HACE 50 AÑOS este artículo habría sido escrito por un hombre. Yo podría haber hecho la investigación o ayudado a reportearla, pero un hombre lo habría escrito y recibido el crédito. Y mientras la carrera periodística de él habría avanzado, a mí me habrían dicho que fuera a otro lugar si quería escribir, porque “las mujeres no escriben en Newsweek”. Esa fue la tradición por décadas, hasta 1970, cuando 46 mujeres demandaron a la revista por discriminación de género.
Algunas mujeres en Newsweek por entonces vinieron con una “conciencia elevada”, en el lenguaje de las feministas de la segunda ola. “Ellas sabían que esta no era la manera en que las mujeres deberían estar en el mundo”, dice Lynn Povich, una de las trabajadoras que presentaron una queja ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés). No obstante, en su mayoría “los hombres no lo entendieron, y las mujeres no lo entendieron”. El libro de Povich de 2012, The Good Girls Revolt: How the Women of Newsweek Sued Their Bosses and Changed the Workplace, inspiró la nueva serie de Amazon Good Girls Revolt. La primera temporada completa ahora está disponible para su transmisión en línea.
En la década de 1960, una mujer en Newsweek pudo haber sido una chica del correo, cortadora, investigadora o reportera, pero prácticamente todo el personal de articulistas eran hombres. Povich, una anomalía, era la única mujer por entonces ascendida a articulista menor, mientras que docenas de colegas femeninas permanecían en rangos inferiores. No fue sino hasta 1969 que una investigadora, Judy Gingold, supo por la amiga de una amiga quien era abogada que esto era ilegal, que violaba el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Algunas mujeres de Newsweek empezaron a organizarse en secreto y contactaron a Eleanor Holmes Norton, por entonces directora legal adjunta de la Unión Americana de Libertades Civiles, ahora una delegada ante el Congreso de Washington, D. C.
Por el mismo tiempo había surgido el movimiento de liberación de las mujeres, y los principales editores de Newsweek, claramente inmunes a la ironía, decidieron dedicarle un artículo de portada. Por lo menos eran lo bastante iluminados para saber que una mujer debería escribirlo, así que contrataron a Helen Dudar del New York Post.
El 16 de marzo de 1970, Newsweek publicó su artículo. La portada presentaba la silueta teñida de rojo de una mujer desnuda levantando su puño contra un fondo amarillo rompiendo un símbolo azul de Venus. Las mujeres de Newsweek eligieron esa mañana para celebrar una conferencia de prensa y presentar su queja. Le dio un golpe poderoso a una revista que se pensaba a sí misma como progresista, pero tomó meses de negociaciones y una segunda queja ante la EEOC en 1972 para empezar a hacer el tipo de avances sustanciales que las mujeres pidieron ese día.
Good Girls Revolt no empieza con un grupo de mujeres rebeldes, sino con un personal buscando noticias en News of the Week, el suplente apenas velado de Newsweek. Cada mujer en el trío principal experimenta un desenredo cuando empieza a “entenderlo”.
Good Girls Revolt es una obra de época —la sala de redacción repiqueteando y timbrando con máquinas de escribir y teléfonos de disco—, pero es relevante. “Mira la cinta que estamos escuchando”, dice Dana Calvo, creadora del programa, a Newsweek, pocos días después de que se hiciera pública la grabación de Donald Trump en Access Hollywood presumiéndole a Billy Bush sobre sus abusos sexuales a mujeres. En la sala de guionistas, dice Calvo, se habló de lo mucho y lo poco que han cambiado las cosas.
Las acusaciones en contra y la salida de Roger Ailes, fundador de Fox News, son otros recordatorios de cuánta más reforma es necesaria. Y previamente este año, un análisis sindical halló que las empleadas de tiempo completo en propiedades del Dow Jones —incluidos The Wall Street Journal, MarketWatch y Barron’s— ganaban “alrededor de 87 centavos por cada dólar que se pagaba a hombres de tiempo completo”, con solo siete de los 30 salarios más altos en las salas de redacción destinados a mujeres. Un estudio de la Universidad de Indiana sugiere que el Dow Jones no es el único, y halló que el salario promedio de las mujeres en el periodismo en 2012 era aproximadamente 83 por ciento del salario promedio de los hombres.
“Los medios en todas las plataformas están fallándoles a las mujeres”, dijo Julie Burton, presidenta del Centro de Medios de las Mujeres (WMC, por sus siglas en inglés) en su prólogo a El estatus de las mujeres en los medios de Estados Unidos en 2015” del WMC, el cual halló que las mujeres “son asignadas a reportear historias a un ritmo sustancialmente menor que los hombres. En las transmisiones de noticias vespertinas, las mujeres están en cámara 32 por ciento del tiempo; en las noticias impresas, las mujeres reportan 37 por ciento de los artículos; en internet, las mujeres escriben 42 por ciento de las noticias, y en los cables, las mujeres consiguen solo 38 por ciento de los créditos”.
Jessica Bennett fue una de tres empleadas de Newsweek que supieron de la demanda de sus predecesoras pocos años antes de que saliera el libro de Povich, en una época cuando las mujeres experimentaban sus propias frustraciones. Aun cuando no era tan manifiesto como lo que pasaron las “muñequitas” de Newsweek de la década de 1960, ellas vieron a sus colegas masculinos ascender más rápido y obtener más créditos, a veces con ideas que las mujeres habían lanzado. “Hoy es difícil de identificar —dice—. ¿Es sexista, o solo soy yo? ¿Es sexista o estoy loca?”, me dice Bennett desde Boston mientras está en gira publicitaria de su libro nuevo, Feminist Fight Club: An Office Survival Manual for a Sexist Workplace. Ella traza una línea directa desde sus experiencias en Newsweek, la demanda y el artículo que ella y sus colegas escribieron en 2010 —titulado “Mujeres jóvenes, Newsweek y sexismo”— hasta su libro. “Escuchar su historia nos enseñó muchísimo sobre nuestra propia historia”, dice Bennett, quien dejó Newsweek en 2012. “Olvidamos estas batallas que se libraron en el pasado, y volvemos a librarlas”.
Hoy, las mujeres conforman poco más de un tercio de la cabecera editorial de Newsweek, alrededor de 45 por ciento del personal de articulistas y dos de los siete editores principales (aunque una está temporalmente en permiso de maternidad). Hasta octubre, las mujeres escribieron o coescribieron 19 de 41 artículos de portada en 2016. En 2015, las mujeres escribieron o coescribieron 19 de 48 artículos de portada.
El arco narrativo de la primera temporada de la serie de Amazon refleja la idea de que el cambio no sucede rápida o fácilmente. Las frustraciones de las mujeres ficticias se cristalizan a lo largo de diez episodios, y el final describe el día en que presentaron su queja formal. “Ahora podemos ver las consecuencias de esa acción”, dice Calvo. Si Amazon le da luz verde a una segunda temporada, los espectadores tendrán una oportunidad de ver a las “mujeres impulsadas hacia delante en este sistema, con toda la confianza y solidaridad” que se forjó en la temporada 1. “Estoy emocionada de escribir las vidas desordenadas que estas mujeres han creado para sí mismas”.