La comunidad internacional volvió a enfrentarse este martes con imágenes de sirios que echaban espuma por la boca y se esforzaban por respirar, y una vez más, los líderes mundiales condenaron lo que vigilantes y activistas anunciaron como un presunto ataque químico en Idlib, el cual dejó, al menos, 58 muertos.
Algunos activistas publicaron en línea videos que mostraban civiles tendidos en el suelo fangoso de Khan Sheikhoun, población del noroeste sirio controlada por los rebeldes, mientras médicos con máscaras los empapaban con mangueras para eliminar cualquier rastro de los agentes químicos.
El ataque cobró las vidas de, por lo menos 11 niños todos menores de 8 años de edad, según el grupo de vigilancia británico Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés). Y los médicos afirman que, muy probablemente, la cifra de bajas aumentará. En una videoconferencia de prensa, el doctor Munzur Khaleel, del Directorado de Salud de Idlib, informó que las instalaciones médicas restantes en la provincia no tienen la capacidad para hacer frente a las secuelas del ataque.
“La mayor parte de los centros médicos de la provincia de Idlib ya están sobresaturados con lesionados, a resultas del uso de gases venenosos”, dijo. “La cifra de muertos muy probablemente seguirá aumentando porque muchos de los lesionados están en condiciones graves, y porque carecemos de suficientes medicamentos para tratar este problema”.
Funcionarios de la Unión Europea, líderes de Oriente Medio y la oposición siria, reunidos actualmente para negociaciones de paz en Ginebra, responsabilizaron del ataque al régimen del presidente sirio Bashar al-Assad.
Foto: AFP
Los líderes señalan a Assad, exigen una investigación
Después del incidente, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan habló con su homólogo ruso, Vladimir Putin, advirtiendo que semejantes ataques amenazan la paz que ambos están tratando de negociar. Rusia apoya al régimen de Assad, y Turquía respalda a los rebeldes sirios moderados que combaten a su gobierno.
Erdogan dijo a Putin que el “ataque inhumano… pudo arruinar todos los esfuerzos” de las negociaciones, según reveló una fuente de la presidencia turca a la agencia noticiosa AFP. Turquía envió 30 ambulancias a su frontera sur con Siria para evacuar a los afectados por el ataque, informó la agencia noticiosa turca Anadolu.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también pareció responsabilizar al régimen de Assad, diciendo que estaba “horrorizado e indignado” por el ataque. Pidió a la comunidad internacional que “retirara, total y definitivamente, esas armas horribles de Siria”. Israel suele tener enfrentamientos con las fuerzas del gobierno sirio en los Altos del Golán, territorio que quitó a Siria y ocupó durante la Guerra de Seis Días, en 1967.
Federica Mogherini, jefa de política exterior de la UE, dijo que los informes eran “espantosos” y que el gobierno de Assad “tenía la responsabilidad primaria de proteger a su pueblo, no de atacarlo”.
En una declaración emitida el martes, la oposición siria dijo que ONU debía “tomar las medidas necesarias para asegurar que funcionarios, perpetradores y simpatizantes rindieran cuentas”.
Otros personajes mundiales se mostraron más cautelosos al asignar culpas a las partes en conflicto. El ministro del Exterior británico, Boris Johnson, pidió una investigación, mas no llegó al extremo de acusar a las fuerzas de Assad.
“Horribles informes de ataque con armas químicas en Idlib, Siria. Debe investigarse el incidente y los perpetradores deben rendir cuentas”, tuiteó el martes.
El ministro francés del Exterior, Jean-Marc Ayrault, condenó el “acto atroz” y convocó a una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad ONU para debatir sobre el incidente y otros actos “que amenazan la seguridad internacional”.
Staffan de Mistura, enviado sirio ante ONU, calificó el ataque de “horrible” y dijo que el Consejo de Seguridad de ONU debía exigir la rendición de cuentas de los responsables. Añadió que el ataque parecía perpetrado desde el aire. Los rebeldes sirios no tienen una fuerza aérea operando en el país, a diferencia de las fuerzas de Assad, Rusia y la coalición que dirige Estados Unidos.
Washington todavía no ha comentado sobre el ataque, pero la presidencia estadounidense ha enviado mensajes mixtos sobre su postura frente a Siria. El jueves, la embajadora estadounidense ante ONU, Nikki Haley, dijo que retirar a Assad del poder no era prioridad para Estados Unidos; sin embargo, el lunes, lo llamó “criminal de guerra” y dijo que Estados Unidos se opondría a su reelección.
La negativa rusa
Una facción islamista llamada Jaysh al-Islam, o el Ejército del Islam, controla grandes sectores de la provincia de Idlib, que tiene frontera con la provincia de Latakia, un bastión de los partidarios de Assad. Muchas personas evacuadas de Alepo tras el acuerdo de diciembre entre Rusia y Turquía emigraron a Idlib, y desde entonces, el régimen ha concentrado esfuerzos en la región, que controlan los rebeldes.
Grupos activistas informaron que, después del presunto ataque químico, un hospital de campo que trataba a las víctimas sufrió un ataque aéreo. La cifra de víctimas no se ha confirmado aún.
Rusia está emprendiendo ataques aéreos contra rebeldes y yihadistas en la provincia de Idlib, pero el martes, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus aviones no llevaron a cabo ataques en las inmediaciones de Khan Sheikhoun. El gobierno sirio aún no ha hecho declaraciones públicas sobre el ataque, mas un reportero progubernamental, Hussein Mortada, calificó el incidente como algo salido de “una telenovela turca”.
Naciones Unidas cree que, antes del incidente del martes, el gobierno sirio ha estado detrás de tres ataques con armas químicas contra civiles a lo largo del conflicto de seis años, pero el régimen niega el alegato.
El martes, Rami Abdulrahman, jefe de SOHR, informó aNewsweek que los médicos sirios han dicho que los síntomas de las víctimas son parecidos a los de ataques previos con gas cloro. Sin embargo, otros doctores aseguran que este último ataque es mucho más grave, pues el daño a los civiles se diseminó a un área más extensa. El doctor AbdulHai Tennari, quien trató a docenas de las víctimas del ataque del martes, dijo a Associated Press que es posible que hayan utilizado el agente químico sarín.
El martes, el organismo internacional para el control de armas químicas, Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), anunció que está reuniendo pruebas “de todas las fuentes disponibles”. Y si confirma que se usó un agente neurotóxico, este podría ser el ataque con arma química más letal que se haya perpetrado en Siria desde agosto de 2013. Aquel ataque ocurrió en Ghouta, un suburbio de Damasco, y en esa ocasión, el gobierno de Estados Unidos informó que el uso del agente tóxico sarín causó la muerte de más de 1000 personas.
Dicho ataque obligó a que Estados Unidos y Rusia llegaran a un acuerdo con Assad, a fin de que cancelara todo el programa de armas químicas de Siria, en septiembre de 2013. Y a resultas de eso, Siria se unió a OPAC. Antes del acuerdo, el líder sirio negaba que su país tuviera semejantes materiales. Pero desde entonces, inspectores ONU han encontrado rastros de los agentes neurotóxicos sarín y XV en Hafir 1, un laboratorio subterráneo que operaba el régimen de Assad.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek