Siete países europeos se encuentran bajo alerta alimentaria por la posible contaminación de millones de huevos. Hasta el momento,Holanda, Bélgica, Alemania, Suecia, Suiza, Francia y Reino Unido han detectado la llegada de huevos procedentes de granjas donde se utilizó fipronil, un pesticida empleado para matar piojos y pulgas prohibido en animales que forman parte de la cadena alimentaria.
La sustancia tóxica, considerado como “moderadamente tóxico” para los humanos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es peligroso para los riñones, el hígado y la tiroides, fue detectada la semana pasada en cientos de miles de huevos vendidos por numerosas granjas de producción avícola en Holanda, según el organismo holandés encargado de la seguridad alimentaria y sanitaria, NVWA.
“Alrededor de 180 centros de producción avícola fueron bloqueados por la presunta presencia de fipronil”, constatada en “tomas de muestras de huevos, de excrementos y de carne”, explicó la NVWA en un comunicado emitido el pasado miércoles.
El insecticida, muy común en los productos veterinarios contra las pulgas, los ácaros y las garrapatas, está prohibido en el tratamiento de animales destinados a la cadena alimentaria, como las gallinas.
La sustancia fue introducida en granjas que habían recurrido a la compañía holandesa Chickfriend para llevar a cabo un tratamiento contra el ácaro rojo, un parásito nefasto para las gallinas.
En Alemania, casi un millón de huevos contaminados fueron retirados de un puesto de distribución fronterizo con Holanda, según la NVWA. El gobierno alemán pidió a Bélgica y a Holanda que esclarezcan si la manipulación fue de carácter “criminal”.
“Según lo que podemos ver, alguien claramente procedió con una intención criminal para adulterar (los huevos) con una sustancia prohibida”, declaró el ministro de Agricultura alemán, Christian Schmidt, en una entrevista concedida al diario Bild.
En Bélgica, las cadenas Colruyt, Albert Heijn y Aldi también retiraron huevos sospechosos de las góndolas. Las autoridades belgas se enteraron a principios de junio de que había “un problema” relacionado con la contaminación de huevos por un insecticida, informaron este sábado, días después de que se detectara una sustancia tóxica en miles de huevos procedentes de Holanda.
“Sabemos desde primeros de junio que hay un posible problema de fipronil en el sector avícola”, declaró Katrien Stragier, una portavoz de la Agencia Belga para la Seguridad de la Cadena Alimentaria, a la televisión flamenca VRT.
“Así que iniciamos inmediatamente una investigación e informamos también a la fiscalía porque se trataba de un posible fraude. A partir de entonces, el secreto de sumario empezó a prevalecer”, aseguró. “Entendemos que la gente se haga preguntas sobre la salud pública e intentamos responder”.
La crisis saltó después a Suiza y Suecia, donde se retiraron y destruyeron millones de huevos procedentes de Holanda, país que cuenta con casi 50 millones de gallinas ponedoras.
En Reino Unido, la Autoridad de seguridad alimentaria matizó: “El número de huevos es muy limitado y el riesgo para la salud pública muy débil, pero investigamos con urgencia su distribución…”.
Por su parte, el ministerio de Agricultura francés precisó que “trece lotes de huevos contaminados provenientes de Holanda” fueron distribuidos entre empresas de transformación alimentaria ubicadas en el oeste del país.
Ya se sacrificó a 300,000 gallinas contaminadas que alcanzaban la edad límite de 18 a 24 meses para la puesta, por lo que estaban excluidas del circuito de transformación alimentaria habitual, según la organización agrícola holandesa LTO.
Por su parte la Comisión Europea declaró que “está siguiendo el caso muy de cerca”, según las declaraciones de esta semana de la portavoz Anna-Kaisa Itkonen a la prensa.
Las pérdidas se elevan ya a “miles de millones de euros”, según el sindicato holandés de productores avícolas.
En tanto, el escándalo podría ser aún más grave si se descubre que productos derivados del huevo también están afectados.
La NVWA advirtió a los consumidores que hubieran comprado huevos con el código X-EN-40155XX de que “la tasa de fipronil es tan alta que su consumo supone un peligro grave para la salud pública” y les aconsejó que los tiraran.
Los criadores afectados, que podrían tener que enfrentar grandes pérdidas financieras, se consideraron “estafados” por Chickfriend, a quienes responsabilizan de lo ocurrido.