Cuando los arqueólogos descubrieron los restos fosilizados del Chilesaurus diegosuarezi al sur de Chile, se quedaron perplejos.
El dinosaurio tenía una combinación única de características, algunas de las cuales pertenecían al grupo de los dinosaurios terópodos, principalmente carnívoros y del que forma parte el Tyrannosaurus rex, pero también otras características que lo colocan fuera de esta clasificación, como dientes planos en forma de hoja que indican una alimentación vegetariana.
Los investigadores decidieron en 2015 que el Chilesaurus debía ser clasificado como una forma poco usual de terópodo. Pero ahora, un nuevo estudio indica que el dinosaurio era en realidad un miembro temprano de un grupo completamente distinto, conocido como ornitisquios. Y de acuerdo con los investigadores, esta especie puede ser el eslabón perdido entre los dinosaurios herbívoros y sus homólogos carnívoros.
Los dinosaurios aparecieron en la Tierra hace alrededor de 230 millones de años y, desde hace mucho tiempo, se han dividido en dos categorías básicas con base en la estructura de su cadera. Los ornitisquios (un término en griego que significa “cadera de ave”) tenían una estructura pélvica de cuatro puntas con un hueso púbico que apuntaba hacia abajo, y son los ancestros de las aves modernas. Los saurisquios, o “cadera de lagarto” tenían una pelvis de tres puntas cuyo hueso púbico apuntaba hacia arriba, y son los antecesores de los reptiles modernos como los cocodrilos. Los terópodos como los tiranosaurios y los velocirraptores son una subdivisión de los saurisquios.
En el nuevo estudio, publicado en la revista Biology Letters, paleontólogos de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y del Museo de Historia Natural de Londres, analizaron más de 450 características anatómicas de los primeros dinosaurios para clasificar al Chilesaurus, que vivió en el período jurásico tardío, hace alrededor de 150 millones de años. Los científicos determinaron que el dinosaurio probablemente perteneció a un grupo “de transición” que marcó la evolución temprana de los dinosaurios ornitisquios.
“El Chilesaurus luce casi como si hubiera sido armado con piezas de distintos animales, y esa es la razón por la que sorprendió a todo el mundo”, señala Matthew Baron, estudiante de posdoctorado de la Universidad de Cambridge y principal autor conjunto del artículo.
Una familia chilena descubrió los primeros restos fosilizados del Chilesaurus en 2004; la especie fue nombrada en honor de Diego Suarez, el hijo de la familia, de siete años de edad, quien se tropezó con un fósil en el sitio de la Colina Negra, cerca del lago General Carrera al sur de Chile, informó el diario Guardian.
El dinosaurio, que alcanzaba el tamaño de un caballo pequeño, tenía un extraño conjunto de características anatómicas. Algunas de ellas coincidían con las de los ornitisquios, entre los que se encuentran dinosaurios populares como el estegosaurio y el triceratops.Por ejemplo, el Chilesaurus tenía una cadera con una estructura semejante a la de las aves y poseía dientes planos, adaptados para moler materia vegetal. Sin embargo, también carecía de rasgos que se consideraban fundamentales para los dinosaurios ornitisquios, como un hueso predentario, que es una protuberancia en la mandíbula inferior que, junto con una formación complementaria de la mandíbula superior, formaba una estructura semejante a un pico que era utilizada para arrancar hojas u otro material vegetal.
El Chilesaurus también tenía unas fornidas extremidades anteriores como el allosaurus, que era carnívoro. Pero en lugar de contar con garras afiladas, tenía dos dedos cortos y gruesos al final de dichas extremidades.
Los investigadores concluyeron que el Chilesaurus probablemente era un ornitisquio temprano que podría marcar el punto en el que se separaron las dos principales divisiones del árbol genealógico de los dinosaurios. “Parece que, para algunos de los dinosaurios carnívoros, se volvió más conveniente comenzar a alimentarse de plantas, posiblemente por necesidad”, dice Paul Barrett, catedrático de Museo de Historia Natural y coautor del estudio.
Los hallazgos sobre el Chilesaurus parecen confirmar la hipótesis planteada por los mismos dos investigadores, Baron y Barrett, en un estudio de gran importancia publicado en marzo en la revista Nature, en el que se propone una nueva historia evolutiva para los dinosaurios. En lugar de clasificarlos en dos divisiones principales, saurisquios y ornitisquios, con base en los huesos de su cadera, Baron, Barrett y el coautor David Norman, paleontólogo de la Universidad de Cambridge, proponen una nueva división entre los saurisquios y los ornitoscélidos; los dinosaurios ornitisquios como el Triceratops y las criaturas terópodas como el Tyrannosaurus serían clasificadas en el mismo grupo más amplio.
El estudio, realizado en marzo, recibió retroalimentación positiva, pero también fue recibido con escepticismo por algunos miembros de la comunidad científica. “Es solamente un análisis, y muchos estudios recientes recobran la clasificación más tradicional. Dado que este nuevo resultado contradice un legado tan vasto de investigación”, declaró aThe Atlantic Steve Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo, al hablar acerca de la nueva división propuesta, “pienso que las condiciones [para aceptarla] deberían ser altas”.