La leyenda urbana o
medida extrema, se basa en el hecho de que las avispas llegan al interior de
la fruta para depositar sus larvas y, además, polinizarla. En el viaje pierden
alas y antenas, quedan ahí atrapadas, y mueren. Entonces, a mayor consumo, más
producción de higos y más avispas condenadas.
Los higos son flores invertidas que contienen el polen en su interior, y
hasta ahí llegan las avispas en su labor natural de reproducción. Los veganos a
ultranza condenan el consumo de higos porque “fomenta que se cultiven más y,
por tanto, que este proceso tan doloroso se repita más y más veces”, y lo dicen
en serio, no lo toman a broma. Matizan: “Aunque las avispas no sean obligadas
directamente por el ser humano, si se cultivan higueras es inevitable que lo
hagan”.
La explicación entorno a las avispas y las higueras es correcta, Mariano
Sánchez, conservador del Real Jardín Botánico de Madrid, la comparte, y agrega
que el vínculo entre ambas especies “es una simbiosis y, por tanto, no
perjudica a la avispa; el insecto necesita a la higuera para procrear y, a su
vez, la higuera necesita a la avispa para lo mismo”.
Sánchez señala que la producción masiva de higos ni siquiera requiere
que se produzca la muerte de avispas para la multiplicación de la planta. “Las
higueras no dependen de la polinización; se cultivan de forma asexual utilizando
injertos o enraizados”.
El especialista aprovecha y desmiente la idea de que los higos puedan
contener avispas y, por tanto, no ser veganos. “Los higos que se consumen son
hembra, que las avispas evitan porque no pueden reproducirse en su interior”.
El peor escenario: si una de ellas entrara por equivocación, y en el poco
probable caso de que muriera dentro, ni así el vegano estaría comiendo un
insecto, “porque el bicho se descompone por completo y el higo se alimenta de él”.
“Comer higos no significa comer insectos, ni nada que se le parezca”,
concluye Sánchez. Establece una comparación básica para bajar los niveles de
culpa que pueden albergar los fanáticos del tema: “Sería como decir que si un
conejo muere, se descompone en el suelo y una planta lo absorbe, entonces estamos
comiendo conejo si nos comemos la planta”.