También conocida como El Castillo, la pirámide de
Kukulcán es el símbolo del centro arqueológico de Chichén Itza, declarado en
2007 como una de las Maravillas del mundo moderno.
Esta es la segunda estructura piramidal en el
interior de la pirámide que ha sido identificada luego de que se descubriera
una primera en la década de 1930, lo que indica que la majestuosa construcción
maya se erigió, al menos en tres etapas, es decir tres pirámides una sobre otra
hasta llegar a la que se conoce actualmente.
“Es como las muñecas matrushkas, de la grande
sacamos otra y otra”, dijo en rueda de prensa René Chávez Seguro, jefe del
proyecto e investigador del Instituto de Geofísica de la estatal Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM).
La pirámide recién descubierta, que sería la más
antigua al corresponder al periodo mayas puros, tiene unos 10 metros de altura.
La segunda, descubierta en la década de 1930 y que corresponde al periodo
transicional (años 800-1000), alcanza 20 metros para culminar en El Castillo,
de casi 30 metros y que corresponde al periodo de decadencia (1050-1300).
Denisse Argote, del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), explicó que en la arqueología prehispánica era
común que las estructuras más importantes de un asentamiento se realizaran en
varias etapas.
“Ya sea por el deterioro de las estructuras,
porque llega un nuevo grupo de poder, porque se establece un nuevo linaje o
porque se da una ceremonia de renovación de los tiempos… Hay muchos motivos
por los cuales se puede construir otra nueva estructura”, dijo Argote.
Esta estructura fue descubierta con una técnica no
invasiva única en el mundo denominada tomografía, desarrollada por expertos de
la UNAM y del INAH, que consiste en iluminar el interior de la pirámide para
verla por dentro sin dañarla.
La importancia de este hallazgo, añadió Argote, es
que permitirá conocer con mayor precisión a la cultura maya pura, es decir
“su población original sin la influencia de la gente del centro de
México”, que imprimó su huella en la estructura de la pirámide de Kukulkán
tal como se conoce ahora.
Con esta misma técnica, en 2015 el INAH y la UNAM
descubrieron que la pirámide de Kukulkán está construida sobre un cenote, como
se denomina a los ríos subterráneos que abundan en el sureste de México y que
los mayas consideraban sagrados.
Los investigadores presumen que los mayas conocían
de la existencia del cenote desde que iniciaron la construcción de la primera
etapa del templo en honor a Kukulkán, la serpiente emplumada, su máxima deidad.