Existen razones válidas para preocuparse
por los ingresos de un presidente, incluso los obtenidos después de su periodo
en la Oficina Oval. La forma en que un ex comandante en jefe obtiene sus
ingresos y la compañía que desea mantener después de servir como líder del
mundo libre hablan acerca de sus valores en una forma en que la política y la
legislación no pueden hacerlo.
Así, cuando varios estadounidenses,
entre ellos, la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, vieron que el
expresidente Barack Obama pronunciaba discursos ante Wall Street a cambio de 400,000
dólares, firmaba contratos editoriales con un valor de 65 millones de dólares y
vacacionaba con multimillonarias en las costas Tahití en un yate de 300
millones de dólares, podemos apostar a que esto los dejó perplejos a todos.
¿Cómo es posible que Obama, el persuasivo candidato demócrata de 2008
que atacó duramente la avaricia de Wall Street y se identificó con la clase
trabajadora en una forma en que su partido no ha podido recrear auténticamente desde
entonces, viva su vida pospresidencial como un elitista miembro del uno por
ciento?
Obama recibirá una pensión anual de más de 200,000 dólares, tras vetar
un proyecto de ley aprobado por el Congreso en 2016, el cual habría fijado en
esa cantidad el límite superior de la pensión para cada expresidente. Obtuvo
400,000 dólares, el equivalente a su salario presidencial anual, por una
entrevista de 90 minutos realizada el jueves en el centro de Manhattan, donde
habló con un historiador presidencial de cosas como la desigualdad de ingresos
y la participación cívica. Ganará otros $400,000 por un discurso de 60 minutos en
una conferencia organizada por la empresa de inversiones Cantor Fitzgerald.
Y no planea detenerse: la Agencia Harry Walker, que representa al
expresidente ya su esposa en el circuito de los discursos, prepara nuevos
compromisos para los Obama cada semana.
Prácticamente todos los presidentes de la historia moderna
estadounidense ha ganado mucho dinero después de su periodo en el cargo. De
hecho, los años que pasaron sirviendo en la Casa Blanca suelen ser los peor
pagados.
“Salimos de la Casa Blanca no sólo totalmente quebrados, sino con
deudas”, dijo la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton en una entrevista
realizada en 2014 con Diane Sawyer. “Tuvimos muchos problemas para reunir
los recursos para pagar nuestras hipotecas y la educación de Chelsea. No fue
fácil”.
Los Clinton, al igual que el expresidente George W. Bush, ganaron millones
después de su período en la Casa Blanca, y recibieron cheques de seis cifras
por pronunciar discursos en Wall Street y realizar giras de libros. Pero los
Obama habrán de ganar unos ingresos pospresidenciales sin precedentes, lo cual
ha alarmado por igual a sus críticos, a sus partidarios y a otros demócratas.
“Es algo que me preocupa”, dijo Warren cuando supo que Obama iba a
cobrar 400,000 dólares por su próximo discurso. “Describo a la influencia del
dinero como una serpiente que se arrastra por todo Washington”.
Pero no tenemos que creerle solo a ella: Obama dijo una vez a sus
partidarios que no estaba inmiscuido en intereses corporativos ni en el
ponzoñoso control que los banqueros y las empresas de inversión parecen tener
sobre muchos funcionarios electos de Estados Unidos.
“No me postulé al cargo para ayudar a un montón de banqueros opulentos
de Wall Street”, dijo Obama en 2009.
Quizás aquel Obama debería hablar con
el Obama de 2017.