Después de más de un siglo de trayectoria, y con un
historial inmaculado en cuanto a participaciones o intervenciones en un ámbito
fuera de su área natural, Vogue
decide cambiar su actuación al respecto: por primera vez en su historia, la
edición estadounidense (la más importante de todas en su área) hace pública su apuesta por
un candidato político, y se trata de Hilary Clinton.
La revista fundada en 1892 (primero como un semanal de
tendencias y sociedad, después como la biblia de la moda) tiene a la cabeza desde
julio de 1988 a la británica Anna Wintour, “mano de hierro en guante de seda”, con
tendencia demócrata y fiel de Obama desde antes incluso de que llegara a la
Casa Blanca.
Vogue, la publicación de moda más famosa del mundo con
más de un millón de ejemplares vendidos cada mes, se ha manifestado en un
editorial en su web que titula “Vogue
Endorses Hillary Clinton for President of the United States” (Vogue
apoya a Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos). En apenas
400 palabras deja clara su intención: “Dado todo el caos y la imprevisibilidad
y a veces terrible espectáculo de toda esta campaña electoral, la cuestión
de qué candidato merece ser presidente nunca ha sido algo difícil de decidir”,
así inicia la columna.
El apoyo de Vogue es importante para Clinton en un
momento en el que los bonos de Trump entre las mujeres están bajísimos gracias
a sus declaraciones machistas; la revista refuerza el liderazgo femenino de
Clinton en la recta final de las campañas.
La columna editorial agrega que “probablemente esta
afirmación no es una sorpresa”, puesto que la revista ha cubierto en muchas
ocasiones la trayectoria de Clinton; se han hecho seis perfiles de la ahora
candidata, “desde una estudiante de Derecho en Yale a esposa de un gobernador,
de primera dama a senadora o a Secretaria de Estado”. También la trayectoria de
su oponente, Donald Trump, ha aparecido “en múltiples ocasiones en las páginas”;
en especial los miembros de su familia, Ivana, Marla, Melania e Ivanka, subraya
la publicación.
Acepta que Clinton “no siempre ha sido la candidata
perfecta”, pero considera que no hay duda de “su feroz inteligencia y su
considerable experiencia; es un valor seguro en temas de inmigración, reforma
sanitaria, justicia racial, derechos LGTB, lucha contra la discriminación
transgénero, inversión en infraestructuras”.
El final del editorial se ajusta al espíritu Clinton: “Dos
palabras nos dan esperanza: Señora Presidenta. Las mujeres lograron el voto en
1920. Se ha tardado casi un siglo, pero estamos a punto de que una mujer lleve
las riendas de nuestro país por primera vez. Olvidémonos de nosotros mismos y
convirtámonos en la América que queremos ser: optimista, mirando hacia
adelante, moderna. Vayamos a las urnas el 8 de noviembre. Y votemos”.