Donald Trump piensa que Ivanka “me menosprecia”, admite que ha manoseado a Melania en público, sabe que su compulsivo lavado de manos “podría ser un problema psicológico” y una vez sugirió usar gas somnífero en los aviones para disuadir a los terroristas, según un archivo nuevo de todas las grabaciones que tuvo al aire en The Howard Stern Show.
Esos comentarios, junto con varias vulgaridades embarazosas pero predecibles, se pueden hallar en un nuevo archivo en línea de las 15 horas de cotorreo radiofónico de Trump con el ofensivo locutor. En ellas, él discute el atractivo relativo de sus esposas (y de casi cualquier otra celebridad femenina del momento) y sus sentimientos por su hija Ivanka y ríe con el equipo de Stern mientras ellos bromean sobre quién es más “gay” y si que te vomiten es más asqueroso que comer comida que ha estado en el ano de alguien.
En una llamada de septiembre de 2004, Trump y Stern parloteaban sobre cómo Ivanka estaba saliendo con un “sangre azul” de Bedminster, nueva Jersey, y bromeaban de cómo sus hijos eran más de sangre azul que ellos mismos. “Pienso que mi hija me menosprecia”, admitió Trump. “Ella dijo: ‘Oh, por Dios…’”
Los dos luego continuaron con cuánto dinero Trump le iba a dejar a su prole creciente. (Barron todavía no nacía.) “Voy a darles la Universidad En Línea Trump”, dijo él. “Y la beneficencia recibirá mucho”.
Durante la campaña presidencial de 2016, Stern se negó a retransmitir alguna de sus conversaciones con el candidato republicano. “Siento que Donald Trump fue al programa con el fin de ser entretenido y divertirse con nosotros, y siento que sería una traición a cualquiera de nuestros invitados si yo me sentara y les reprodujera ahora donde la gente lo está atacando”, dijo Stern en su programa de SiriusXM.
Newsweek obtuvo en exclusiva todo el audio y las transcripciones de las 15 horas de Trump hablando con Stern, desde 1993 hasta el 25 de agosto de 2015. Al juntarlas, las entrevistas de Stern son un rico caso práctico freudiano, una mina de oro para cualquiera que trate de entender al residente de Estados Unidos. El magnate de los bienes raíces usualmente llamaba cuando tenía algo que vender —un libro, una pelea profesional, su programa de TV—, pero casi siempre se quedaba para parlotear con Stern, cuya preocupación con el sexo y su estilo untuoso de hacer preguntas llevó al magnate a una asociación libre de todo, desde sus padres, hijos y su crianza hasta el dinero, los enemigos, la política y, por supuesto, los pechos, operados o no.
Las entrevistas están recopiladas y pueden buscarse en un enorme archivo nuevo de conversaciones, las cuales también muestran que Trump y su tercera esposa, la ahora primera dama Melania Trump, estaban más que dispuestos a discutir detalles íntimos de su vida sexual, incluso cuando Donald tanteaba el terreno de una candidatura presidencial en 1999. Previamente este mes, una persona anónima envió los archivos de audio de 35 entrevistas completas y únicas entre Trump y Stern vía Dropbox al sitio web Factba.se. Los desarrolladores del sitio habían solicitado públicamente los archivos de audio de las entrevistas entre Trump y Stern en varios sitios de fans de Stern y en Reddit antes este año. El sitio le permitió a Newsweek buscar los archivos antes de ponerlos a disposición del público por primera vez este lunes.
Trump ha hablado más con Stern que con cualquier otro periodista o personalidad mediática, incluidos Joe Scarborough, Sean Hannity, Bill O’Reilly, Chris Matthews, Larry King y Don Imus. El archivo voluminoso contiene más de 104,357 palabras que Trump expresó enThe Howard Stern Show, una cifra que es, según cálculos del sitio, 21 por ciento más grande queEl arte de vender, el primer éxito de ventas de Trump, el cual consta de 86,575 palabras.
Foto: AFP / Archivo.
La mayoría de las conversaciones se dieron después de que Trump empezó a salir con Melania, y Stern usualmente empezaba haciendo preguntas íntimas sobre la exmodelo. En una conversación del 11 de noviembre de 1999, transcrita para el sitio, Trump llamó para vender una próxima pelea profesional en el casino Taj Mahal, luego habló de las muestras públicas de afecto con Melania y cómo fue su primera noche.
Stern: ¿Alguna vez la has tocado en público?
Trump: Sí.
Stern: Sí. Por lo que sé.
Trump: Soy muy bien portado, en realidad, y casi siempre me comporto muy tranquilo.
Stern: ¿Cómo conociste a esta supermodelo?
Trump: La conocí en una fiesta muy grande en Nueva York. Y allí estaba ella con otras supermodelos, y las saludé a todas, y dije, esa es la más hermosa.
Stern: Guau.
Trump: Y ella es considerada hermosa por otras chicas. O sea, ella en verdad es considerada la más hermosa, pero va más allá de la belleza, es una persona muy agradable.
Stern: ¿Y pudiste meterla en tu primera noche?
Trump: No me fue bien con ella la primera vez.
Stern: No lo hiciste.
Trump: No, no funcionó. Nada funcionó la primera noche.
El 24 de mayo de 2002, Trump hizo referencia a que obtuvo “el precio correcto” por Melania en un espectacular.
Stern: Ella debe ser muy buena en la cama. Debe tener magia… Debe hacer algo.
Trump: Bueno, la dejo hacer publicidad por allí porque la obtuve por el precio correcto, Howard [refiriéndose a Melania en un espectacular de la Ciudad de Nueva York].
Stern: Ella debe estar volviéndote loco.
Trump: En verdad hice un buen negocio. Ella sí entró en los espectaculares, y lo obtuve por el precio correcto.
Stern: ¿Y ella no es un… ella no es un dolor de cabeza, como Ivana?
Trump: No, es grandiosa.
Stern y Trump también discutieron varios acuerdos prenupciales de Trump. En mayo de 1993, él señala que aun cuando le dio a Ivana 25 millones de dólares, ella violó el acuerdo prenupcial, “escupiendo” sobre él al escribir una novela en clave. Ello provocó que Stern le preguntara a Trump sobre su fobia a los gérmenes. Trump admitió que se lavaba las manos “tantas veces como fuera posible” al día.
Stern: Te das cuenta de que es un problema psicológico.
Trump: Podría ser un problema psicológico.
Stern: No hay manera en que logres… No puedes dominar este problema, lo sabes… O sea, teóricamente, ya sabes… porque eso es obsesivo-compulsivo, ¿verdad? ¿Alguna vez has ido al psiquiatra para eliminar ese problema?
Trump: No. Me gusta. Me gusta la limpieza. La limpieza es algo bueno. No solo las manos, el cuerpo, todo.
Stern luego pregunta si Trump hace que las modelos con quienes sale (muchas de las cuales ellos habían calificado juntos) se hagan pruebas de SIDA.
Trump: Poseo el 25 por ciento de Goodyear Tire and Rubber.
Stern: ¿Usas un hule? Ahí tienen, eso es algo interesante que no oyes todos los días en TV.
Después de poner a Melania en el teléfono con Stern una vez, Trump también explicó que le gustan las mujeres con acentos, y Stern le recordó el acento checo de Ivana.
Trump: Ella tiene [un] acento.
Stern: Bueno, ya sabes cómo es, el acento es lindo ahora, pero mejor no te cases. Porque ya sabes lo que sucedió, el acento de Ivana fue lindo por un largo tiempo.
Trump: Sí, era asombroso, y luego una vez desperté que [sic] era terrible, no pude soportarlo.
El 10 de octubre de 2001, al discutir maneras de evitar otro 11/9, Trump tuvo una sugerencia novedosa. “Tienes un botón rojo en el avión, y el piloto tiene un problema enorme en la parte de atrás. Tiene dos o tres terroristas, ya sabes, locos”, dijo Trump. “Él presiona un botón y gas somnífero sale, toda la parte de atrás del avión se pone a dormir”.
Trump usualmente mordía la carnada cada vez que Stern trataba de hacerlo hablar de las celebridades que él “se daría” o cuán a menudo tenían sexo él y Melania, pero en ocasiones él lo eludía. El 8 de mayo de 1993, él señaló en las grabaciones: “Me agrada Howard, pero tengo que estar loco por estar aquí”.
Pero él siguió regresando por más.
Foto: AFP / Archivo.
El archivo de entrevistas se asemeja a una transmisión en vivo desde la mesa de los niños en una cafetería de séptimo grado. Trump calificaba entusiastamente los cuerpos de las mujeres, compartía detalles del sexo con su esposa y se carcajeaba con chistes escatológicos.
En un nuevo libro publicado este mes titulado The Dangerous Case of Donald Trump, 27 psiquiatras y expertos en salud mental valoran a Trump a la distancia. Los psicólogos Rosemary Sword y Philip Lombardo escriben que la impulsividad e inmadurez de Trump son señales de una persona que exhibe “hedonismo presente desenfrenado y extremo”, un síndrome relacionado con un desarrollo emocional detenido debido a un trauma en la niñez.
“Sin una valoración individual apropiada, solo podemos deducir si Trump sufre de desarrollo emocional detenido que podría ser o no un factor en su hedonismo presente extremo”, escriben ellos. Pero, con base en “su comportamiento intimidatorio, sus comentarios inmaduros sobre el sexo, y su necesidad infantil de atención constante, podemos especular que el evento traumático es cuando fue enviado a la escuela militar a los trece años”.
Trump expresó por primera vez su interés en postularse a la presidencia en 1988; él contendió brevemente en 1999 y luego lo consideró de nuevo en 2011. Su última aparición en Stern fue el 25 de agosto de 2015, dos meses después de que anunciara su candidatura. Ese día, Trump rechazó la solicitud del DJ de calificar el atractivo de Megyn Kelly. “Bueno, ya sabes, en otra época no me habría importado responder esa pregunta, pero hoy la dejaré pasar”, dijo él.
Después de que se hiciera pública la grabación a micrófono encendido de “agarrarlas de la panocha” de Entertainment Tonight en octubre del año pasado, Melania Trump fue a CNN y le dijo a Anderson Cooper que le había advertido a su marido que Stern era malo para él. “Lo presionaban, y muchas veces le doy un consejo, y no estaba de acuerdo en hacer todas las grabaciones con Howard Stern, con Billy Bush”, dijo ella. “Porque conozco a esa gente. Ellos lo enganchan, ellos… ellos tratan de sacarle un… un lenguaje inapropiado y sucio”.
En abril del año pasado, el candidato Trump explicó que las conversaciones con Stern simplemente eran pura diversión. “Nunca anticipé postularme al cargo o ser un político, por lo que podía divertirme con Howard en la radio y a todos les encantaba. A la gente le encanta”, dijo Trump. “Podía decir lo que quisiera cuando era un empresario, un chico de negocios”.
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