Las próximas elecciones presidenciales de México podrían representar un desafío más significativo para el perfil crediticio del país que el riesgo de una renegociación fallida del TLCAN, dijo Moody’s Investors Service en un nuevo informe.
La agencia calificadora de crédito dijo que la campaña electoral mexicana de 2018 podría postergar de manera significativa la implementación de reformas importantes, incluida la apertura del sector energético a la inversión privada.
Moody’s destaca en su reporte que los bajos índices de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto, “debido en parte a acusaciones de corrupción, puede influir en las perspectivas electorales del PRI para el próximo año”.
“Esto puede aumentar la probabilidad de una victoria de Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), que lidera las encuestas. López Obrador es conocido por su oposición a las reformas que se aprobaron durante la administración de Peña Nieto”, menciona.
Indica que un eventual triunfo de López Obrador podría detener considerablemente la aplicación de reformas importantes y frenar la inversión en infraestructura pública” ya que cualquier nueva administración toma tiempo para establecer sus prioridades de infraestructura y construir un oleoducto de proyectos”.
“Aunque sería muy difícil una reversión completa de las reformas que ya se han aplicado, es posible una desaceleración del proceso de liberalización en curso”, dice.
Menciona que las disparidades regionales y la generalizada informalidad económica también limitan aún más el crecimiento de México y los actuales desafíos a la baja productividad del país. “Si el crecimiento de la productividad no mejora, las potenciales perspectivas de crecimiento de México seguirán siendo demasiado débiles para cerrar las brechas de ingresos y productividad con Estados Unidos”, dice el reporte.
Las renegociaciones del TLCAN, por su parte, son poco propensas a interrumpir el comercio, y pueden presentar una oportunidad para México.
No obstante, Moody’s dice que no puede descartar completamente los riesgos para los exportadores mexicanos, especialmente para las empresas del sector automotriz. “Una renegociación desfavorable limitaría el crecimiento, creando efectos negativos sobre las economías locales de los principales países exportadores del país. Sin embargo, las propuestas iniciales podrían estimular el desarrollo industrial.
La calificadora refiere que reglas de origen más estrictas, por ejemplo, exigirían mayores inversiones para permitir la producción de componentes previamente importados dentro de la región de América del Norte. Dado que México tiene los costos laborales más bajos entre los tres socios comerciales, probablemente sería el mayor beneficiario de nuevas inversiones.