Fama, juventud, carácter rebelde, polémico e
inconformista, y una muerte tan precoz dieron como resultado el nacimiento del
mito James Dean. Tenía apenas 24 años cuando se ganó el terrible título de “la
primera estrella trágica del Hollywood clásico”; el impacto de su muerte se
tradujo en un ataque de histeria colectiva entre los jóvenes para quienes Dean
representaba una manera de entender la vida.
El 30 de septiembre de 1955, James tomó camino a
Paso Robles para participar en una carrera. El Porsche Spyder 550 en el competiría
venía en un remolque, pero Dean decidió conducirlo “para llegar preparado”. Su
mecánico Rolf Wütherich subió con él.
Un policía lo detuvo por exceso de velocidad un
par de horas antes del accidente; Dean no aflojó el acelerador y siguió hasta el
cruce de la Ruta 41 con la 466, donde un Ford Custom Tudor, con el joven
estudiante Donald Turnupspeed al volante, chocó con él. Dean iba a 89
kilómetros por hora y no pudo frenar, se estrelló contra un poste quedando el
vehículo convertido en un amasijo de metal. El actor murió camino del hospital;
Rolfsalió disparado y sufrió varias
lesiones, ninguna de gravedad, y el estudiante terminó con heridas leves.
James Dean comenzó a estudiar teatro desde muy
joven, y tuvo papeles secundarios en varias películas, participó en programas
de televisión y en obras de Broadway. Consiguió roles estelares en tres cintas.
Fue nominado al Oscar, luego de su muerte, como mejor actor en Al Este del Paraiso por su papel como
Cal Trask y en Gigante donde
interpretó al peón Jett Rink.
Hasta el momento del fatal accidente, solo se
había estrenado Al Este del Paraiso
(1955). La famosa cinta Rebelde sin causa
salió a cartelera poco tiempo después de su fallecimiento. Al año siguiente le
tocó el turno a Gigante. Para
entonces James Dean ya era un mito incuestionable, como él bien decía: “Vive
rápido, muere joven y deja un hermoso cadáver”, y lo cumplió a pie juntillas.