Caloncho es el apodo que le puso su abuelo cuando él era apenas un niño. La música formó siempre parte de su vida y, desde hace cuatro años que lanzó su primer álbum, Fruta, hemos escuchado en todas partes sus éxitos. Ahora, Óscar Alfonso Castro regresa con el lanzamiento de su nuevo álbum, Bálsamo, algo completamente distinto a lo que había hecho anteriormente. Newsweek en Español platicó con el joven oriundo de Sonora sobre su más reciente lanzamiento.
—Bálsamo suena distinto…
—Es esta otra parte que estoy explorando, personalmente. Frutarealmente fue hace tanto tiempo que, aunque me gusta escucharlo, ya es un discurso viejo. Esto es más actual.
—¿Para qué es el bálsamo, intentabas sanar algo?
—No fue inicialmente así, pero me di cuenta de esa cualidad de la música en el trayecto. Estaba fuera de casa y a lo único que podía acudir era la música. La canción “Bálsamo” también la asocio con la figura materna, con la música como un abrazo maternal.
FOTO: ANTONIO CRUZ/ NW NOTICIAS.
—En el álbum suenas optimista, ¿cómo serlo en la situación actual de México?
—Somos un parpadeo en la historia, por eso prefiero clavarme en las cosas que me hacen sentir pleno y conectado con la vida. En todos lados hay escenarios pocos favorecedores y es un hecho, pero prefiero concentrarme en aquellas cosas que son positivas porque eso es fuente de felicidad. Sé lo que pasa en México, sé lo que pasa en diferentes partes del mundo porque, al final, es lo que estudié, relaciones internacionales, y ahí me di cuenta de que no quería trabajar en nada relacionado con la política. Prefiero ser idealista siempre.
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—Parece que tuviste un encuentro con tu espiritualidad…
—Antes de irnos a la gira sudamericana me di cuenta de que no tenía libro y fui rápido a la librería del aeropuerto y me compré uno que se llama El arte de la compasión, una entrevista al dalái lama. Él es una persona increíble y ahí me viajé con el concepto de compasión. Después estuve en India, estaba en un monasterio, y había clases de meditación. Era como estar en una experiencia psicodélica libre de drogas, en ayuno en medio de la selva escuchando el canto de los monjes. Por eso la canción (“Bálsamo”) dice esto de prende la selva, amanece el día.
—¿Cuándo fue la última vez que tuviste una actitud hedonista?
—Realmente hace mucho que no vivo los excesos como me gustaba vivirlos, estoy cambiando mucho, voy a ser papá y estoy viendo las cosas de manera distinta. Hedonista por completo, como un año que no lo hago.
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—¿La última vez que te llamaron Óscar?
—En Saltillo, el viernes pasado. Hay banda que piensa que voy a voltear si me dicen Óscar, pero probablemente volteo a la tercera vez que me dicen, todo mundo me dice Caloncho.
—¿La última vez que no te caíste bien?
—Cuando hice la canción de “No me caigo bien”, en el verano de 2016 en Barcelona. Se relaciona con la fiesta, nos pusimos una fiesta preciosa, era el cumpleaños de Dexter, el bajista, nos dieron las variables de la fórmula de fiesta, todo con amigos mexicanos que nos fueron a acompañar al viaje, y terminamos en la playa como a las 11:00. Cuando amanecí estaba solo; Balín, el baterista, estaba dormido, yo no tenía con quien hablar y estaba en un bajón emocional, así, nada de serotonina, nada de nada en mí más que un vacío gigantesco que te deja la fiesta en exceso, y ahí no me caí muy bien.
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El álbum lo grabaron en la casa de Mateo Lewis y Elsa (y Elmar), cerca de San Francisco. Y lo presentará el sábado 26 de agosto con un concierto en el Plaza Condesa de la Ciudad de México, en el que también cantará los éxitos que ya conocemos.