la cátedra Miguel Ángel Granados Chapa donde tiene como objetivo la autocrítica del periodismo.
“Hoy por lo menos desde afuera, nos estamos debatiendo, estamos discutiéndonos a nosotros mismos”.
“Los dos últimos años muchos de los reportajes (de medios mexicanos) han sido cruciales para evidenciar la corrupción del gobierno o el impacto que los cárteles de la droga tienen en la sociedad. Creo que tenemos una deuda tremenda con los periodistas porque su trabajo nos permite entender lo que pasa en México”, añade la Dra. Floca en entrevista telefónica.
La investigadora resalta que la prensa enfrenta severas presiones tanto por el gobierno que quiere controlar la narrativa como de los cárteles de la droga y la creciente violencia que generan.
“Creo que es sorprendente la calidad del reporteo que viene de México dadas esas presiones”.
El Internet que facilitó la creación de nuevas plataformas periodísticas también colapsó el sistema tradicional de subsistencia de “las noticias”.
Como en muchos otras naciones, miles de periódicos y revistas dejaron de imprimirse en papel y los anunciantes de la radio y la televisión emigran al mundo digital.
“El gran desafío creo yo para los medios impresos es cómo sobrevivir en medio de esta vorágine de información. Antes faltaba información y ahora hay un exceso”, comenta Espinoza Valle.
Y usted ya sabe lo que dicen de los excesos.
Este es el tiempo de las redes sociales que abrieron nuevos frentes en la batalla por un mejor periodismo.
Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp. (Más lo que se acumule esta semana).
Por ahí viajan a velocidad vertiginosa y muchas veces sin freno y sin filtro las noticias.
“En medio de tanta información, pues mucha es basura. Sí es algo muchísimo más complejo que antes. Hay de todo. Y eso es algo que no existía antes de (…) la democracia política”, agrega el académico del Colef.
Una consecuencia del activismo hueco tras el terremoto surgió porque en las redes sociales circuló la propuesta —y luego exigencia—, de apoyar a los damnificados con el dinero que se destina a los partidos políticos.
“No es algo que realmente va a tener un impacto positivo en la democracia pero es algo a lo que la gente reaccionaba en forma tremenda. Pero no fue bien pensado”, advierte Michael Lettieri al explicar que no es casual que el PRI fuera el primero en decir que aceptaba la petición ciudadana y la llevaba más allá.
“El PRI dice: ‘Sí vamos a devolver dinero, también lo que debemos hacer es eliminar los diputados plurinominales’. A quien le va a beneficiar, es al PRI, porque el PRI tiene más dinero privado, tiene más vías para ganar dinero”.
El estudioso norteamericano considera que quitarles los fondos hace más probable que violen la ley lo que es un retroceso de los avances democráticos.
“En las redes hay mucha energía, hay mucha emoción, pero no en términos de lo que implica para la democracia mexicana”.
Algunos analistas ya hablan de una “Memeficación”. Michael Lettieri lo explica así:
“Que todas las noticias van a pasar a ser un “meme”. Lo van a simplificar a algo chistoso que se pasa a ser viral”.
Asegura que esa es la propuesta de todo meme; Hacer que la gente reaccione y que lo comparta generando con eso mucha reacción y muy poco pensamiento. No hay reflexión, dice.
“No quiero decir que la sociedad se va destruyendo a sí misma con ese tipo de cosas pero efectivamente reduce el espacio para el periodismo”.
“En la democracia lo que se necesita no es que compartan un meme”, dice el investigador del Instituto Transfronterizo. “Es que la gente salga, que la gente vote, que la gente hable con sus vecinos”.
Esto nos lleva a otra de las trampas del mundo digital, lo que llaman en inglés “Slacktivism”, que sería algo así como un activismo “virtual”, en línea, pero hueco.
Otra vez Michael Lettieri.
“El activismo en la forma más floja, en la forma más perezosa posible. Que no sales de tu “compu”, pero das “like” a todas las cosas, firmas todas las peticiones de Change.org, pones muchos comentarios en tu Facebook, pero no sales a votar”.
El riesgo es que las acciones virtuales sustituyan la participación ciudadana.
“Las redes han servido para empujar cosas, para hacer eco de cosas que a lo mejor antes ni nos enterábamos”, reitera Espinoza Valle quien considera que los medios deben insistir en esos temas para que junto con la sociedad, esa emoción o esa indignación pueda transformarse en una política pública.
Lettieri sostiene que los cambios sociales que van a tener el impacto más importante para la democracia en México son cosas que ya empezaron desde los ochenta, los noventa y siguen.
“No es como que la prensa en México podría crear una democracia. La democracia se crea desde la sociedad y la prensa tiene un rol”, dice.
Ese rol lo podrá cumplir el periodismo mexicano cabalmente si se profesionaliza, para lo que tendrían que cambiar las condiciones del ejercicio periodístico.
Como muestra el ejemplo del supuesto retiro del dinero de los partidos políticos, el peligro de la regresiones y hasta la vuelta al autoritarismo son latentes.
Los beneficios de tener más plataformas que hacen mejor periodismo han sido relativos, pues los medios tradicionales siguen siendo los de mayor penetración lo que es aprovechado por el régimen.
“Puede haber marchas de denuncia y no pasa nada. Ese es el problema, que todavía tenemos un sistema que a pesar de los cambios en ciertos sectores, seguimos estando ante un sistema autoritario”, recalca Víctor Espinoza.